20240510

Zipi y Zape cuando tenían 5 años

 Data Estel·lar anys y anys per molt anys Divendres 20240510

Si la última etapa de la serie Zipi y Zape se hubiera titulado aproximadamente Zipi y Zape cuando tenían 5 años, su valoración podría ser más positiva en vez de estar absolutamente olvidada. Publicada en la efímera e inencontrable Olé de tapa de charol, Zipi y Zape parecen tener menos edad que los 9 o 10 años, el 4º de EGB (= 4PRI del siglo XXI), parece que conocen menos cosas y sus travesuras están vinculadas a temas concretos: no quieren hacer los deberes, así que se pintan con puntos como si tuvieran sarampión, o tienen errores por puro desconocimiento. Su aspecto físico los aparente más redonditos y pequeños y sus progenitores son capaces de alcanzarlos en algunas de las pocas carreras de huida que tienen. Aparecen pocos personajes secundarios de los habituales, uno de los cuales es el Doctor Pildorín, mucho más joven que en historietas de los años 1970-1980. Aunque atribuíbles a guiones simplificados tal vez por la enfermedad degenerativas de Escobar, podemos pensar que preguntas y respuestas demasiado sencillas como que, si van a la cárcel enviados por Don Ángel, eso implica no ir al colegio, lo que es motivo de alegría. Sin embargo, en los años 1980, se jactaban, sin embargo, de que, aunque llegaran tarde, no faltaban casi nunca, no hacían campana o como decía uon profe terulense, no se iban a tocar las campanas en vez de ir al cole. Entonces asumo que al principio pensaran que era mejor salvarse del cole incluso yendo a prisión pero luego, con la experiencia que da la edad y el paso del tiempo, de los 5 a los 7 años, cambiaron de opinión. Es una forma de ver esas historieta de hacia 1991 que nadie más parece haber leído ni calibrado, que nadie guarda en el recuerdo o que nadie leyó.

Zipi y Zape son creados y publicados por primera vez entre 1945 y 1946 para la revista Pulgarcito. En los primeros años pasan por muchas etapas, desde la magistral en la que su padre es Don Raguncio Feldespato hasta aquella con el pelo como un roldlo de algodón electrizado en los años 1950. 

Tardarán muchísimo en conseguir el aspecto más o menos definitivo y los personajes cambiarán sin parar. No es raro liarse uno con aquel "Maestro" sin nombre y con aspecto tan distinto de Don Minervo. Los lís se agravan con esas mezclas de historietas por temporadas, encima, ofrecida por las desastrosas publicaciones y ediciones de Editorial Bruguera y de Ediciones B-Grupo Zeta, no mejoradas ni mejorarán con Penguin Random House y los Herederos de Escobar... se saber que no mejorarán porque es tran fácil mejorarlo que hace años que podrían haberlo hecho con un par de tardes de trabajo entre la merienda y el Pasapalabra. Aquí sale Don Minervo, allá no tiene nombre, ahí lo llaman Maestro, aquí es un señor con el pelo blanco y delgado... buscan a un gendarme pero no es Don Ángel, etc, etc. Sin contar con aquella temporada, acaso una historieta mal entintada, con Doña Jaimita rubia en vez de morena que no es que la pobre no tenga derecho a ir a la peluquería a hacerse el tinte sino que, por lo general, la regla es que los personajes de historieta, para ser reconocidos fácilmente por los lectores, mantendrás su aspecto físico, ropa o elementos característicos, o incluso combinaciones de colores. 

La temporada de los años 1970 y me cubro al no poner una fecha fija con personajes más o menos fijos y variados durará hasta finales de los años 1980 pero con no pocos cambios: el niño fakir desaparece, el cenizo niño Lechuzo marcará un máximo de personajes y luego irá desapareciendo, habrá varias parejas masculinas y femeninas de hermanos o incluso gemelos o gemelas llamados Triqui y Traque. El Manitas lo mismo tiene familia con varios hijos y una esposa rubia que hijo único y esposa morena de aspecto distinto o igual vive soltero, o tiene un hermano. Sí, que ya sé que son historietas sueltas sin una continuidad esclavizantes pero es raro porque Escobar puede llegar a ser bastante primmirat, osea cuidado y hasta maniático... la ventana abierta de la planta baja, la salita azul, la salita roja, "tanto fútbol, si al menos fuera baloncesto", "eso, que dice Zape", las operaciones de la señora Plómez contada por ella misma, 

1985-1986 llega a un máximo de perfección. Para 1986, algo pasa y las proporciones de algunos personajes gordos y grandes como Don Pantuflo parecen fallar. Aún estamos en Editorial Bruguera.

