20220521

"En todas las casas había tebeos".

 Data Estel·lar llegida Dissabte 20220521

En el documental Imprescindibles: Ibáñez de TVE, emitido por La 2 de TVE el domingo 20220415 y en alguna ocasión anterior, se dice, se repite una idea que tengo martilleada de otros sitios: "En todas las casas había tebeos". Es incorrect por muy incompleto.

Calles, polígonos, barriadas, barrios, distritos y localidades enteras se caen de ese "En todas las casas había tebeos".


He puesto "había tebeos" para quedar bien con los que se arrodillan ante la RAE y el IEC pero sabed que yo prefiero "habían tebeos".
No es mi experiencia: ni tebeos ni libros.
Eso iría por barrios que es casi como decir por clases sociales.
En lo que yo conozco, ni siquiera en los pisos de los niños había necesariamente tebeos o tebeos a montones. Alguno, algunos, alguna vez. Algunos se conservaban. Y puede que otros se tiraran.
Cuando alguien se deshacía de los tebeos: cuente usted con 2 o 3 que le daban a algún conocido, primo, etc, de menos edad.
Por tanto, a partir de los 13 años, se acaban los tebeos y comienza el tabaco.
Libros: lo habitual era ver una enciclopedia en falsa preferencia en un comedor y cuatro libros. Hay una portada de Zipi y Zape creo que Ediciones B-Grupo Zeta hacia 1988 en la que dicen que parecerían más cultos si añadían a los pocos libros de su estantería un par de listines de teléfonos (gruesos tomos de centenares de páginas que repartía la Compañía Telefónica Nacional de España cuando era públca y unos pocos años cuando fue privatizada y los primeros años de Internet).

Dudo que esas enciclopedias de entre 10 y 20 tomos fueran miradas alguna vez. De los libros que repartían las cajas de ahorros setenteras, menos. Pero se vio como una de esas extrañas necesidades. Puede que algunos hogares con hijos escolares usaran alguna vez la enciclopedia para algún trabajo escolar.
Superhumores, Tintín, Astérix... si había 1 de cada o 1 o 2 en total por hogar con personal infantil... hum...
Luego están los lectores.
Pero, cuidado, vamos a los discos, a las cintas de cassette y de vídeo de compra o alquiler, al DVD o a los CDs, o vídeojuegos, diskets o de cartucho... de eso, desde principios de los años 1970, no sé si antes, no faltaba. Recuerdo haber visto estantes con 100 cintas de cassette, que era un formato musical mucho más popular que los discos puede que porque ocuparan poco espacio. Por entonces no me daba cuenta. Ha sido durante el siglo XXI cuando me he percatado de aquello, sobretodo a raíz de "por culpa de los vídeojuegos, por culpa de internet, por culpa de youtube... no se leen tebeos". No, si leer lo que se dice leer ya no se leía. 

Analfabetos porque no habían ido al colegio, analfabetos funcionales y luego ya analfabetos vocacionales convertidos en analfabetos activistas... han sido una gran parte de la población.

Lor que no habían ido al cole o los que fueron extirpados de la escuela (nacidos en los años 1910, 1920, 1930) muchas veces han tendo más interés por la cultura en general que generaciones posteriores. 

Pero no había base cultural y nunca la hubo.

Evidentemente, había otras realidades sociales y culturales pero, si no había escuelas y el 60% tenía pocos estudios o ningunos y, cuando los tenían, poco o nulo interés o "gusto por la lectura", significa que la mayoría de la población ha estado fuera del sistema de lectura por una u otra razón. Me cuentan a veces de familias con niños que leían tebeos de manera habitual, que los tenían, que los atesoraban... o que los intercambiaban.

Si alguien quiere, se buscan más razones: ausencia de bibliotecas hasta entrado el siglo XXI con una biblioteca por cada setenta mil  habitantes... a veces por cada 35000 habitantes. Y hablamos de bibliotecas que son aulas para hacer los deberes y donde los jubilados van a leer el diario, y eso ya es el 75% de las sillas llenas. Son bibliotecas que odian los libros: que no ejercen de guardianes y custodios sino que su ansia mayor es tirar a la basura libros, poner rótulos que impiden que los ciudadanos hagan donaciones porque nunca traerán incunables del siglo XVI sino libros del Círculo de Lectores, que es lo normal, lo que la gente tiene. 

Se puede decir que las viviendas son pequeñas: lo han sido siempre, salvo en los pueblos. Pero no había problemas para ocupar ese espacio con otro tipo de ocio que no eran los libros ni los tebeos. Así que, hay que irse al tema 1 de Economía donde dice "el consumidor decide en qué gastar su renta disponible".

También podemos ir a si lo editado era y es del interés de los habitantes: ¿se van a convertir en lectores de tal o cual autor, tema, argumento? Es que igual no les interesa un pimiento. Si a mí me disgusta el 80% de lo que se publica porque es má de lo mismo, de una sociedad que no es la mía, con unos valores que no son los míos... un ejemplo que siempre tengo es cuando Ana Rosa Quintana, presentadora y periodista, sacó un libro sobre malos tratos... pero lo hizo sobre una mujer de clase media-alta y blablabla cuando se había pasado años con mujeres de clase baja que contaban sus penas. No tuvo ni la capacidad intelectual ni la habilidad comercial ni la empatía social de acercarse con su libro a las clases sociales que le habían alimentado de datos y que veían su programa. Es un ejemplo en un océano que nos explica en parte la ausencia de lectores o lectoras o la inexistencia de una base lectora, así como la anomia o la auto-exclusión de unos grupos sociales como si no tuvieran razón de existir frente a otros que copan toda la aparición y exposición pública inclusida la literaria.