20200324

Entrevista Ibáñez XLSemanal: comentarios

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El suplemento dominical de la prensa XL Semanal del 20200317 publica una entrevista interesante con Franciso Ibáñez Talavera, con ocasión de su 84 cumpleaños el 20200315 y para promocionar el futuro álbum, Tokyo 2020. En el momento de escribir esto, Penguin ha retrasado la publicación unos meses pero es que el Comité Olímpico Internacional retrasa los Juegos Olímpicos para el 2021 aunque se mantenga el nombre del año, debido a la crisis sanitaria mundial del SARS Covid-19 conocida como coronavirus. Aunque en Japón están mejor, la epidemia se extiende en febrero por China y, a finales del invierno, por media Europa y llega a América durante el marzo con confinamientos de países enteros, entre ellos, la India, así que entre unos y otros, son 2000 millones de confinados... impensable realizar una actividad olímpica sin tantos participantes. 



La entrevista realizada por Virginia Drake con fotos de Daniel Méndez es interesante porque Ibáñez aclara, cambia o amplía respuestas que hemos oído desde mediados de los años 1990.

En el dibujo, que se puede ampliar: Me resulta interesante destacar el vello del brazo de Filemón, muy finito. Hum... ignoro el tamaño del original ni la capacidad de trazar de Ibáñez, porque le he oído últimamente en alguna entrevista (2019-2020) que le costaba un poco más... pero podría sonarme más a que hayan puesto a alguien con un ordenador para acabar el entintado.

Espero y deseo que sea un dibujo 100% Ibáñez.

Paso a la entrevista con la mención previa de que XL significa las preguntas de XLSemanal, nen este acaso alias de Virginia Drake y F.I signififca Francisco Ibáñez:


1.-
 Los políticos de hoy ¿le hacen la misma gracia?

F.I. Ya no me hacen ni reír ni llorar: me la… Iba a decir una palabrota gorda [ríe]. Con los años que tengo encima, ya paso de muchas cosas. La parte política que sale en los periódicos no la leo porque no me interesa lo que dicen, todos mienten o dicen tontadas. Así que: ¡fuera, fuera! Cuando pintaba gags de políticos, lo hacía por darles actualidad, pero los políticos están bien en las viñetas de humor de los periódicos. En mis historietas, no hacen ninguna puñetera falta.

XL. ¿Mortadelo nunca se ha manifestado a favor o en contra del independentismo?

F.I. No, porque son situaciones en las que una parte del público está enfrentada a otra parte. Si pierdes lectores por eso, pues la hemos jorobado, nos quedamos sin la mitad de los clientes. Así que por ahí… ni hablar. ¡Ni soñarlo![/quote]
Comentario 1.-En Ediciones B-Grupo Zeta, desde 1991, 1992 y 1993 se nos repetía sin cesar que era bueno meter a políticos porque eso dotaba de actualidad a las historietas. Siempre lo vi como un método de que el diario de la empresa, El Periódico de Catalunya todas sus franquicas y réplica (... El Periódico de Aragón, El Periódico de Estremadura, La Voz de Asturias, Mediterráneo y me dejo alguno) porque la prensa, las redacciones y los periodistas solamente se coscan de su asiento si salen políticos. No les importa Ibáñez ni los tebeos de risa si no tienen el plus de "hace chistes de la última tontá de los políticos". Lo que pasa es que Ibáñez llegó a hacerlo realmente bien. Sus caricaturas no eran una cabeza gorda sino que eran personajes con toda su movilidad y sus carácter.

Eran una imitación en una época larga de imitadores de voz en la radio, y de voz y de aspecto en la tele, unidos a los chistes con caricaturas de la prensa escrita procedentes de La Transición.

Ibáñez consigue crear una falsa imitación con algún elemento que parece del personaje pero no necesariamente lo es, le altera cómicamente el nombre y apellido, le mantiene la cara sin esfuerzo, y los hace chocar, caer, correr y golpearse como los guiñoles que son Mortadelo y Filemón. Así que funcionan perfectamente en sus historietas.

