Cuando fuimos al Saló del Manga 2013, en la fecha 20131102, día caluroso veraniego nada otoñal, nada castañero, se nos ocurrió tomarlo con la precisa calma.
La subida hasta lo alto de Montjuïc permite una excepcional vista sobre Barcelona.
¡Sorpresa!
Acercad la imagen tanto como podáis: esos hormigueros no son paseantes (¿quién pasea?) y no son turistas.
Los de la izquierda son los que están haciendo cola para comprar las entradas. La entradas se compran en el chaflán, entre las dos columnas de la izquierda, entre esos ciprés alto y oscuro y aquello horizontal azul (un autobús, creo). Así que los que hacían cola fueron desde la esquina del fondo, hacia 100 o 200 metros por la calle, luego giraron e hicieron el recorrido de vuelta.
Los de la derecha son menos, por la hora o el día. Son las 11 de la mañana, y haría una hora que el recinto había abierto. Tal vez fueran los que tenían entradas compradas de antemano. Son muchos pero parecen pocos por comparación con los de la izquierda.
La estatua se llevaba las manos a la cabeza:
Por cierto, sospechoso ese cielo tan convenientemente azul en días de turismo. Sí: pasaron extraños aviones a chorro. ¿Chemtrails? ¿Rompenubes? Hicieron cruces o caminos perpendiculares entre ellos allí arriba, sobre el edificio del MNAC.
Pasaron como tres o cuatro. La siguiente foto: la última pasada y la ya casi borrada del anterior avión.
¿Fabricando cambio climático para que no se enfaden los altos empresarios turísticos?
Lo normal en noviembre es niebla baja, fresco si no frío. Bastantes nubes. No voy a decir que llueva: ya nunca llueve.
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