20200508

Un virus capitalista

Data Estel·lar verde Divendres 20200508

Tras muchos años de oír y temer que los inmigrantes africanos podrían traer enfermedades tropicales, no han sido los pobres los que han traído la enfermedades sino los empresarios de China y Europa.

Más abajo, copipego un artículo de Greenpeace que coincide con algo que hace días que me mosque: ante una conferencia de donantes para el Covid recibe menos que Lufthansa.

 Esto explica por qué Holanda, Alemania, etc, no quieran poner un fondo de Deuda Pública Europea: su dinero va para sus negocio, no para el bienestar sanitario europeo:
Lufthansa y Norwegian se perfilan como las próximas aerolíneas de bandera que se verán beneficiadas por las ayudas estatales para combatir el parón de actividad causado por el Covid-19. El pasado fin de semana, Francia y Países Bajos anunciaron los detalles del rescate, que rondará los 10.000 millones de euros, de una de las mayores empresas del sector, Air France-KLM.

 Ayudas públicas cuando se ha hundido a sectores enteros porque la Unión Europea neoliberal niega dinero público para salvarlos... excepto cuando son de Alemania, claro.

Lufthansa pide 10000 millones pero puede que le den 9000 millones de euros. Exige que no se metan en su gestión: el contribuyente alemán, por extensión europeo, le damos dinero pero ¡chitón, que no somos nadie!
Ahí ya van 19000 millones. Falta la industria del automóvil. Y todos lo amigastros que aparezcan. 

PARA LA VACUNA, LA CONFERENCIA DE DONANTES LOGRA: 7500 MILLONES. Osea, para todos los habitantes del planeta, un euro por individuo pero para unos cuantos aviones y sus accionistas, cantidades ingentes.


Os va a gustar lo siguiente (o no): estamos ante un virus capitalista, el Covid-19 es un virus que lo envían desde un país ultracapitalista (no mancilléis más el nombre del comunismo) con una población avariciosa y ávida de dinero, dinero y dinero pero sin Sanidad Pública, por supuesto NO universa, y es precaria en las zonas rurales (si tenemos en cuenta que la revolución maoísta estaba pensada para un páis agrícola, el fracaso y la mentira es total: ni el comunismo consiguió nada y el capitalismo chino solamente sabe hacer rascacielos). Empresarios chinos y españoles chapoteando por Wuhan, van y vienen de España, y repítase para el resto del mundo. Las primeras grandes expansiones del virus son en Wuhan y luego en la zona norte industrial de Italia (lo que hace que ese país esté en el G-7). En Igualada, 8 empresas fueron a la feria de Peletería de Milán: blanco y en matraz. Con todo, estuvieron defendiendo, con la consellera en un papel vergonzante, que era un error cerrar Igualada y el Anoia (al que ahora llaman Cuenca del Òdena para no quemar la marca Anoia, que se ve que tiene que existir), porque "es muy malo dejar las pieles allí". Y así pasaron semanas de dimes y diretes, de camiones que entraban y salían, de gente confinada pero que tenían que ir a trabajar, expandiendo la muerte porque a los empresarios y sus patronales les parecía bien el ganar dinero a corto plazo. Ahora van con lo de que los borrachos de Madrid, según el alcalde, tienen que tener derecho a ocupar las calles con barras interminables, porque las empresas de bebercio, los bares, restaurantes y demás, tienen que tener su negocio. Que se mueren, 8000 más, da igual, mientras hayan dejado la pasta. Un virus capitalista que tiene su mayor problema en que el Capitalismo quiere ganar mucho dinero muy rápido y le da igual lo que pase contigo.

El desconfinamiento express es una locura. Todo el mundo lo saber pero representantes del capitalismo de los idiotas, tipo Ximo Puig ("es que el turismo es muy importante") dan la batalla por el dinero fácil de cuatro empresarios, con la excusa de que los pobres trabajadores. Mira: pagadles una paga mínima a los trabajadores. Que la situación es seria: saberlo lo saben pero no les importa.

Oh, es que trabaja mucha gente en los aviones. Vale: y cuando se habla de una renta mínima es una locura que tira mucho dinero. Y cuando se habla de subsidios de paro en condiciones, de paros para autónomos y, por supuesto, los siempre olvidados asalariados precarios, eso es una locura... es un dispendio imposible. Cuando se habla de recuperar hipotecas, de alquileres públicos... es el mercado, enemigo.

Texto de Greenpeace: ¿Dinero para seguir contaminando?  por Alicia Cantero:

En estos días ya estamos viendo sectores como el de la aviación o el del automóvil pidiendo a los gobiernos que salgan a su rescate.
El rescate de 14 grupos de aerolíneas europeas suma ya 26.000 millones de euros, y se calcula que ascenderá hasta 113.000 millones. Mientras, el rescate al sector del automóvil se prevé que utilizará un 10% del fondo de recuperación de la Unión Europea.
En nuestro país habrá que ver qué sucede con Iberia y AENA, que ya tienen encima de la mesa 2.000 millones de euros en ayudas sin condiciones en materia laboral, social y ambiental.
La crisis sanitaria provocada por el COVID-19, además de mucho sufrimiento por la pérdida de vidas, tendrá también grandes repercusiones a nivel económico y social. Los gobiernos tienen que decidir a qué van a destinar el dinero público: si a salvar las cuentas de resultados de las grandes empresas contaminantes o a proteger nuestra salud y la del planeta.
No podemos volver a cometer los errores de la crisis financiera de 2008, donde los gobiernos eligieron salvar a bancos e industrias contaminantes por encima de la protección del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. No se puede volver a repetir la vergonzosa imagen de directivos de empresas eléctricas rescatadas cobrando bonos millonarios mientras la población más desfavorecida asumía la peor parte de la crisis.
Entonces no se pusieron condiciones a las enormes cantidades de dinero que recibieron en ese rescate, pero ahora podemos exigir una recuperación justa de esta crisis. Aquellas actividades que más contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y destruyen los recursos naturales, en especial los sectores de los combustibles fósiles, la energía nuclear, la agricultura y ganadería industrial, y los sectores del ladrillo y del hormigón, no pueden seguir recibiendo financiación pública.