Ibáñez pasa a Penguin y resulta que ya no le gustan los políticos. Oh, sorpresa. No me lo creo. Sospecho que son órdenes de arriba. Censura empresarial. Puede que para vender en el exterior, toda vez que las caricaturas muy españolas no se entienden fuera, aunque sabemos  ¡desde Valor... ¡y al Toro! que esas caras se pueden cambiar: o lo hace Ibáñez o da permiso para que lo haga otro. Siempre habrá una jirafa en algún país y un canijo que sean políticos.  Que igual sí que ahora el ninotaire piensa así.

Pero es que se puede, e Ibáñez lo ha hecho, desde Maastricht...¡Jesús! el poner a políticos europeos.

Puede que sea una estrategia para eludir el enfrentamiento duro independentista y la respuesta que da de perder a la mitad de lectores lo deja claro.

2.-

XL Cuenta que hubo una época en la que la editorial Bruguera le exigía trabajar a un ritmo frenético, llegó a crear 40 páginas semanales.

F.I. Me exigían un disparate que solo podía hacer yo. Trabajaba todas las horas del día, pero esa es una historia que ya pasó.

Comentario 2: ¿Puede servir de disculpa ante el plagio de chistes y páginas? ¿Por qué en la Editorial Bruguera estaban tan locos los enriquecidísimos Rafael González y la familia Bruguera? ¿Por qué eran tan necios y cortos de vista que apostaban por un único caballo y por qué las siguientes empresas, Grupo Zeta con Antonio Asensio, o Penguin con nosésabequién, siguen con la misma necedad?

3.-
F.I. el autor estaba pintando un personaje que creaba seres vivos y que los seres vivos solo puede crearlos el Sumo Hacedor.

Comentario 3: Ahora que releo esa anécdota... ¿y si fue una forma de hacer demostrar su poder, el del censor, frente a la editorial? Se tiene que conocer el nombre del censor. Eran poetas, escritores, gente del régimen franquista con presunta cultura... Juan Miguel Lamet, un viejarro que salía balbuceando ininteligiblemente en el programa noventero de TVE-2 Qué Grande es el Cine, era experto en cine porque era el censor y era el que recortaba. En el libro Estados de Gracia: Billy Wilder y la censura franquista (1946-1975) hay una nómina de censores de cine: a ver si encontramos la de censores de historietas y a ver si queda alguno vivo y se les pregunta si se sienten orgullos de su trabajo.

Es decir, se pudo haber inventado una excusa cualquiera con una justificación ingeniosa y para-teológica como demostración de su abuso de poder.

Osea, que pudo no ser una censura sincera.

4.-

F.I. Algunos habrán terminado leyendo a Kafka y Kant. Bueno, yo no he llegado nunca a eso [ríe].
Comentario 4: Es un añadido importante a lo que siempre había dicho. Él no ha leído esas cosas pero antaño siempre decía, porque había que justificar lo de la lectura de tebeos, ante una intelectualidad burguesa ávida de tontuna (recordemos que las clases bajas no tenían acceso a más cultura que la del kiosko, si sabían leer) así que tenía que decir, por obligación de marketing editorial y empresarial: "no se preocupen, no es malo eso de leer tebeos, porque luego leerán otras cosas de más enjundia como Kafka"... y se quedaban tranquilos los bienpensantes: "jo, que mi hijo leerá Kafka, menudo tío" y a volver al puro y a las botellas coroneles (de alta graduación alcohólica).

5.-
F.I. libros farragosos que les dan en la escuela.

Comentario 5: Aquí habría que decirle que la mayoría de libros de Primaria están someramente escritos, igual que los contenidos digitales, y tienen mucho dibujo de dibujantes que hubieran querido dibujar historietas. No ayuda tanto porque van con sus manías y sus neuras generacionales y artísticas.