Pero la calidad del dibujo regresa a 1985 durante la etapa de la revista Guai! de Ediciones Junior SA-Grupo Editoral Grijalbo entre 1986 y1987, Terre&Moto, con Terre nacido Terry y su cambio de nombre es objeto de una historieta, y eso es ser un poco maniático y detallista, digo yo.

La sorpresa negativa verdaderamente sin explicación, salvo lo leído en una interesante publicación anual y  que esmoderna y refrescante; nada que ver con lo que vino después .en general en el periodismo y en los medios de información que confunieron seriedad con abulia con la escondían la falta de talento). Su título: El Tebeo del Saló del Saló del Comic de 1988 o de 1989 es que no lo dibujaba Escobar. La frase, usada para varios personajes de Ediciones B-Grupo Zeta, me la sé de memoria: "desposeídos de sus creadores" añadidendo "por el todopoderoso Grupo Zeta".

Mi impresión, de toda la vida, como lector, sin embargo, desde 1987 de revistas de Ediciones B-Grupo Zeta era claro: Escobar tenía algún problema serio que le impedía calibrar las proporciones de los personajes, cosa que  le obligaba a convertir en gigantescos troncos con minúsculas cabezas a Don Pantuflo, Don Minervo y Don Ángel o El Manitas, a suprimir casi del todo la pelambrera abundante de los hermanos gemelos... y a optar por un extraño expresionismo que hace que los personajes se hagan grandes o pequeños según sus estados de ánimo: minúsculos al sentir vergüenza por ejemplo. Es algo raro en la miríada de paginas anteriores de Escobar. 

¿O es que un Equipo B aún peor que el de Mortadelo y Filemón se encargaba de sabotear sin parar a la pobre familia Zapatilla? Si es así, el delito es grave porque solamente aparece la firma de Escobar, que habría sido hurtada y falisificada durante años. Nunca aparece la firma Equipo B, cosa que sí sucede en Mortadelo y Filemón, en Pulgarcito y a veces en otros lado, o no está sin firmar como pasa con Cebolleta, Gilda, etc.

Por entonces, hacia 1988, aparece una entrevista en El Periódico El Dominical que debería estar enmarcada y ser conocida por todos; Escobar habla de sus creaciones... ¿por qué entonces? Pues supongo que porque entonces es cuando recupera legalmente la propiedad intelectual... pero encima destaca sus problemas de memoia, enunciados y sin ser puestos de relieve por el ninotaire ni por el periodista: se ha tenido que dibujar en grandes cartulinas que tiene colgadas -eso entendí yo- en la pared ante la cual trabaja para reconocer nombres, aspectos y relaciones de los personajes... 

Para entonces, ya suele aparecer Toby como perro de la familia Zapatilla. Me pregunto siempre qué pasó con Don Anito. ¿Falleció? También sería raro porque la esperanza de vida canina es inferior a la de los humanos, pero puede suceder. Parece el mismo Toby y no otro, y se llama igual. Puede que sea algún familiar. Ese Toby parece más perruno, menos espabilado que el de la otra serie... 

La Colección Olé tradicional de 1971 llega y cierra para 1991. Se inicia la Olé de tapas de charol con el mismo tamaño. Se elimina la palabra "Colección" de la mancheta. Ya ves tú: como si nos molestar, que no era el caso. En dicha mancheta, hay un dibujo de Zipi y Zape ¡dibujados por Ibáñez de las guarda de la Colección Olé tradicional. Se puede hacer peor y con peor idea de liarlo todo: Ibáñez como dibujante de Zipi y Zape como si fuéramos de un diario generalista cualquiera... en fin... Salieron pocos números de los cuales tengo el 2 y el 4, numerados con cifras grandecitas en la contraportada. 275 pesetas, que  era caro. con el anagrama de letras azules y fondo blanco complicado y barroco de Ediciones B-Grupo Zeta. El 2 es primera edición (y única): NOVIEMBRE 1992. El 4 es de ENERO 1993. 

