20201107

Libro 2020: La Guerra de las Salamandras

 Data Estel·lar kssss Dissabte 20201107

Elijamos un libro para el 2020: La Guerra de las Salamandras

 Hay que leerlo bajo la luz oscura de las decisiones de todos los países del mundo y de sus políticos y empresas sobre la enfermedad pandémica del Coronavirus. 

El autor es Karel Čapek. Con č /ʧ/ africada postalveolar sorda checa como checoslovaco fue su autor . Suena como la ch: /Karel Chapek/

La edición es el número 104 de 1564 de la colección Todolibro de Editorial Bruguera.

Cumple años en noviembre de 2020 porque la primera y seguramente única edición es de NOVIEMBRE 1982 en Barcelona.

 

Existe un copyright a favor de la traducción por Agencia Teatral y Literaria Dilia, aunque se menciona por separado a la traductora: Ana Falbrovd. Leo que tal agencia es fundada en 18750912 en México. Para 1980 se restablecen relaciones diplomáticas oficiales entre España y México. Antes no porque México había amparado a exiliados republicanos españoles frente a la dictadura franquista. México es el segundo mayor mercado de Editorial Bruguera. La Crisis de la Deuda Mexicana estalla en 1980 y afectará grave y mortalmente a Editorial Bruguera en España aunque en México seguirá existiendo una editorial de igual nombre, desvinculada ya de la matriz. Puede que algunos libros se hubieran pactado, contratado, comprado, alquilado a esa agencia mexicana años antes para venderlos en España (puede que antes no estuviera permitido por censura, por ejemplo) o para reforzar el, pese a todo, amplio catálogo de libros de la editorial barcelonesa. Puede que estuvieran especializados en traducciones de Checoslovaquia (desde 1993, Chequia; Eslovaquia).

Lleva una fajita diagonal negra con letras blancas en la esquina inferior del dibujo de la portada: "Edición íntegra e ilustrada". Hemos puesto la letra en negrita, es decir, en blanquita.

Las ilustraciones son de Néstor Salas. Aunque lo veo como un ilustrador "moderno", tipo los cuentos, novelas y dibujos estáticos para la televisión de aquellos años, leo que ya estaba en 1953... No hacer caso de ese dato porque suena erróneo: cita los mismos libros de finales de los años 1970-inicios 1980.

 El libro lo veo en una librería de saldos. Me quedo con la intriga. Me quedo con el nombre. Busco por internet unos días después... ¡claro, qué tonto! El inventor de la palabra "robot". Si eso lo había leído yo en el Petete... en Los Chuf-Chuf de Petete, creo...

En fin, ya sé que esto de escribir el blog es como hablar para mí mismo.

Regreso a la tienda. No localizo el libro. Me pregunta la vendedora ¡horreur! quien ni sabe ni le importa lo que busco. Le hago una finta aprendida en mil tebeos de espadachines, me giro y alargo el brazo... ahí está. 

1€. Creo que no llegó a 2€. Luego veo que hay versiones más modernas. No sé si contemporánes. Mi primer objetivo es ver qué puedo rescatar de un libro que en mala hora le llegó y en buena hora se deshizo un "Institut de Formació Professional" que ha tenido no menos de 5 grupos confinados por Covid-19 en noviembre del 2020. ¡No imaginan los profanos lo que odian los libros las bibliotecas y los centros educativos. El peor regalo para esas instituciones es algo cultural, tipo los libros. Lo mejor es llevarles tabaco, vino, pases para un spa, para un viaje a algún país de moda. 

Forrado, con esas pegatinas redondas rojas, con la ausencia del gato de Bruguera tapado y arrasado por el celo de los años 1980, con una cubierta no sé si plastificada porque ya no lo recuerdo. El caso es que logré arrancarlo todo y que el resultado final fuera aceptable, dentro de lo que cabe. 

Guillotino los bordes y queda bastante presentable aunque, al ser un libro de bolsillo, se ve más engurruniño. 

Limpiamos con alcohol, arrancamos al máximo los restos de pegamento del forro anterior. Pintamos con rotulador rojo allá donde se ha perdido el color. Viéndolo un año o dos después, la idea es que aún tendría que haber ido más allá: haber pintado de rojo todo lo que era rojo, para evitar diferencias de color. O haber escaneado la portada y haberla modificado por ordenador. Se pierde la portada original, al ser pegada la nueva, pero... El caso es que lo forramos con papel Ineta. El resultado no lo deja perfectamente nuevo pero sí muy aceptable.