El problema clave es en los institutos: siguen las listas de libros ilegibles y estúpidos. La entrada en las listas de posibles lecturas de tebeos no es mejor: a mí me daría más asco leerme con 15 años un tebeos sobre ratas y nazis que ciertos tostones. Y el que no sabe no va a saber, oiga. Déjense de zarandajas.

Pero, sí, con tebeos como los de Scott McCloud (hacia 1992), se aprendería mucho, pero no tuvo continuidad. Y con la mayoría de chistes e historietas de Bruguera, etc, se puede aprender muchísimo... verbimuchagracia, Mortadelo y Filemón.

Es serio y aburrido en casa y con la familia. Eso no lo sabía, al menos tan destacado.

6.-

F.I. [el ordenador] Una vez intenté usarlo para escribir los gags y me corregía las palabras porque no las reconocía.

Comentario 6: Eso es una herramienta para que la gente guste de ser analfabeta. Eso no lo puede entender alguien como Ibáñez ni yo tampoco. Se puede desconectar la función del Word pero hay que saberlo hacer y no te lo van a decir ni en ningún curso. La mayoría de profesorado que conozco de 67 años hacia abajo no tiene ni idea de ortografía ni de gramática y corrige con el
Word, y se enfadan si no está activa esa función. Necesitan el corrector. Ibáñez es otra época: de cuando la gente aprendía gramática, léxico, ortografía y lengua en general. Se nota en sus escritos: por eso nunca ha entrado en la RAE.

Lo de estar en contra del ordenador y de los móviles es lo más rompedor que le podemos oír a nadie en el 2020, y en el 2010 y en el 2005, así que Ibáñez se convierte en lo que los conspiranoicos de las películas dirían "un individuo molesto para el sistema" y, para el vulgo, "un chiflado" (el palabro es mío, no de ellos) "que no usa cosas normales". 
A mí me parece un valiente que lo diga.

7.-
F.I.Al lector le gusta que las cosas les salgan mal.

Comentario 7: A mí no. Me han gustado siempre las historietas que acaban bien. Sufro mucho por el Dire de Sacarino.

8.-

 XL. El cómic está de moda y el manga japonés arrasa.
 F.I. No tiene nada que ver con lo que yo hago. Pero, si al público le gusta, me parece bien. Cualquier creador tiene derecho a tener su hueco y su público.[/quote]

Comentario 8. Un agradable cambio total con respecto a los años 1990 cuando decía que el manga los iba a echar a todos a la calle. Por cierto, cuando su editorial, Ediciones B-Grupo Zeta, cerró todas las revistas, y dejó de dar trabajo ni a los dibujantes veteranos, tal vez en tránsito de jubilación porque procdedían de Bruguera y los cálculos de edad casi que darían, ni tampoco dieron trabajo a los otros. Se acabó mientras traían Akira, manga, pero también Los Simpson, no manga, sino estadounidense. Así que los tebeos eran factibles pero había que meterles inversión, publicidad, cosa imposible para un Grupo Zeta  pese a que tenía todo un imperio televisivo en Antena3. Ahí, en 1995,  se perdió y se tiró por la borda la última gran oportunidad de una industria de la historieta española. Pero solamente vimos a algunos dibujantes que se quejaban del "manga", no de Los Simpson, no de las malas decisiones empresariales para optar por sus pelotazos político-empresariales-futbolero-mediáticos-hastaladerrotasiempre.

Comentario general y final: Acaban con una referencia a la edad: 84 años como si fuera mucho. Como diría alguien que conozco: "con esa edad me comía el mundo".

Ahora voy a copipegar toda la entrevista. Si molesta, se quita. Se puede pinchar en el enlace al suplemento XL Semanal.  El repartidor de diarios no me lo tira con su bicicleta por el porche. 


