A mí me interesa mucho Conti, tanto en historietas como en chistes.
El dibujo como a trazos y trozos también. Rompe con lo que había. No soy muy de romper pero es como decir: "tengo mucho que contar y no puedo perder el tiempo en detalles".
En parte, es un precedente pero también un paralelo de Vázquez.
Para mí, hay veces, hacia finales de su etapa que podría haber pulido algo sus dibujos o sus guiones pero no es menos cierto que montones de dibujantes de chistes estadounidenses y demás no se matan nada en el dibujo ni el guión: dos garabatos y a correr, y supongo que Conti pensaría "pues yo también cobro así y me dejo de zarandajas".
Encuentro varios ¿demasiados? guiones de historietas y chistes que parecen como de humor... de mal humor, como negativos o depresivos. Cuando lo hace un tal Franquin, es un genio.
Varias historietas de la oficina de Apolino Tarúguez y su secretario Celedonio son durillas, sobretodo si las lees seguidas. Son algo tristes. Otras son entretenidas. Tampoco sabes nunca lo que va a suceder: eso es un gran mérito. Pasa mucho con Carioco.
Luego me encuentro con montones de chistes en los que explora géneros o subgéneros no tratados antes, al menos en España. Sospecho que pudiera copiar chistes extranjeros como tantos otros dibujantes españoles... hasta llegar a Planet 51, oiga, y encima bien "miraos". El caso es que sus chistes siguen siendo "nuevos" diez o veinte años después de su fallecimiento sin ningún problema.
A mí me siguen interesando.
Sobretodo están los que tratan sobre "el futuro" o "el futuro que ya ha llegado aunque no haya llegado" o sobre "la ciencia que se nos viene encima en un decír Jesús" o sobre "la vida moderna con sus máquinas y sus novedades". Robots, inventos, naves espaciales, computadoras que lo hacen todo: el robot que fabrica robots, la computadora que no sabe sumar, el inventor que inventa la máquina de inventar... al final son chistes que retuercen lo que pocos antes y después habían intentado retorcer y que estamos asistiendo, en el 2018, 2019, 2020, 2021, a cómo hay impresoras 3D que imprimen lo que antes y ahora se fabricaba por piezas, automatización que sustituye o prevee sustituir a todo tipo de trabajadores, no cualificados (que era la mentirijilla que siempre nos contaba), cualificados y altamente cualificados ("la máquina que es más precisa que un cirujano", "la máquina que hace cálculos a un nivel superior a cualquier humano o grupo de ellos"). Así que Conti se avanzó y aún, en el 2020, está avanzado a todo aquello.
Se asoma a un abismo que se publicaba en cromos de colores con naves espaciales de un futuro que Conti ve más sombrío que lo que se cuenta en esos cromos que salían con el chocolate o en esas películas y dibujos animados del futuro.
El dibujo como a trazos y trozos también. Rompe con lo que había. No soy muy de romper pero es como decir: "tengo mucho que contar y no puedo perder el tiempo en detalles".
En parte, es un precedente pero también un paralelo de Vázquez.
Para mí, hay veces, hacia finales de su etapa que podría haber pulido algo sus dibujos o sus guiones pero no es menos cierto que montones de dibujantes de chistes estadounidenses y demás no se matan nada en el dibujo ni el guión: dos garabatos y a correr, y supongo que Conti pensaría "pues yo también cobro así y me dejo de zarandajas".
Encuentro varios ¿demasiados? guiones de historietas y chistes que parecen como de humor... de mal humor, como negativos o depresivos. Cuando lo hace un tal Franquin, es un genio.
Varias historietas de la oficina de Apolino Tarúguez y su secretario Celedonio son durillas, sobretodo si las lees seguidas. Son algo tristes. Otras son entretenidas. Tampoco sabes nunca lo que va a suceder: eso es un gran mérito. Pasa mucho con Carioco.
Luego me encuentro con montones de chistes en los que explora géneros o subgéneros no tratados antes, al menos en España. Sospecho que pudiera copiar chistes extranjeros como tantos otros dibujantes españoles... hasta llegar a Planet 51, oiga, y encima bien "miraos". El caso es que sus chistes siguen siendo "nuevos" diez o veinte años después de su fallecimiento sin ningún problema.
A mí me siguen interesando.
Sobretodo están los que tratan sobre "el futuro" o "el futuro que ya ha llegado aunque no haya llegado" o sobre "la ciencia que se nos viene encima en un decír Jesús" o sobre "la vida moderna con sus máquinas y sus novedades". Robots, inventos, naves espaciales, computadoras que lo hacen todo: el robot que fabrica robots, la computadora que no sabe sumar, el inventor que inventa la máquina de inventar... al final son chistes que retuercen lo que pocos antes y después habían intentado retorcer y que estamos asistiendo, en el 2018, 2019, 2020, 2021, a cómo hay impresoras 3D que imprimen lo que antes y ahora se fabricaba por piezas, automatización que sustituye o prevee sustituir a todo tipo de trabajadores, no cualificados (que era la mentirijilla que siempre nos contaba), cualificados y altamente cualificados ("la máquina que es más precisa que un cirujano", "la máquina que hace cálculos a un nivel superior a cualquier humano o grupo de ellos"). Así que Conti se avanzó y aún, en el 2020, está avanzado a todo aquello.
Se asoma a un abismo que se publicaba en cromos de colores con naves espaciales de un futuro que Conti ve más sombrío que lo que se cuenta en esos cromos que salían con el chocolate o en esas películas y dibujos animados del futuro.
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