Ahí hay historietas de 4 páginas firmadas por un Escobar que misteriosamente parece haber recobrado la capacidad para dibujar las proporciones correctas. Otro misterio. La tinta o el acabdo de las figuras, sobretod, bocas y ojos es distinto a todas las etapas anteriores... ¿había más manos dibujando?

Las historietas se habían ido simplificando ya en 1987, con menos personajes. 

Para 1988, varias historietas se basan en problemas de memoria de los personajes, reflejo de la enfermedad emergente de Escobar. ¡Mira si hay para analizar en esas historietas por parte de médicos, psiquiatras, etc!

Como el padre de Terre&Moto, Don Pantuflo ejerce de árbitro en Vaya Árbitro. Los hermanos Zapatilla postulan por ese puesto para su padre porque lo ven muy preparado. Es de las historietas más entretenidas porque el dilecto progenitor, usando el vocabulario desaparecido en esa etapa, impone castigos en vez de faltas: copiar cien veces, de rodillas con los brazos en cruz... falta que castigara sin patio o al cuarto de los ratones a toda la gradería.

En Bípedos y Cuadrúpedos, p1, el oso tras las rejas de la jaula está muy bien dibujado, al estilo escobariano aunque sea un poquitín más simplificado. Tras años de dibujos mediocres desde 1987, es un soplo de aire fresco.

En este caso, por ejemplo, casi se reduce todo a Zipi, Zape y Don Pantuflo con batín... si aparece el doctor Bisturían es un señor delgado y con bigote negro en vez de gordo y con bigote blanco.

Existe una violencia soterrada que incomoda: por ejemplo. la agresividad de Don Pantuflo contra Doña Jaimita varias veces. Zipi y Zape contra algunos otros personajes. En la historieta Fiestas Navideñas, una vendedora de un mercadillo de Santa Lucía (sin ese nombre) le arroja a la cara una casita de un Belén a una mujer. Duele de verlo. ¡Y es una historieta navideña! Que ni siquiera acaba bien. Acaba mediocre: con Zipi y Zape acarreando unos regalos que transportaba un señor.

En Olé 2, historieta Bien por Mal, p3 y p4, la violencia se ejerce lanzando las duras y pesadas letras de un rótuloque pone "BIEN" un rótulo del bar El Bienestar contra el pobre Peloto. Las letras son del tamaño del gamberrete. Es excesivo.

En p4 de Día de Lluvia es Doña Jaimita la que tiene un ataque de ira y golpea con un inmenso saco a Don Pantuflo porque ha manchado de barro el pasillo recién fregado. En otros tiempos, más adecuado y gracioso, no "mas gracioso" porque no hace gracia el porrazo ese, es que Doña Jaimita hubiera castigado al cuarto de los ratones o de brazos en cruz a Don Pantuflo.

Tengo estos 2 Olés desde 2018 el cuarto y 2021 el segundo... y me los habré leído una 3 o 4 veces. Generalmente tengo la sensacion de que las historietas de esta etapa final son más bien cuentos con ausencia de ese final contundente típico: carrera, cuarto de los ratones. 

Por otro lado, esa agresividad ocasional apenas disimulada, distinta de la que encontramos en Mortadelo y Filemón, porque en Zipi y Zape, se refleja por alguna razón una rabia y un dolor real, me hace pensar que son reflejos de los cambios de Escobar en su carácter. A veces hemos oído que tal persona tuvo demencia senil y de ser tranquilo pasó a enfadarase por todo o a insultar a los familiares a los que, según cuentan los otros, tanto quería antes. Hipótesis: eso se traspasa a veces a los guiones que no sabemos si dibuja Escobar o son dibujados por otros.

