Data Estel·lar cañaaquí Divendres 20150529
A veces, pero muy de tanto en tanto, ruedo por el twitter ese, lo que hace que caiga en el de Joan Subirats, profe de Ciencia Política a quien entiendo lo que dice.
El 20150529 enlaza con el twitter de un tal Rubén Martínez
— Rubén Martínez (@RubenMartinez) Mayo 8, 2015
¡Menuda filfa el twitteer! Pues no enlaza como fotos. Hale, a copiar a mano antes de que borren
Hay un dato estadístico sobre la sociedad española que resume como una bofetada su carácter eminentemente clasista. De los jóvenes con residencia en España, un 30% consigue acceder a estudios universitarios, al tiempo que otro 40% ni siquiera concluye la educación obligatoria o bien se titula pero no sigue los estudios.
Es una bofetada contra los que creen que el sistema educativo ha servido para algo. Súmele los que tienen estudios universitarios pero jamás trabajarán de ese "trabajo de nueva clase media" que la universidad dice ofrecer. "El hijo del obrero a la universidad" es una consigna que sirve para que los hijos de los obreros paguen dos veces las carreras a las clases medias.
Sorprendente, ¿verdad?
En absoluto. Ya lo sé. Ah, claro, que los que no lo saben son los lectores de los twitters, osea las clases medias, medias-medias, medias-altas...
No tanto si se considera que este inmenso segmento social, que constituye la mayor de las minorías del país, apenas tiene más hueco en la "sociedad oficial" que como consumidor de televisión y estereotipo social. A ellos se dedican los reality shows de ligoteo y amor (Adán y Eva, Mujeres y Hombres y Viceversa), los programas moralizantes tipo Hermano Mayor o epítetos estigmatizantes como el de "quillos",
[de "chiquillos"; esto es noventero; de killo, killako; escuchado como "qué killako eres"]
"poligoneros"
[viven en polígonos de viviendas, o barrios de bloques altos todos iguales tipo Bellvitge que sería el ejemplo máximo; aunque hay quien dice que es porque trabajan en polígonos industriales]
, "jonis"
[más escuchado: "chonis"; vendría de los "Jonathan" que sus padres llaman "choni", "mi choni"; ha pasado a ser la palabra para describir a las chicas en vez de a los chicos; otros: "cani", ¿de "canijo"?],
"jennys"
[de "Jennifer"]
o generación "ni-ni" (ni estudian, ni trabajan). Son los actores ausentes del discurso político, dirigido sin sonrojo a las clases medias; pero constituyen a su vez la mayor incógnita que planea sobre la política española.
Ah, ya veo: Rubén Martínez: investigador del Instituto de Gobierno y Políticas Públicas (IGOP),
colaborador de Barcelona En Comú y miembro del consejo de Podem
Cataluña.
¡Qué interesante! La UAB y su Facultad de Ciencias Políticas y de Sociología y demás cosologías se pasó todos los años 90-00 expurgando que se dijera ese tipo de párrafos.
Su única máxima, en el vocabulario de algunos profes que además pasaban por algo de "sindicaloquesea" sobre el crecimiento que pasaba por significar "sustitución" de las clases medias respecto de la clase obrera asalariada.
Demasiado gusto tenían y tienen en la Políticas y Sociología de mirar hacia Sant Cugat-líneaferrocatahaciael Eixample en vez de hacia Badia-Campoamor-Espronceda (los barrios cercanos de Sabadell)-Barberà-Cerdanyola.
Despreciaban o hacían como si no escucharan la visión metropolitana de clase obrera-industrial-asalariada-precarizada, llámenle como quieran.
Si los presuntos investigadores sociales despreciaban conceptualmente a los habitantes de los barrios, y obviaban los cambios sociales que allá sucedían, no hacían más que seguir lo que la tele había comenzado a hacer: convertirlos en un mero grupo de consumidores de tele... de discotecas, de móviles, de modas... y que no tengan la palabra para nada.
Los habitantes metropolitanos.
Bueno, al menos alguien pudo decir algo interesante (le permitieron decir algo interesante) y además entrar en la puerta del IGOP. Coincidiría en algún bar con alguno de los que lo llevaban porque aquellos despachos amplios siempre han estado oscuros, cerrados y sin horarios.
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