20220917

Mambrú armó el belén

 Data Estel·lar booomba Dissabte 20220917

Nuevas aventuras de Mambrú: recensión sobre esta aventura y sobre el SHSL 20:

Dos comentarios sobre el Superhumor Superlópez número 20: 


Superlópez XXL es una birria que, encima es incoherente, tanto con Al Centro de La Tierra en el que se abastecen de hamburguesas, como con la contemporización de la aventura posterior: no pasa nada si Judit y Mambrú trabajan en el Tak Tronalds (cuyo nombre cambia en cada viñeta). Por cierto, solamente engordan los hombres, pero no las mujeres. Si no hubiera visto por esos años la cantidad de basura que ingieren las mujeres, casi que me lo creo.

Ni siquiera es que Superlópez sea XXL. Jaime, El Jefe y Superlópez tienen algo de barriga cervecera, más que barriga de haber comido. Parece poder ser una nueva versión de Los Cabecicubos: epidemia de gordos vía alimentación de ultraprocesados con coartada extraterrestre. 

Por otro lado, el tema de la falsa obesidad infantil, uno de esos mantras traídos de Estados Unidos, es algo que se debería poner en contraste con los millones de esqueletos menores de 18 años que han pululado por las calles, con ombligos que les hacen bultos en la espalda. La proanorexia y el fomento de los flacos lleva muchísimos años. Los niños de 3 años hacían bullying contra los gordos ya en 1978: otro tema tabú. En Estados Unidos, los artículos científicos (de ciencia social y tal) y la prensa hablan de barrios enteros sin fruterías pero con hamburgueserías y pizzerías y demás porquerías. En nuesrto país, podemos contar por decenas las fruterías y supermercados con amplía parafernalia de frutas, hortalizas y legumbres. A cualquier precio y calidad. Hay para elegir: si las generaciones que decidieron destruir el planeta -los nacidos entre los años 1950 y 1990- optaron por darles basura a sus hijos, no es por falta de alternativas. Y, si comen basura, no parece que se inflen como globos.

La siguiente aventura es muy interesante. Recién la he acabado. Por el título la he odiado desde siempre: Nuevas aventuras de Mambrú" No sé quién es Mambrú. No se puede usar a un personaje repetitivo cuando el autor y el editor saben y reconocen que sus tebeos no salen de los almacenes y nunca llegan a las tiendas. De hecho, si Mambrú salió en el tomo 17 o 18, es que no apareció porque llevo buscándolo desde el 2015 o antes.
El caso es que Mambrú no es el protagonista pero aún más cero a la izquierda es la tal Judit, que encima es más lerda que su padre y, por supuesto que su madre. Es como la hija de Krilin y A18 (¿por qué a veces leo C18?).  No tienen más papel que el de ser la novia de Mambrú. ¡Viva el feminismo y la igualdad!


Lo demás está bien. 

Por momentos, no quiero ni necesito leer esta historieta. Ya sé de qué va y me planteo que no es un trabajo para Superlópez. De hecho, acabar con el terrorismo y sus múltiples milicias y células durmientes puede ser trabajo para un cuerpo policial y militar especializado pero no para un superhéroes. Luego está el tema de las mentalidad y de las sectas religiosas, que ni siquiera así se resuelve... pero, si lo leemos como un documental, como un reportaje, tenemos otra cosa. No sé si estará el argumento copiado de alguna película de esa que ni he visto ni pienso ver: deseo que sea una idea original.