Otra sensación es que de regresión social en el sentido de que parece como si los hermanos aceptarán castigos duros para acciones no tan lesivas. Hay que echarle un vistazo al tomo del 75º Aniversario de la revista Pulgarcito, cuando, en 1922, no era un tebeo al uso. Cualquier cuento va de un niño que busca aventuras, huye, se larga harto de lo que considera injusticias y eso acaba con castigo: pena de muerte. Sin contemplaciones... o lo atropellan o se despeña por un acantilado. Socialmente el mensaje es paralizante. Moralmente, es de ultraderecha, de aceptar las órdenes cualesquiera que sean porque "por algo serán" que los que mandan saben lo que se hacen. 

En estas historietas que serán de hacia 1991, no se llega a tanto pero recuerda ese tipo de amenaza: las venganzas contra Peloto por temas menores son durillas, desde mi punto de vista. Es un Peloto menos agresivo. Los castigos contra los niños son exagerados... no en el sentido antiguo de "meterlos en el cuarto de los cocodrilos" o de hacerlos contar los granos de arena de un cubo repleto, sino que el castigo es por una nadería.

Pero sí que hay algo arcaizante en la figura negativa del judío prestamista de Una Curación Imprevista que, imprevistamente, inaugura el tomo 2 de Olé. El judío Amed parece tener nombre árabe en vez de hebreo. Amenaza ante el impago de una deuda pero aún amenza más cuando Zipi y Zape lo han curado de manera genial y sorprendente de todos sus males, en vez de estar agradecido y ahorrarle al padre el pago de la deuda. Así que una historieta extrañamente antijudaica que, si ya hubiera sonado rara en 1946, en 1990 o 1991 está totalmente fuera de lugar. 

En esta última etapa, los hermanos son especialmente compulsivos: les da por hacer algo y no reflexionan en absoluto.

Es muy habitual, junto a eso, que los guiones giren sin parar, comenzando de una manera y yendo a otro lado: de la deuda a la sesión de curación. 

En Medicinas a Tope, que parece que falten páginas, de las medicinas a ver a la hija del farmacéutico, en un giro al que le falta algo o le sobran viñeta con Doña Jaimita limpiando... de igual manera, algo pasa otras veces, como en El Diplodocus, en la que el papel de Toby y el de Peloto quien es chasqueado sin haber hecho nada malo, quedan disminuidos y faltos de desarrollo, como si se hubiera pensado en hacer algo más con ellos para ser abandonados en apenas 4 páginas de historieta. Esto pasa bastante. Pero, recordemos que historietas de los años 1970-1980 de Escobar en plena forma, tienen episodios forzadamente unidos que uno acepta porque cuentan que han sucedido "en un fin de semana" o que son "Cosas de Z-Z" (historieta esa que es clave para aprender cómo Escobar se mueve bien en historietas de entre tres cuartas partes de páginas y página y media. Eso creo que se fosiliza en esta última etapa en la que se notan o noto yo más esos giros imprevistos, o esos enojos de los personajes que alteran el devenir de la historieta.

Junto cosas: un Peloto menos agresivo pero también menos sibilino, un Doctor Pildorín con el pelo negro, osea más joven... los hermanos parecen ser más redonditos... e incluso pocas veces huyen "cuesta arriba" como si no supieran... Doña Jaimita los pesca a los dos en p4v1 y p4v2 de ¡Esos Deberes! en Olé  ZZ 4 en una escena que es tierna.

 Sigue habiendo algún pequeño momento de ingenio escobariano que también quiero asociar a que Zipi y Zape son de menos edad. En Carretillas, Olé 2, Don Pantuflo junta dos carretillas mediante una única rueda para arreglar la que la había perdido: ahora ambos hermanos pueden mover las mono-carretilla doble. En historietas setenteras-ochenteras, eso lo habrían hecho los gemelos en solitario. Aunque en el mundo real (dícese del exterior a las historietas con viñetas y bocadillos) sea más lógica la participación paterna, acostumbrados a jaurías de niños demasiado listorros y conocedores de cualquier técnica desde el Neolítico hasta la Estación Espacial Internacional, desde Los Cinco hasta Ladybug, solamente se explica por el hecho de que la edad de Zipi y Zape en estas historietas sea inferior a las de las historietas publicadas en años anteriores. Lo dicho: Zipi y Zape cuando tenían 5 años. Que no se vean bebés, que ya sepan leer o puedan haber aprendido aunque normativamente el sistema educativo diga que es a partir de los 6 años en 1PRI, que sepan hablar correctamente porque su familia les ha inculcado un buen vocabulario pero que tengan preguntas y dudas sobre temas aparentemente sencillos y con frases y respuestas entre cortas y repetitivas.