De su lápiz han salido algunos de los personajes más entrañables y queridos de la historia del cómic nacional. Y a sus 84 años sigue creando con el mismo entusiasmo. Hablamos con él cuando publica nuevo libro: Mortadelo y Filemón se van a las Olimpiadas de Tokio… si el coronavirus lo permite. Por Virginia Drake / Fotografías: Daniel Méndez

Habla como una ametralladora, pero sin perder la sonrisa un instante. Creador, dibujante y guionista, Francisco Ibáñez está considerado el rey de la onomatopeya y del humor absurdo. De padre alicantino y madre andaluza, a los 11 años publicó su primer dibujo en la revista Chicos. El 20 de enero de 1958 nacieron Mortadelo y Filemón en la revista Pulgarcito. Luego vendrían La familia Trapisonda; 13, Rue del Percebe; El botones Sacarino; Rompetechos; Pepe Gotera y Otilio… Lleva vendidos más de cien millones de ejemplares. Ahora, en abril, publica nuevo libro, Tokio 2020 (Penguin Random House), lo que lo convertirá en un dibujante 40 años olímpico, porque Mortaledo y Filemón han ‘ido’ a todos los Juegos desde Moscú en 1980. Ibáñez cumple 84 años este domingo 15 de marzo, sigue trabajando todos los días y, sin darle mayor importancia, insiste: «Yo no soy un gran dibujante, ya me habría gustado».
XLSemanal. Los álbumes de las Olimpiadas de Mortadelo y Filemón son ya un clásico.
Francisco Ibáñez. Sí; primero publicamos Gatolandia, unas Olimpiadas del humor, en 1972. Después ya hicimos las de Moscú y desde entonces no hemos fallado nunca. Pero es tremendo tener que repetir cada cuatro años un tema. Claro que peor es el fútbol, que no me gusta y no lo he practicado ni de niño [ríe].
XL. ¿Qué pasará si, por causa del coronavirus, se suspenden los Juegos?
F.I. ¡Ahhhh! ¡Qué espanto! ¡Dios mío! ¡No quiero ni pensar en la cosa esa! No quiero hablar de eso ni tenerlo en mente un instante.
XL. Por cierto, usted se ha adelantado a algunos acontecimientos. Diez años antes del atentado de las Torres Gemelas ya publicó un dibujo en el que un avión se estrellaba contra un rascacielos de Nueva York.
F.I. Lo pinté estrellándose a la misma altura que ocurrió la cosa… Fue una casualidad, pero después me pasó de todo: desde el que me decía que yo adivinaba el futuro y me pedía la combinación de las quinielas hasta el que se creyó que yo había promovido el accidente. ¡Qué barbaridad!
XL. También publicó una historieta titulada Corrupción a mogollón.
F.I. Con eso era más fácil acertar porque la corrupción en España ha existido siempre. Pero seguro que no hay más porque yo sacara ese álbum [ríe]. En este asunto, no hace falta dar ideas.
XL. Un álbum lo dedicó íntegramente a la corrupción en el Partido Papilar, en la que dibujó a Mamerto Rojoy, Demetria Costipal… ¿Se le ha enfadado algún político?
F.I. Que yo sepa, no. El asunto de Bárcenas daba mucho juego. A un político, jefe de Gobierno, sé que le gustó muchísimo…
Francisco Ibáñez "Un día trabajando haré: ¡boom! Se me caerá la cabeza en el tablero y será el final" 5
Foto: Manuel Zambrana
XL. ¿Se refiere a Felipe González?
F.I. Jaja, sí. Sé que leía mis historietas. En unos Reyes, le preguntaron a su señora qué le iba a regalar y dijo que no sabía si comprarle toda la colección de Mortadelo porque le gustaban mucho.
XL. Los políticos de hoy ¿le hacen la misma gracia?
F.I. Ya no me hacen ni reír ni llorar: me la… Iba a decir una palabrota gorda [ríe]. Con los años que tengo encima, ya paso de muchas cosas. La parte política que sale en los periódicos no la leo porque no me interesa lo que dicen, todos mienten o dicen tontadas. Así que: ¡fuera, fuera! Cuando pintaba gags de políticos, lo hacía por darles actualidad, pero los políticos están bien en las viñetas de humor de los periódicos. En mis historietas, no hacen ninguna puñetera falta.
XL. ¿Mortadelo nunca se ha manifestado a favor o en contra del independentismo?
F.I. No, porque son situaciones en las que una parte del público está enfrentada a otra parte. Si pierdes lectores por eso, pues la hemos jorobado, nos quedamos sin la mitad de los clientes. Así que por ahí… ni hablar. ¡Ni soñarlo!
XL. Cuando tenía cuatro o cinco años, pintó un ratoncito en el borde de un periódico que, después, descubrió que su padre llevó siempre en su cartera.
F.I. Cuando mi padre desapareció y guardamos sus cosas, lo vi. No sabía que lo había llevado siempre ahí. Ahora no sé dónde está, no sé si se perdió entonces.
Francisco Ibáñez: "Un día trabajando haré: ¡boom! Se me caerá la cabeza en el tablero y será el final" "Un día trabajando haré: ¡boom! Se me caerá la cabeza en el tablero y será el final"
Ibáñez de niño. Cuenta que leyó centenares de tebeos porque un vecino que tenía un quiosco dejaba en su casa cajones con todo lo que se publicaba para que no se lo robasen de noche. «Gracias a eso, yo leí más que la inmensa mayoría de los niños»
XL. Pero si se trata del dibujo suyo más antiguo que existe.
F.I. Para los coleccionistas, esas cosas son un tesoro; pero para mí no son más que garabatos de trabajo sin ninguna importancia.
XL. Usted se hizo contable, lo mismo que su padre, y trabajó en el Banco Español de Crédito.
F.I. Estuve un par de años en Banesto. Debajo de esos farragosos papeles del ‘debe y haber’ metía mis hojas en blanco y dibujaba mis personajitos. Muchas veces el subjefe de turno me descubría y me daba unos golpecitos en el hombro: «¡Pero, Ibáñez, otra vez!». El día que me fui, se pusieron muy contentos, casi tanto como yo al marcharme.

