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La Capitana Jean DeWolff es uno de esos personajes, para mí, incomprensibles, dentro del subuniverso Spiderman: la veo como un personaje policíaco femenino de la primera mitad de los años 1980. Nunca acabo de ver que se concrete nada de sus características.
¡LO QUE HA LLEGÁ SUFRÍ LA POBRE CRÍA!
Me gusta mucho el anuncio de media página inferior porque hay dos portadas de colores amarillo anaranjados-atardeceres vivos. No sé de qué sirve anunciar lo mismo en una revista pero ahí queda. La sospecha que es que "El Espíritu" fuera un intento de un nuevo superhumano cuyos poderes, perdonarán, pero comprendo.
A veces parece como si estuviera interesada medio enamorada de Spiderman. Nunca se nota nada.
Antes de que el personaje esté desarrollado creo que el guionista Peter David la mata cruelmente. Leo por ahí que es lo que hizo famoso al escritor. Para mí es lo peor: pero es lo que gusta, sang i fetge. Lágrimas de cocodrilo y a pensar poco o nada, porque el personaje, que yo sepa, no ha sido ni recordado ni reivindicado como sí ha pasado con otros: "ah, Fulanitez, cuánto tiempo (*) *: ver Spiderman 453"
Un personaje trágico con un guionista que tengo más asociado a lo cómico.
Encima lo mata un tipo llamado El Comepecados que sí que reaparece, que sí que da la tabarra, que encima lleva una especie de escopeta recortada cosa que parece más violento que mil rayos de energía quasárica, y que creo que incluso es recuperado como desmontado e inválido bastante tiempo después con un posible heredero compecadiense. El mismo nombre, "Comepecados", me resultaba molesto y lo asocio al auge de la ultraderecha violenta y de orígenes falsamente cristianos, amantes de las armas, de la pena de muerte, de las bombas nucleares y de que nadie tenga oportunidades, osea, de que no haya un sistema de bienestar social en los Estados Unidos. El auge de los telepredicadores, que enviaban sus votos a Ronald Reagan, como ha pasado en Brasil con Bolsonaro, y como sigue pasando con el Partido Republicano estadounidense durante décadas hacia Bush, Bush II o Trump. A partir de ahí, no controlo antes, hay un montón de referencias religiosas-políticas en los tebeos de superhéroes, con una creciente autocensura, de querer criticar pero de no ir más allá. Lo hemos contado aquí y allá pero hay muchos más ejemplos.
Así que la Capitana Jean DeWolff tenía una historia trágica, con un final trágico y hasta el estilo de historieta y dibujo lo era.
Seguramente, un intento de repetir la Muerte de Gwen Stacy pero con un dibujo y tinta más oscuro.
Como más de Hill Street Blues o Canción Triste de Hill Street, sobre lo dura que es la vida de los policías, en la serie televisiva emitida desde 1981. Nota: nadie obliga a serlo. La serie del Teniente Mafrune, digo Furillo.
Es posible que aquí empiece una etapa de Spiderman de la que ya nunca se desliga: triste y oscuridad, tragedia y los chistes solamente destinados a parlotear con Jameson o con los malos en las luchas por los tejados. Hasta el Mefistazo, las desgracias de la hija perdida, la muerte de todoquisque, los mil clones, la muerte y desaparición de Ben Reilly... que se hace polvo presuntamente al final de la saga, porque se ha desgastado porque el ADN es de mala calidad. Nota: lo mismo que comentaron sobre el envejecimiento prematuro de los clones de la oveja Dolly cuando salió en las noticias en 1996, como primer hito de la clonación legal. Siempre espero que se escabullera entre las calles de las viñetas de Marvel, que suelen dejar cosas sin contar: no he leído lo de Ben Reilly del siglo XXI.
Lo que no sabía yo, y tuvo que llegar Pocket de Ases Bruguera Spiderman 1 para contármelo desde 1981 en una compra de 1€ de verano de 2021, es que la vida previa de la capitana DeWolff, ahí traducida simplificadamente como Jean Wolf, había sido durísima, salvo por el enchufe de ser capitana porque su hermano y antes su padre también lo habían sido cosa que, según las pelis USA, es lo normal en ese país de oportunidades, el de heredar cargos militares, policiales, alcaldías y del alto estamento médico.
El padre la desprecia, sin más. Se vuelve malo. El hijo muere pero luego dicen que desaparece, así que no queda claro. El padre lo medio reactiva, medio revive, medio hipnotiza. El padre le dice de siempre que una mujer no puede ser policía, que tal y qe cual, y le echa la culpa de que su madre muriera al nacer. La mortalidad femenina por maternidad en la ficción es muy elevada. El desarrollo y final de la aventura es descorazonador para el lector... imagínense para la pobre Jean DeWolff, quien no deja el puestazo de jefa de la poli para irse a trabajar de pescatera, por ejemplo.
Es un rollo así anti-hija, pero también con un trasfondo que quiere ser feminista en el guión de aquel tipo de "las mujeres no trabajan", que, por cierto, es lo mismo que han dicho tooooood@s l@s profes de la uni y el feminismo oficialista por más que se les reconvenía una y otra vez y otra vez y otra vez y otra vez, durante años y años diciendo: pues en el Téxtil de Sabadell era lo normal, hay barrios enteros de mujeres nacidas en los años 1910-1930 que son trabajadoras, en el campo,y las seños ¿no las hay desde principios del siglo XX cuando menos?... dando de comer a las gallinas, en la huerta,trabajaban las mueres de siempre... pero es que no se referían al trabajo de verdad sino al trabajo burgués, de cobrar mucho, trabajar poco y no mancharse.
Si no dices lo que toca y no eres de la clase social y con los enchufes familiares adecuados no cobras de eso.
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