20161204

Evolución humana según Conti

Data Estel·lar conti-nuista Diumenge 20161204

Página 42 de un Super Tio Vivo del año 1980 sin numerar.

Comienza con una frase que todos tenéis que recordar y mencionar en vuestras conversaciones, whatsapps o cómo habléis hoy en día:
En tiempos pasados no había penicilina pero los hombres se divertían de lo lindo.
Conti.

La página se llama Evolución del Hombre. Guión y dibujos: Conti.

Supongo que es lo que alguna vez he leído como "página temática" porque desarrolla un tema aunque generalmente, entre las así denominadas, son chistes sueltos sin tema único.


Mi percepción (siempre con la aquiescencia del Perrito Piloto): parecen muchas viñetas pero son: mmm...6 o... 10 si desglosamos algunas de ellas. 14 si desglosamos la evolución del empleado.

Hay algo en ese guión que me recuerda a páginas similares de Jorge: el de Deportes Pagados y Doña Urraca.  Puede que ayude el dibujo que Conti usa: menos agresivo y agreste que el de tantos chistes y Cariocos. ¿Tal vez de una época más primitiva? ¿Cuándo se publicó por primera vez esta página? ¿Hay más de esta familia?

Sin embargo, en esas no tantas viñetas y única página hay mucha tela que cortar. 

Una parte aventurera, una parte de oficinista y otra sobre el futuro del año 2000... ah, de cuando el año 2000 era un futuro divertido. Ahora podríamos decir de forma genérica "los 2000" como para abarcar todo el milenio a ver si...  pero que hoy nada.

Sobre los oficinistas: en las historietas hay una tendencia oficinizar a todo quisque. El trabajo es de oficina. Lo demás es residual. En los años en que se escribe esa página de chiste y el 90% de la producción tebeística, el Sector Primario es primordial en España (agricultura, ganadería, minería) y, en la zona de fabricación de las historietas, Barcelona-Catalunya, lo es el Secundario o Industrial. 

El Primario puede ser que aparezca en historieta sobre el campo, sobre los pueblos, sobre lo bestias que son en los pueblos o sobre los primos del pueblo... todo muy de tópicos vistos con la suficiencia de la ciudad, aunque los personajes urbanos se lleven unos palos de aúpa.

 En cambio el Sector Secundario apenas aparece. Algún fondo de alguna viñeta, poco más. Por supuesto, nada de obreros fabriles: ahí sí que creo que actúa directamente la censura e incluso una altivez social. Se evita el problema de identificar obrero-trabajador de fábrica con el comunismo. Así de directo. Y además eran gente baja, sin estudios... y que no vivían lejos, en el pueblo, en el agro, sino allí en bloques de pisos, en un entorno urbano... no podía ser que existieran... no se les dibuja. 

Apenas recuerdo un chiste con un fabricante que tiene un cuadro o foto de su factoría y un partido de fútbol entre los de la oficina y los del almacén por parte de Pepe El Hincha. Poco más.

Los obreros y sus fábricas y el clero y las iglesias son los dos elementos que brillan por su ausencia en el tebeo español durante cien años. Dos elementos entre los claramente presentes a efectos de paisaje y a efectos sociales. La llegada de la democracia y la desaparición de la censura no sirvió para que aparecieran, como sí sucedió, parcialmente, para el caso de ciertos temas o para el dibujo de personajes femeninos

Volviendo a lo estricto de la página, tenemos una página en la que Conti ve una humanidad en pleno proceso de aburrimiento por culpa de la estabilidad que da el trabajo moderno de oficina. Es un mundo con trabajo bastante estable el del Franquismo: entras en la oficina y allí te quedas. Hemos aprendido vía el libro de Marvel La Historia Jamás Contada que los Estados Unidos de América de los que nos habían contado la mentira de que estaba mal visto permanecer en el mismo puesto de trabajo durante mucho tiempo, que los altos cargos y directivos es precisamente lo que persiguen y consiguen. Lo que está mal es que te despidan cada 3 semanas. 

La burocracia de papeles como único monstruo a combatir es un elemento interesante.

Es una mirada divertida pero también falsa a un mundo de aventuras: ir a cualquier sitio, según han contado los libros de Historia y más aún los de la época, como si eso no conllevase peligros graves y solamente diversiones en plan película (o que las películas mienten antes que fantasear). Por eso, la última viñeta se titula sonoramente: "¡Pero aún hay esperanza!" 

De Marco Polo, que eran cuatro los que eran marcopolos o cristóbalcolones, y  la mayoría obligados, siervos, galeotes, esclavos remeros, a un futuro de flashesgordons o polinesgordons...

La metamorfosis del empleado de oficina es ciertamente angustiosa.