“Mortadelo no está ni a favor ni en contra del independentismo. ¡Te quedas con la mitad de los clientes! ¡Así que ni soñarlo!

XL. Cuenta que hubo una época en la que la editorial Bruguera le exigía trabajar a un ritmo frenético, llegó a crear 40 páginas semanales.
F.I. Me exigían un disparate que solo podía hacer yo. Trabajaba todas las horas del día, pero esa es una historia que ya pasó.
XL. Incluso pusieron a cinco o seis personas a realizar sus historietas.
F.I. Para conseguir una mayor producción, se les ocurrió que una vez que yo había creado la historia, uno lo dibujase a lápiz, otro lo pasase a tinta, otro lo colorease… El resultado no era el mismo, aquello dejaba mucho que desear; pero a ellos eso no les importaba nada: había que vender y vender. Fue una de las razones por las que me fui a Grijalbo.
Francisco Ibáñez "Un día trabajando haré: ¡boom! Se me caerá la cabeza en el tablero y será el final" 2
Ibáñez cuenta que suele hacer un dibujo a los lectores que le piden un autógrafo «porque así se van encantados de la vida», dice. «Una vez, José Luis Sampedro me comentó: ‘Eso son dedicatorias, no la mierda que yo hago’ [ríe]». Este es el dedicado a los lectores de ‘XLSemanal’.
XL. Entonces, los tebeos también tenían que pasar por censura.
F.I. Te autocensurabas en las pequeñas cosas. Por ejemplo, a la hora de pintar una señora con unos pechos más o menos pronunciados… Cuando dibujabas personajes en la playa, los hombres podían salir en bañador, pero a las mujeres casi mejor vestirlas con abrigo de pieles [ríe]. Nunca me censuraron por motivos políticos porque sabíamos lo que nos podía pasar. Yo trabajaba con un ojo puesto en el papel y el otro en la oficina de censura.