Mantiene la tensión y la necesidad de pasar de página para ver lo que ya sabemos: que Jan volvió a ser adivino porque el texto está firmado en abril de 2017 (podemos pensar que la ambientación sería de diciembre 2016 antes del 24 de diciembre porque las ferias navideñas cierran para Navidad) pero que a nadie le importó ni tuvo repercusión: quitando tres meses a la confección, diciembre, enero, febrero, marzo, y la publicación en abril, pasan mayo, junio, julio, agosto... 9 meses tras el guion, cuando menos, en 20170817, unos yihadistas mataron a todo el que pillaron por las Ramblas. Superlópez, en esa aventura, es enviado a la Plaça Catalunya y a moverse por las Ramblas mientras el comando terrorista en el que está infiltrado llega al lugar... aparece un atentado en la Estación de Francia la cual está bien dibujada como fondo, pero le falta alma al dibujo: la estación de Francia fue el escenario de múltiples salones del comic de Barcelona en los años 1990 y sus remaches y su excepcional juego de metalurgia es excepcional. También está el escenario centroeuropeo trasladado a Barcelona: la feria de Santa Llúcis de belenes, pesebres y material navideño es un objetivo yihadista, cosa que sucede especialmente en Alemania.
Así que el que dijera que ese atentado era inverosímil, imposible de averiguar o algo así, es que no tiene la pericia de Jan.
Incluso miren el recorrido: se mueven por zonas rurales de Valencia, y los terroristas tienen una casa rural ... en el atentado real hubo una casa en un pueblo rural de Alcanar (última localidad catalana antes de Castellón-Comunitat Valenciana).
Hay mucho más pero sobretodo: es un reportaje periodístico sobre los yihadistas. Jan intenta mostrarnos cómo hablar, cómo se moverían, cómo pensarían, sin ser insultante a nuestros cerebros. Se mueven como gente corriente que estén metidos en esa secta terrorista, algo que Jan sabe muy bien cómo tratar.
El programa Equipo de Investigación y otros similares tienen mucho que aprender del tebeo de Nuevas Aventuras de Mambrú.

Jan no olvida la financiación y el acceso a las bombas: lo hace usando un grupo de personajes bastante estúpido de dos de las peores aventuras, pero que aquí se redime un tanto: la familia mafiosa Papino, aparecida en Nosotros los Papino. De una manera indirecta, porque usa un camión de tomates (¿porque son rojos como la sangre?) que sirven para una tomatina de Bunyol, me recuerda al caso del titadine de los atentados de los trenes de Madrid, en el que habría habido implicado alguien de una mina. Mina y empresa agroalimentaria implican lugares rurales, puede que alejados del control urbano, si es que existe tal control. Efectivamente, aparecen carreteras y caminos rurales alejados de las miradas molestas, igua a como pasa en los programas de la tele de Equipo de Investigación (el programa aquel de capos de la droga con crímenes que nunca quedan resueltos y que nos muestras una España donde los malos campan a sus anchas en grandes mansiones, con una voz femenina cavernaria)

Jan reutiliza también a Satanás, de El Infierno, aunque yo creo que no se le parece: puede que ni Jan lo recuerde o no haya podido leer esa historieta de Superlópez, dado que la censura ha evitado que se reedite ¿si no fue la censura, qué provocó que aquella gran aventura quedara enterrada en el olvido?, puede que. La excusa es floja: los del Estado Islámico, ISIS, son más malos que Satanás. Es lo mismito en lo que erró Stracyznsky en la historieta de Spiderman tras los atentados de las Torres Gemelas del 20010911: los malos tipo Doctor Muerte lloriqueando como si no los hubiéramos visto en cosas iguales o peores. 

Más tremendo es recordar que la base de los terroristas islamistas estaba en Ripoll... lugar en el que vive Jan. 

Jan aprovecha para meter palabras en árabe escritas en alfabeto latino: شكرا šukran, Jan

De igual manera pone una canción valenciana en catalán, cantada por uno de los terroristas en el coche, para enojo del jefe de la célula.

Por ahora, ya está.

1 comentari:

Anònim ha dit...

"dado que la censura ha evitado que se reedite ¿si no fue la censura, qué provocó que aquella gran aventura quedara enterrada en el olvido?"
La falta de ventas de un personaje que lleva más de 2 décadas muerto y nadie lo quiere ni regalado.