No creo que el rojo del la fanja del autor en la portada, del lomo y la contraportada sera casual con respecto a una colección posterior, la de Grandes Aventuras de Ediciones Forum de mediados de los años 1980. Tal vez se consideró un color llamativo en tiendas o kioskos o tal vez resistente al descoloreado por la luz. Alguna explicación tiene que habert. También hay libros de Premios Planeta con lomo rojo. Y los mismos superhumores tendieron hacia el color rojo en sus lomos desde 1985, y sobretodo desde 1987 hasta el 2020 incluidos.

El libro queda en barbecho.

Para octubre o noviembre, le doy una ojeada. Yo había leído algo sobre que trataba de "decisiones estúpidas de los humanos". Ahora no veo ese sintagma. Tal vez estuviera en internet. 

Me resito a leerlo porque la portada son unas salamandras tipo bichos cabezones que romper el suelo con armas. No soy de guerras en general y me angustia ese tipo de futuros apocalípticos a los que ya hemos llegado.

LO ESTOY LEYENDO. Página 199. Cada poco, doblo una página con algo interesante. No ha habido guerra. 

Sí que hay sorpresa: ¿POR QUÉ ESTE AUTOR NO ESTÁ EN LOS PLANES DE ESTUDIO DE LITERATURA de las enseñanzas medias desde los años 1970, 1980, 1990, 2000...? ¿Por qué este libro no se ha hecho leer a mansalva? ¿Por qué este libro no es mencionado, leído, comentado en carreras de Ciencias Sociales, tipo Económicas, Empresariales, Sociología, Ciencias Políticas y tantas otras, como Humanidades o Antropología? ¿Por qué no he leído a nadie del gremio del ecologismo mencionarlo? 

El libro hace pensar mucho. 

Sobre lo anterior: está claro que los planes de Literatura están basado en planes nacionalistas. El mismo libro de La Guerra de las Salamandras, en su página 197, hace una mención a ello de manera clara.

Está en la órbita de Solaris de Stanislav Lem: en ambos, hay una crítica a la vez que un intento de señalarlo medieante testimonios, investigadores, informes, extractos de libros o de noticias. Nos referimos a la crítica de la aproximación antropocéntrica a cualquier fenómeno. Una visión desde un punto de vista humano desvirtúa o hace imposible encontrar explicaciones a ciertos fenómenos, como sucede con Solaris, cuyo objeto de estudio escapa a toda explicación humana una y otra vez. En La Guerra de las Salamandras, la bola o el conflicto crece conforme más y más humanos se aproximan al fenómenos de las salamandras, conforme se usan como un instrumento más de la explotación humana del planeta, en forma de empresas capitalistas que forman un gran conglomerado, con las salamandras proliferando haciendo que tomen partido sobre su existencia las consecuencias de su extensión a muchos actores colectivos e individuales, fueran empresarios del espectáculo, pedagogos o juristas de irreconocible prestigio.

Es mágnífica la manera en que Karel Čapek lleva la historia desde un origen tipo Emilio Salgari hasta un post-Julio Verne (la gran empresa que se monta). El capitalismo optimista julivernista queda convertido en algo más siniestro de golpe y porrazo. 

Pero es que es magnífica, también, la forma como Karel Čapek introduce personajes, situaciones, y datos históricos, zoológicos, de ingeniería, sociales, culturales, judiciales, todo en torno a qué pasa si se introduce un elemento totalmente ajeno en tiempos de industrialización y se desarrolla tan rápido que lo transforma todo. 

El libro será de 1936 pero hay situaciones que nos recuerdan a los Estados Unidos de los años 1950-1960 (surf o similar), a cosas de las noticias que tal vez en Europa o Hispanoamérica eran cotidianas pero que en España son de los años postfranquistas des 1978 en adelante: los sindicatos pidiendo un punto más o menos de importación o de subsidios por el uso de salamandras como fuerza laboral. 

Leo sobre la reproducción de las salamandras, de la especie, Andrias scheuchzeri. La wikipedia repite casi letra por letra lo que cuenta Karel Čapek en p96ss. Dado que el escritor es anterior a la enciclopedia cibernética, entendemos que han copiado de allí: 

 

En 1726, el médico y naturalista suizo Johann Jakob Scheuchzer describió un ejemplar fósil procedente de Öhningen (distrito de Constanza, Alemania)2​ identificándolo como Homo diluvii testis (en latín «hombre testigo del Diluvio»),3​ creyendo que se trataba de restos de un hombre que pereció ahogado durante el Diluvio universal. En 1802 el ejemplar fue adquirido por el Museo Teylers de Haarlem (Países Bajos), donde se conserva desde entonces.