XL. Sin embargo, más de una vez le devolvieron viñetas tachadas con lápiz rojo.

F.I. Sí; en la 13. Rue del Percebe pinté una especie de doctor Frankenstein que fabricaba sus monstruitos y nos lo devolvieron tachado, advirtiendo que el autor estaba pintando un personaje que creaba seres vivos y que los seres vivos solo puede crearlos el Sumo Hacedor. Eran pijadas de algún chiflado que tendría un mal día.
XL. Muchos niños adquirieron el hábito de lectura con sus tebeos.
F.I. Es que siempre he hecho textos cortitos y he buscado palabras que tuvieran una cierta gracia, aunque fueran palabras en desuso. Al llenar las páginas de dibujitos y figuritas que se mueven mucho, los críos se acostumbran a leer sin odiar a los bichitos negros (las letras). Luego, ya pasaban a otros libros sin dificultad. Algunos habrán terminado leyendo a Kafka y Kant. Bueno, yo no he llegado nunca a eso [ríe].
Francisco Ibáñez "Un día trabajando haré: ¡boom! Se me caerá la cabeza en el tablero y será el final" 3
Ibáñez sufre desde hace tiempo problemas de espalda, pero eso no lo disuade de trabajar. “Los médicos me dijeron que la artrosis había traído una escoliosis, pero yo creo que lo que tengo es ‘mortadelosis’ [ríe], por estar toda la vida dibujando, inclinado sobre el tablero”.
XL. ¿Sus nietos son aficionados a la lectura?
F.I. Afortunadamente, sí; no son como la mayoría de los niños, pegados a las pantallitas. Por suerte, cuando vienen a mi casa, disfrutan mucho leyendo historietas, también las de Mortadelo. Yo creo que los niños pequeños aprenderían mejor las cosas a base de historietas, con mucho dibujo y pocas palabras, que con los libros farragosos que les dan en la escuela.
XL. Dice su mujer que en casa usted no tiene ninguna gracia.
F.I. Sí, sí; suele decirme que fuera seré muy gracioso, pero que en casa soy un palo, que no hay quien me aguante [se ríe]. Cuando me pongo a trabajar, me concentro mucho en el ‘¿qué pongo, qué pongo?’ y me aíslo de todo. Ella sabe que sigo vivo porque de vez en cuando escucha el ruido de los lápices. Parezco un monje trapense. No he tenido aventuras en mi vida, las he vivido a través de mis personajes. ¡Ojalá fuera ellos! [ríe].
XL. Cuando habla, parece que todo le hace gracia. ¿Tiene genio?
F.I. ¡Jajaja! Mi mujer también dice que fuera seré un genio, pero que en casa tengo un genio endiablado. Ya sabes: «en casa del herrero…». Pues eso, en casa, el historietista es más serio que la puñeta.
XL. ¿Sigue sin usar el ordenador?
F.I. No lo uso absolutamente para nada, todo lo hago a mano. Una vez intenté usarlo para escribir los gags y me corregía las palabras porque no las reconocía. Así que me harté y lo metí en el armario para siempre. Tampoco uso ese cacharrito terrible que todo el mundo lleva delante de las narices.
XL. ¿No tiene teléfono móvil?
F.I. No sé ni dónde está y no conozco ni de lejos el número que tiene. Cuando salgo de casa, lo llevo por si ocurriera algo, pero a veces no sé ni cómo se contesta y empiezo a apretar botones.
XL. ¿Mortadelo y Filemón son los superhéroes del siglo pasado?
F.I. Yo diría que son antihéroes de coña, no pueden ser superhéroes porque siempre la supercagan: todo lo que tocan se convierte en una desgracia. Son un par de agentes de la TIA bastante incultos, aunque Filemón tiene algo más de lógica que Mortadelo. Al lector le gusta que las cosas les salgan mal. A Rompetechos, que es el personaje que más me gusta, también le sale todo al revés por un defecto físico, el mismo que tiene su creador: la miopía.
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Con su mujer el día de su 80 cumpleaños. @El Periódico
XL. El cómic está de moda y el manga japonés arrasa.
F.I. No tiene nada que ver con lo que yo hago. Pero, si al público le gusta, me parece bien. Cualquier creador tiene derecho a tener su hueco y su público.
XL. Cuando va a las ferias, una de las colas más largas para firmar libros es la suya.
F.I. Sí y me pasa en todos los países. Cuando veo esas colas, de más de 300 personas, me dan ganas de echar a correr por la cantidad de trabajo que me espera. Pero también es cuando me doy cuenta de que vale la pena lo que estoy haciendo.
XL. ¿Cómo se siente cuando coincide con grandes escritores?
F.I. Una vez me convencieron de que fuera a una comida de escritores ilustres en el Café Gijón. Me sentaron al lado de Buero Vallejo, que me miraba como diciendo: «¿Qué hace este tío aquí?». Recuerdo que le dije a Vizcaíno Casas que no sabía qué pintaba yo entre tanto escritor famoso y me contestó: «Tú eres el que tienes más derecho a estar aquí. Tú vendes más que ninguno de nosotros». Pese a lo que me dijo Vizcaíno, no estuve muy a gusto allí, ni mucho menos.

