Data Estel·lar anticontaminante Dilluns 20210301
Empresas que han sido subvencionadas durante un siglo y medio, que han lanzado golpes de Estado, han destruido democracias, han matado gente de hambre, de pobreza, para impedir que se quejaran, o por sus venenos contaminante se unen en la Carta de la Energía firmada hacia 1991, a escondidas de todos, por muchos Estados, entre ellos España.
Tan escondido y opaco es el tema que no se contaba esto en revistas especializadas de relaciones internacionales, de comercio, economía o derecho.
Se puede firmar aquí y en varios otros sitios.
[Ciberacción] Píde al Gobierno que abandone el Tratado de la Carta de la Energía por Ecologistas en Acción:
¿Te imaginas que el Gobierno de España no pudiera cumplir con sus compromisos climáticos por las amenazas de demanda multimillonarias de multinacionales energéticas? ¿Y que la factura de la luz estuviera condicionada por un acuerdo internacional que España firmó en los 90 a escondidas y sin debate público?
Existe un tratado internacional que hace posible todo esto. Es el Tratado sobre la Carta de la Energía (TCE). El TCE protege las inversiones en combustibles fósiles y permite a las multinacionales e inversores extranjeros demandar a los Estados en un sistema paralelo de justicia, los tribunales de arbitraje, por prácticamente cualquier medida que vaya a favor del clima y la ciudadanía y en contra de sus intereses: eliminar el carbón, prohibir la exploración de petróleo en alta mar, bajar la factura de la luz, poner fin a proyectos gasísticos o incluso solicitar estudios de impacto ambiental a las empresas.
Esto ya ha pasado en Países Bajos, Italia, Alemania, Francia, Hungría, Bulgaria o Eslovenia. Y es lo que podría pasar en España con la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Desde la sociedad civil en toda Europa y desde el Estado español pedimos más ambición y una respuesta contundente a la crisis climática. Es el momento de eliminar los combustibles fósiles e impulsar las energías renovables para limitar el aumento de la temperatura global. Pídele al Gobierno de España que abandone el TCE. Cambia el sistema, no el clima.
¿Habéis oído a alguien de PSOE, Podemos, PP, Vox, ERC, Junts, CUP, C's , PNV o BNG gritar claro y alto contra esto alguna vez? ¿Verdad que no? Entonces, planteaos si lo que os ofrecen en las elecciones es lo que te interesa votar o lo que a ellos les interesa que votes.
Este tipo de tratados internacionales trituran el espacio de Derecho Internacional Público o DIP, bien que sabemos que es una ficción es una ficción útil a los intereses colectivos.
En su lugar, se activa un Derecho tan privado que incluso los tribunales son privados y, por tanto, más favorables a los privados, a las empresas:
El tratado incluye una serie de disposiciones para solucionar los conflictos entre inversores y estados que son legalmente vinculantes. En concreto, el artículo 26 específica que si un inversor se considera afectado podrá optar por someter una controversia a un tribunal de arbitraje internacional conocido como ISDS por sus siglas en inglés (Investor-state dispute settlement) que es un tribunal compuesto por 3 abogados particulares. Es decir, el tratado protege a los inversores, dándoles la oportunidad de demandar a los estados en tribunales privados por encima de la jurisdicción nacional si consideran que estos no han respetado el Tratado de la Carta de la Energía. Si el tribunal de arbitraje considera que se han violado los derechos del inversor, el estado deberá compensarle con una elevada suma de dinero público que puede ascender a cientos de millones de euros.
En una convocatoria de Avaaz que ha llegado a más de 700000 firmas aunque se pedían 5000000 y que conviene seguir alimentando se cuenta:
Es indignante. Justo cuando muchos países están por fin actuando para detener el cambio climático y proteger el planeta, los gigantes de los combustibles fósiles están demandando a estos gobiernos por miles de millones de dólares.
Todo se debe a un poderoso tratado internacional del que casi nadie ha oído hablar: el Tratado sobre la Carta de la Energía.
Se diseñó para incentivar a las empresas energéticas a que invirtieran en economías en desarrollo, pero ahora lo están instrumentalizando para demandar a países cuando estos intentan cerrar plantas de carbón y plataformas petrolíferas tóxicas, arruinando nuestra transición hacia el uso de energías 100% limpias. Y aunque estas empresas ya han ganado más de 50 mil millones de dólares de fondos públicos, más países siguen cayendo en la trampa.