Cuvier estudió los restos en 1811 y reconoció que pertenecían a una salamandra y no eran humanos. El ejemplar medía cerca de un metro de longitud y carecía de cola y extremidades pero, a petición de Cuvier, se limpió parte de la roca que albergaba el fósil, apareciendo las dos extremidades anteriores que había predicho.2

En 1831 se clasificó como Salamandra scheuchzeri por Holl y seis años más tarde la especie fue asignada a un nuevo género, Andrias, por Tschudi. La nueva combinación, Andrias scheuchzeri, recuerda tanto a Scheuchzer como a su atribución humana: «el hombre de Scheuchzer».

 

ESTAMOS ANTE UNA HISTORIA DEL ANTROPOCENO, una novela que cuenta qué pasa si los humanos son dependientes de un instrumento (el móvil, la informática, internet, las salamandras), qué pasa si se altera el medio ambiente de manera industrial y cómo afecta eso al planeta (aquí, mares y continentes y costas), la cultura, las relaciones sociales, etc.. La historia comienza en el siglo XIX de manera artesanal: con el marino J. Van Toch desplazando a unas pocas salamandras de isla en isla. Aunque el negocio es potente, a su muerte, G.H. Bondi y sus accionistas lanzan un órdago industrial, capitalista, globalizador y con grandes y potentes empresas de todo tipo, para aumentar la producción. 

El mérito de Karel Čapek es indudable. Intenta abarcar todos los campos posibles.

En un principio pienso que un manga o un anime serían lo idóneo para este tipo de historia, en el sentido de que aquellos animes de muchos episodios que verdaderamente no tenían por qué tener un protagonista único y que podían contar muchas cosas... donde los malos o los buenos cambian de lado según el guión. Yo creo que de eso ya no hay. También se podían ir por las ramas y contar cosas ajenas a un hilo principal que tampoco es lo principal. Lo principal de la novela es lo accesorio, que es donde habitamos: habitamos en los detalles. 

 

Estoy leyendo sobre la reproducción de Andrias scheuchzeri una madrugada y, al día siguiente leo una noticia de pánico que debería poner sobre aviso contra la Ciencia y sus científicos, y sobre la calidad de Alemania y su vigilancia y control: en los año 1990 a unos imbéciles se les ocurre hacer ingeniería genética con un cangrejo que se podrá reproducir clónica sin machos, Procambarus virginalis, y en noviembre de 2020, una plaga de esos cangrejos invade un cementerio de Bélgica y lo que no nos habrán dicho. Casi que se puede decir que funciona como lo que cuenta La Guerra de las Salamandras.

He querido buscar la noticias en varios medios por si no fuera una broma pesada o una noticia falsa o mal entendida.

 

Su extensión hacia el 2019 es por toda Europa y Madagascar. Esto último aún es más salamandrés.


 

 Las decisiones y explicaciones que dan los implicados, empresarios, científicos, comerciantes, etc, en La Guerra de las Salamandras es ridícula en todos los casos, amplificada por algunas frases del autor (puede ser Karel Čapek o puede ser un recopilador de información dentro de la estructura del libro). Son unas frases martilleantes al final de algunos párrafos, secciones o capítulos, que dan risa pero también sonrojo y angustia tras ver, oír y alucinar con la pandemia Covid-19 a todos los líderes mundiales, políticos, altos cargos de las Administraciones, de la ONU, de las ciencias, paraciencias y pseudociencias... hasta llegar al siempre peligroso gobierno catalán y su amenaza de que cada alumno adolescentes de Educación Secundaria se meta un palo por la nariz él mismo para recogerse las muestras de Covid-19 bajo la supervisión de un docente del instituto. Ninguno de ellos es competente en sanidad pero han conseguido que los que cobran un pastón largo, los docentes, no sean los que supervisen, osea que lo hagan los menores de edad solitos. Lo normal es que ningún padre, madre, tutor, tutora, guardador o guardadora de derecho o de hecho lleve a los alumnos a ningún instituto de Catalunya mientras ese gobierno y sus altos cargos hasta los niveles de subdirector general no retire la propuesta (normativa, ley, reglamento), sea inhabilitado de por vida para cualquier cargo público o privado, abandonen la vida activa en todo lo referente a estar con humanos y devuelvan todo el dinero que hayan ganado alguna vez.


El concepto Sociedad Burguesa lo vamos entendiendo con esto del Covid-19 y ayuda leer La Guerra de las Salamandras. Es la sociedad de unos cuantos, que cobran mucho dinero y tienen eco en los medios de comunicación. Los demás no existen, son ninguneados, despreciados y vilipendiados.

El 15M murió.