“Mi mujer suele decirme que fuera seré muy gracioso, pero que en casa soy un palo. Soy más serio que la puñeta”

XL. ¿Qué edad tienen sus lectores?
F.I. Esto ha cambiado bastante. Inicialmente mi público era infantil, ahora hay casi más adultos que niños. Muchos me cuentan que me siguen desde que eran pequeños, alguno con más de 80 años. A veces me han hecho firmar álbumes para el niño, para su papá y para el yayo que venía con ellos. Me gusta ver a varias generaciones a la vez leyendo felices a Mortadelo.
XL. ¿Siente que ha sido suficientemente reconocido?
F.I. Los premios me traen completamente sin cuidado. Para mí, el premio de verdad es ver esas multitudes que te decía antes haciendo cola. Ver los ojos de un niño como platos mientras le hago un dibujo en su libro no lo cambio por ningún tesoro del mundo.
XL. Este domingo, 15 de marzo, cumple 84 años. ¿Hasta cuándo seguirá pintando?
F.I. Con el número ocho con el que empieza mi matrícula, hace un montón de años que tendría que estar jubilado y, sin embargo, sigo y sigo. ¡Y, además, de qué manera! Yo digo, en plan de coña, que cuando se acaba el día pongo la hora canaria para trabajar una hora más.
XL. Entonces, no lo dejará nunca.
F.I. Hace seis años dije en la editorial que me quería retirar, pero no me dejaron. En el poco futuro que me queda ya, no hay planes de jubilación. ¡La jubilación ya no existe para mí! Hay dos maneras de retirarse: una es cuando te abandona el lector y deja de hacer cola para verte, y eso todavía no ha ocurrido; y la otra, cuando haces ¡boom!
XL. ¿Boom?
F.I. Sí, cuando esté trabajando y de repente: ¡boom! Se me caerá la cabeza encima del tablero y será el final. Cuando me muera y quiera alguien escribir mi biografía, simplemente tendrá que poner: «Fue un gilipollas que trabajó, trabajó y trabajó».
XL. ¿Se va a quedar con ganas de haber hecho algo?
F.I. No, he sido muy feliz. Estoy muy satisfecho con todo lo que he hecho: no he cambiado de señora en más de cincuenta y tantos años, tengo a mis hijos y a mis nietos, he trabajado en lo que me gustaba y mis historietas le han gustado a mucha gente… ¡Ha sido bonito!