Pero por fin hay un plan para desechar el tratado. Italia ya lo ha abandonado, y ahora Francia, España y otros están exigiendo su retirada. Si defendemos su llamamiento con una petición de 1 millón de firmas, podríamos impulsar una importante revuelta en una ronda de negociaciones crítica este martes. Es nuestra oportunidad de asegurarnos de que nadie reciba una demanda por actuar contra el cambio climático.
Una coalición de más de 20 organizaciones coordinada por CAN Europe apoya esta petición conjunta.Publicado: 12 febrero 2021
Durante y a finales de febrero de 2021 se plantea un acción colectiva por medio de firmas como las que aquí exponemos y también expuso La Maginoteca en 20210226 Empresas contra la salud de todos y contra el medio ambiente.
Son tratados que dan TODO EL PODER PARA LOS SOVIETS CAPITALISTAS y cuyo parangón ha sido el TTIP del 2015 sobre el cual La Maginoteca informó debidamente, lo que la pone muy por encima de los medios de comunicación oficialistas, lo que solamente lanzaban agit-prop nacionalista con banderas, lazos, aporellos y lloriqueos varios solamente aptos ara gente que tienen sus vidas solucionadas.
Ya en abril del 2019, el finforme por NoalTTIP llamado ESPAÑA: UN CASO PARADIGMÁTICO DE LOS ARBITRAJES DE INVERSIÓN EN EL SECTOR DE LA ENERGÍAS
cuenta algo extremadamente difícil de conocer porque la prensa lo ha escondido, así como los partidos políticos y hasta las organizaciones que pegan sus lemas en los semáforos:
El Tratado sobre la Carta de la Energía es un acuerdo de inversión plurilateral que abarca específicamente el sector de la energía. Fue firmado en 1994 por medio centenar de países de Europa y Asia para asegurar el control por parte de empresas transnacionales sobre la integración de los mercados energéticos de Europa del Este y Asia Central [osea para comerse el sector de la energía de la Unión Soviética que acaba de cerrar el chiringuito]. Con ello, las economías occidentales, altamente dependientes de los recursos energéticos fósiles de otras regiones (el gas de Rusia, el petróleo de Asia Central, el uranio de Mongolia), se aseguraban el suministro. El Estado [E]spañol firmó el tratado en 1994 y nunca fue sometido a un debate público. El entonces rey, Juan Carlos, y el presidente de gobierno, Felipe González, lo firmaron sin elaborar un estudio de impacto ni informar de las consecuencias. El pleno del Congreso de los Diputados, en su sesión del día 16 de marzo de 1995, lo ratificó sin debate previo y sin conocimientos reales sobre las consecuencias de firmar un tratado de esta envergadura (sobre todo en relación con las demandas de arbitraje como veremos más adelante). El tratado entró en vigor en 1998.Mal: Estado español: ponen en mayúsculas "Carta de la Energía" y "Congreso de Diputados" pero intentan minimizar la palabra "Español".
No recuerdo que Greenpeace dijera nada por entonces. Tampoco Izquierda Unida-Los Verdes ni Iniciativa per Catalunya-Els Verds. Y son cosas que marcan. Por supuesto, ni un solo profesor de la universidad habló y ni una sola conferencia fue convocada sobre ese tema tan capital.
Vamos a hacer un análisis crítico sobre esta acción colectiva: ¡qué curioso que llegue a España justo cuando, en noticia de El Salto Diario del 20210215, España plantea su salida del Tratado sobre Carta de Energía si no es compatible con el Acuerdo de París:
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera; la titular de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González; y la responsable de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, han enviado una carta a la Comisión Europea planteando una salida tanto de España como de la UE y sus Estados miembro del Tratado sobre la Carta de Energía (TCE) si en el proceso de reforma del mismo que está teniendo lugar actualmente, este no se alinea con los objetivos del Acuerdo de París.
¿Estamos ante una nueva manipulación de la opinión pública para que se logre un presunto acuerdo que parezca que hemos conseguido entre todos cuando están negociando-pasteleando las élites y necesitan esas firmas para parecer que tienen una legitimidad popular para salirse del tratado o para modificarlo, legitimidad que no nos pidieron cuando firmaron a favor del mismo?
Seriamente me pregunto dónde está, si es que está, el Colegio de Politólogos y Sociólogos y aquellos politólog@s y sociólog@s que nunca hablan de nada de esto. Los que nunca trabajaron de esos trabajos puedo entender que pasen de comentar. Pero los que cobran, los que cobran... o igual cobran por callar.
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