Le sigue Función agitada: Doña Jaimita hace de Cenicienta en una obra de teatro mientras que Don Pantuflo ejerce de su padre, tal vez un auto-homenaje al Escobar dramaturgo que las editoriales catalanas nos han hurtado durante 70 años. Les gustarán mucho las cosas catalana pero siempre que sean de gente de pro, no de republicanos comunistas que encima tuvieron éxito con dibujos animados, tebeos y hasta inventos y juguetes. Puede que también sea una asociación entre el papel de la madre ama de casa siempre limpiando y haciendo de criada y del marido que ejerce un poder patriarcal aquí literalmente porque hace de personaje de teatro que es el padre del personaje de su esposa en la vida real. 

Pues en p4v8 y p4v9 de Función Agitada, no solamente padre y madre persiguen a hijo e hijo sino que los capturan, los levantan en brazos mientras sonríen, como si pesaran poquito y en la última viñeta p4v10 son castigados de rodillas con los brazos en cruz sosteniendo "unas novelas nada pesadas" pero Zape aún pide "algún tebeo" porque pesaría menos. El castigo es porque han pensado que la goma arábiga de pegar serviría de sustituto del potingue fijapelo para el tupé de Doña Jaimita... enganxifós ho és tot per igual. A ver, no es una travesura, no está hecho con mala intención tiene solución en la misma obra de teatro, que encima da para un rato de risas para el público.

Entretanto, ha habido casos de bastante gente, en plan historieta años 1970, huyendo por la calles ante la presencia de "los Zipi y Zape" e incluso Doña Jaimita intentará colarse en las rebajas dando miedo a las otras compradoras al grito de: "que soy la madre de los Zipi y Zape", pese a que no es nada fácil amedrentar a mujeres expertas en rebajas.

Yo me huelo que esa familia estaría ahora mismo con un montón de historietas con la TIS, el EAP, los servicios sociales municipales, gabinetes psicopedagógicos y de ayuda educativa (=repaso pero a 40€ la hora para muchos), los equipos directivos escolares encima de ellos, y montones de informes médicos y tests psicológicos en vez de notas... Vamos, que hay recorrido para la Familia Zapatilla al incorporar a sus guiones los nuevos negocios para-pedagógicos. Ya saben: todo ese tipo de gente que impone normas, "es que no tienen limites", a los que no les quieren obedecer (les a elloss) pero que ellos mismos no se las aplicarían ni jartos'vino, pasando de toda disciplina quoe no impongan ellos. 

Un ejemplo histórico: toda la gente que vendía disciplina y que dio un golpe de Estados, Guerra Civil de 3 años y un millón de asesinados en 40 años de dictadura fueron los mismos que no aceptaron la disciplina previa. Por cierto, si no sois de poneros tristes ni estáis melancólicos ni depresivos, que vale la pena echarle un vistacillo a Un Mundo Feliz por Aldous Huxley, una dura comedia sobre un futuro distópico montado por... pedagogos, psicólogos y otro tipo de clases medias de disciplinas científicas o paracientíficas "blandas" alejadas de los consabidos militares o poder duro.

 



2 comentaris:

Anònim ha dit...

Pues yo, en los Setenta, reconozco 3 estilos que me van gustando menos progresivamente: el pelo redondo de "El tonel del Tiempo", que me parece muy primoroso, otro pelo redondo pero menos abultado y que me parece de menor calidad y el pelo recto a partir de 1975 y los ochenta que no me gusta (también por el cambio modernizador social que a mí no me apasiona). Menos mal que no asistí a esa etapa decadente de la segunda mitad ochentera...
Muy interesante tu artículo
carlos

Jaime ha dit...

- Nunca me había planteado que esas historias finales de los Olés "taplástico" pudieran reflejar el propio estado mental de Escobar. El físico no me cabía duda pero no el de sus capacidades mentales. La vuelta a la primera infancia, no sólo de sus personajes, sino de su propio creador. Muchísimas gracias por las Maginotecas. Imprescindibles. Jaime