Científicos descuidados según los tebeos

Data Estel·lar blubiblu Dimarts 20200407

Mientras en el mundo real los científicos se consideran como una raza destinada a salvar a la humanidad o, por lo menos, a salvar a sus amos que les pagan, en la ciencia ficción, las cosas suelen ser distintas.

Zorglub, Bacterio y tantos otros son genios creativos generadores de más problemas que soluciones.

Aunque haya un Tornasol con buenas intenciones, también hay una potencia bordura capaz de utilizar sus experimentos con malas artes... aunque ¿es lógico inventar un peligroso ultrasonido capaz de destruir ciudades? 

Si nos vamos a los superhéroes y al resto de la ciencia ficción, es habitual: es como si advirtieran de que también la Ciencia ha de tener un control ciudadano, democrático y transparente. 

Se sabe, siempre a posteriori, que montones de enferemedades surgen de malos inventos químicos de grandes empresas que no admiten ser responsables, de ejércitos que devastan junglas con productos que luego serán vendidos como muy adecuados para la agricultura, de productos que destrozan pieles y fetos pero de los que nadie tiene la culpa, de antenas que dan dolores de cabeza imposibles de demostrar, por tanto, contra el principio de prudencia que usa la Contabilidad, se sigue en marcha. 

Eso genera una desconfianza, salvo que alguno de tu familia esté a punto de dar el salto del tigre sobre la nómina. 

Dicha desconfianza, con el potencial de explicacion científica o pseudo-científica, es un manantial para la narrativa. 

Así llegamos a un extraño fill-in o relleno en la serie de Los Vengadores, publicado en Biblioteca Marvel: Los Vengadores número 31, en julio de 2001, a un precio de 750 pesetas junto al precio de cuatro euros y cincuantayún cents, porque promocionaban la nueva moneda europea que NUNCA TRAJO BIENESTAR NI INTEGRACIÓN EUROPEA porque faltó siempre la política económica de demanda, tales como un subsidio de paro europeo, impuesto europeo, IPC europeo, una panoplia de políticas de bienestar mínimas pero consistentes, aptas, adecuadas para redistribuir la riqueza, y escribimos esto después de que la Union Europea fuera incapaz de salvar a los Balkanes de sus genocidios, de salvar a los griegos, italianos, portugues, chipriotas, portugues y españoles de un desastre económico, de salvar a los refugiados sirios y no digamos ya de evitar la Guerra de Siria, de no iniciar la de Libia y, a la postre, la Unión Europea está siendo incapaz, refractaria, opuesta, ella y sus Estados Miembros, a liderar la lucha mundial contra la pandemia Covid-19, de salvar de la muerte a centenares de miles en sus fronteras y de proteger sanitaria y financieramente (eurobonos, coronabonos) a los europeos. 

¡La noche de los reptantes! es el título de The Avengers número 203 con fecha de enero de 1981, con guión de David Michelinie, dibujo a lápiz de Carmine Infantino (un dibujante de larga trayectoria) y entintado por Dan Green. Se puede decir 1979-1981 es la Etapa Dan Green, porque es el nombre que más se repite, sin contar al colorista, cuyo nombre no aparece en esta edición en blanco y negro o descolorido.

Si os preguntáis por qué no comento sobre ediciones más modernas... pues porque no las tengo y porque no las he leído ni las he escaneado y porque no me pagan. Pero, además, es una edición vieja, así que tengo libertad para decir lo bueno y lo malo. Igual soy el único que dejó de leer montones de reseñas que solamente decía: "está muy bien porque me han dado tebeos y me pagan". O es que los recensionistas y críticos no tenían ningún criterio ni punto de vista ni gusto sobre nada, sino que todo les iba bien. 

The Avengers 203 enero 1981, página9 viñetas 3 a 7.

El estilo de contrapicado me recuerda al de Gene Colan en aquellas aventuras urbanas de Spiderman, cuando Peter Parker se enfrenta a los camellos de las drogas.

El niño es de origen latinoamericano. No me suena que hubiera muchos más personajes de tal origen, Hugo López, hermano de Juanita. Familia desestructurada, con fragilidad social, en un barrio marginal, poco dinero, calles sucias, niebla y humedad neoyorquina.

Entusiasmado por poderles contar algo a los famosos superhéroes, el niño sabe que los llamados reptantes no hablan sino que se comunican con la mente, que fueron inventados por sabios sabihondos com una "forma de vida anaerobia para colonizar el espacio exterior", anda que no tienen vocabulario en esos barrios, osea, que pueden vivir sin oxígeno. Eso es un error del guionista, según pienso. El niño es muy pequeño para retener ese vocabulario y no se equivoca al pronunciarlo, aunque en esos tebeos o sus traduciones, nunca ponuncia malamente naide. Lo mismo: no sé si "espacio exterior" es de uso común. Yo siempre había usado "el espacio".

Los científicos: "no eran muy brillantes" "ni tampoco eran muy legales porque, en lugar de enviar los residuos a depósitos del gobierno, com manda la ley... ¡los echaron por el sumidero! ¡... y se mezclaron con los otros residuos que las otras compañías químicas también lanzan ilegalmente!"

Dudo que el niño tuviera ese vocabulario, ni aunque se lo enviaran telepáticamente los reptantes, los cuales no creo que fueran expertos en derecho medioambiental ni en economía y empresa, toda vez que surgen hace poco de un laboratorio.

Sin embargo, la idea es muy sugerente: la suciedad, el antiecologismo, el desprecio a los demás, las externalidades negativas que generan grandes empresas que no pagan esos costes sociales como costes de producción pero que repercuten negativamente en todos, los científicos que solamente se miran su ombligo metido en un matraz, o su nómina del labortario químico, farmacéutico, de investigación básica o aplicada, para cosas que, en el momento de la verdad se demuestran inoperantes, tan lentas que no sirven o aejenas a las necesidades sociales, cosa que se ha demostrado con el Covid-19 del año 2020. Diciembre, enero, febrero, marzo, abril... zzzzzzzzz.

Y, como solamente si eres del furgol te van a hacer caso:

[Vicente del Bosque]ha lanzado un par de preguntas sobre la fabricación de productos sanitarios en España: "¿No se están fabricando respiradores en fábricas de automóviles? ¿Por qué no se crean en estas empresas divisiones para crear aparatos para la sanidad pública y que no haya que ir a comprarlos al extranjero?"