20220618

Revival Punk

 Data Estel·lar fa poc Dissabte 20220618

Pongo la radio unas cuantas veces entrado junio del 2022. Punk por allá, punk por allí. Punkarras.

En la Cadena Ser entrevistan a uno que dice que el punk ha sido el último hito cultural y blablabla. Cita el Primark porque se venden camisetas de los Ramones y le replican que también hay de los Jamones. 

Sospecho que los antiguos punks, punkis, punkies, punkarras estarán a punto de jubilarse. 

Se han enterado ahora... y temo que nos quieran dar la lata con algo que podría haber desaparecido sin más, como tantas cosas.

 

Oigo hablar sobre Alaska sin parar. Le dedican una biografía en otro programa de radio matinal.

Este sábado ponen un concierto plomo que cuyo ruido llega a mi comedor y sueltan algo del punk. Todos los acordes y gritos de los que cobraban por cantar eran iguales en distintas canciones. Lo demás son bonitos mensajes sobre que lo odian todo, esta vida, Occidente (en Oriente los quiero ver) e insultos a los policias, aunque es posible que no sepan ni lo que es un policía ni tengan nada que odiar en un mundo en el que han nadado en la abundancia. 

Como narcótico social, ese tipo de conciertos con la gente berreando, funcionan igual de bien que los que gritan en los estadios de fútbol. Se deja de pensar, por supuesto de analizar y la opinión dura hasta el siguiente trago que sea.

Sospecho que ha llegado a España una nueva moda: el regreso del punk, el revival  como lei en aquel tebeo de Donald y Daisy, Daisy y su rival Patosa en Don Miki número 520, en Reimpresión 67, Editorial Montena.

En una noche temática o similar tipo de documentales, ya hablaron, desde Estados Unidos de Améric,a claro, como si el punk estuviera muy establecido en todo, lo que incluía la contrakultura que llevaba a dibujos animados como Tito Yayo, que se emitía sin parar por un canal de animación tipo Boing. ¿Dónde estaba ese punk? Ni idea. Querían que sonaba bonito y transgeneracional y transtotal.  Estamos hablando de que para el año 2018 ya existía esa reivindicación Revival Punk en los Estados Unidos. Pasó desapercibido en la prensa y demás cosas de noticias y de curiosidades sociales y culturales en España.

El punk, para la sociedad general, eran gente con pelos de punta, rapados por algunos lados, y pintados. Todo eso ha quedado desfasado por mil peinados y cortes mucho peores. Los modernos de los modernos. Lo feo de lo feo. Fue apropiado y domado y se decidió que un niño tenía que llevar algo de pelo de punchas para que no fuera tan infantil: así que el punk se comenzó a llevar la infancia al basurero, cosa que ha continuado. Una frase típica de cualquier pedagogo es: "este niño es muy infantil"... miedo mío a que sea "un poco senil".

También estaban una serie de mensajes que nadie entendía: punks not dead... y los demás not deaf... y no future. En realidad, los punk robaron el presente y hurtaron parte del futuro.

De lo peor era y sigue siendo, sobretodo si se pone de moda, la vestimenta de cucaracha. Asco daban las tías de la FP vestidas de negro, las ropas negras, los pelos caídos, las medias negruzcas, las faldas negras. de una vida negra con pieles blanco-zombi. 

Si el punk tiene que regresar, sufriremos más horribles vestimentas, unidas a piercings y tatuajes, que no existían en los años 1970 ni 1980. 

En el mundo televisivo, se reinterpretaba al personaje infantil Espinete, del Barrio Sésamo, como un punki y así era dibujado mil veces por los niños de los colegios. Es posible que lo eligieran precisamente por lo del pelopincho punki. No dijeron nada en TVE pero así fue visto luego por una parte sustancial de la población a nivel estético. Al menos era rosa y no negruzco.

Los niños iban con algunos pelos de punta... Para los años 1990, la mezcla estética espantosa era punki-rockera. No es que lo demás fuera mejor... Tuvieron que llegar el año 2000 para conseguir una moda con más colores y que fuera, puede que guarra y sucia, pero menos que lo anterior, de ropa no lavada.

Así llego Punki Chungui, un perssonaje fugaz de la revista Pulgarcito de Ediciones B-Grupo Zeta, que intenté que me gustará, sin conseguirlo. Acabó siendo amigo de 2 ratas gigantes. Era un punki, así que tenía que ser joven pero fueron a más, y con unas 6 historietas ya no tendría más de 14 años, sospecho. Era punki porque iba con pelo de punta y llevaba punchas por la ropa... iba en monopatín, cuando era algo inexistente en aquella sociedad.

Los punkis, como tantas cosas de los años 1980, habían comenzado en los años 1970, y sirvieron, como tantas cosas de los años 1980, para quitar espacios públicos y privados a la infancia. El odio a lo infantil en los años 1980 creo haberlo comentado alguna que otra vez con parques que se iban oxidando, cabalgatas de reyes anquilosadas y programación televisiva que no remontaba o que era siempre torpedeada por toros, golf, tenis o fútbol... los grandes mandaban. La generación tapón se había hecho con todo y solamente cederían algo a sus hijos, para los años 1990. 

Mensaje cultural. Influencia... A ver si algún día tiene influencia algo que no sean eructos.  Algo que sea para mejorar el planeta.

2 comentaris:

incansable lector ha dit...

Jajaja. Eres tremendo...
Yo creo que lo que peor te sabe es que era un fenómeno musical, al menos en un principio.
Una duda tengo: ¿has confundido lo Punk con lo Heavy cuando has hablado de lo negro y las teces cadavéricas?
Bueno, yo creo que tienes razón en varias cosas como en ese dejarse llevar por la moda y no razonar en lo que el fenómeno pueda tener de intelectual. Pero también creo que no todo era tan vacuo; por ejemplo, La Polla Records cantaba aquello de "Come mierda" que era una gran canción crítica con la comida industrial...
carlos

maginelmago ha dit...

Es como llegó a la calle: con mezclas. No hablo de convertidos a esas religiones urbanas sino de gente que ¿cómo lo decían con los neonazis? "estética skin". Pues lo mismo. La fealdad que se tiene que respetar.