20240104

Cómo aprendí a leer: ella

 Data Estel·lar llegida Dijous 20230104

Y llego a ver a mi abuela y me cuenta, sin que yo le preguntara, algo que yo ya sabía.

Vale la pena contarlo aquí, aunque nadie le vaya a echar cuentas.

Testimonio de cómo aprendió a leer, medio sorda y con los ojos bastante abiertos, sabiendo lo que decía y con voz clara, con poquísima movilidad.. puede que yo sea de los únicos del mundo al que le interesa conocer algo así pero, como ahora la chulería está tan extendida y comienzo también a encontrarla ya en los inmigrantes llegados de otros países que hay que poner un poco las cosas en su sitio.

 Había colegios pero nadie iba. Los padres no llevaban a los críos a la escuela. Los de los riquiyoh, sí. A nadie le importaba si íbamos o no. Nadie nos  venía a buscar.

Fui 7 días al cole (esa es la cantidad de días oficiales que suele comentar). 

Aprendí a leer pues gracias a los tebeos. De mirarlo

Por lo visto, alguien compraba tebeos, y se leían colectivamente. 

En algún momento, por mirar las letras, oír y ver las imágenes... se aprende a leer.

Dirán que los tebeos son tontás, que tienen tonterías, pero también sirven para aprender a leer y para aprender muchas cosas y se ven muchos lugares.

 Esto nos habla mucho sobre la inutilidad del reinado de Alfonso XIII y de sus partidos conservador, liberal y socialista o PSOE y de la inutilidad de Primo de Rivera (alguien que se creía que era Napoleón Bonaparte por la mañana y Rodolfo Valentino por la tarde) aunque al menos montó una España más moderna con la red radial (malo) de carreteras nacionales (necesarias desde 1700, bueno), algunas empresas públicas tipo Telefónica y los primeros pantanos... ¿y qué decir de la inutilidad de la Segunda República? Franco mató lo poco que había, así que toda esa generación perdió la infancia gracias al mayor asesino en serie de la Historia de España. Lo demás, lo hicieron ellos por su cuenta y riesgo: incluso aprender a leer, como hemos dicho.

Todos ellos cobraron y sus descendientes siguen cobrando de nuestros impuestos. El beneficio de todos ellos hacia la Sociedad es prácticamente cero. Nadie les ha pedido responsabilidades y ningún juez ni organización de abogados u Organización No Gubernamental tendría la valentía de pedirlo.


Y entonces me pregunto a mí mismo que por qué leo tebeos... si en mi entorno nadie los suele leer. Más aún, ¿qué vecinos o qué maestros o qué compañeros del cole han leído algo que no fuera obligatorio o ni eso? Casi ninguno. 

De hecho, son los tebeos y mi curiosidad. Y estaba mi abuela, que sí que sabía lo que eran tebeos. O mi abuelo, que sí que sabía lo que era un diario, porque él aún fue 4 años al colegio, de manera parcial, y sabía leer más.

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Hace años tuve que hablar con una maestra... era de un pueblo como de por Guadalajara... y yo le comenté la verdad: pues en aquellas épocas no todo el mundo iba al cole... ni siquiera había escuelas en todos lados. Se ve que escuelas en los pueblos sí que habría una y yo tenía el dato de las ciudades. No tan lejano: no había plazas para gente de mi generación... pero yo iba más por el lado de que había mucha gente no escolarizada, que no iban al colegio, que iban a trabajar.  Buena se puso aquella maestra: con buenas palabras me dijo que sí que había escuelas y que sí que se iba al colegio. En realidad, me callé las tasas de analfabetismo durante el siglo XX, el abandono escolar desde los 10 o 12 o 13 años (porque hablaba de los años 1950, porque si es de antes, ya le pongo 7 años con niñas sirviendo desde los 5 o 6 años), y me callé porque vi que se le mezclaba su biografía, con su extracción social (si se quedó en el pueblo y no se largó su familia a la ciudad es porque tenían algo más que para comer cada día) y eso marca tanto que "lo que yo hago es lo que le sucede a todo el mundo". Esa desescolarización camuflada de escolarización ha hecho daño, de igual manera que esa gente que no ha digerido ni la educación general básica ni las enseñanazas medias pero que dan lecciones como si se hubieran enterado de algo.