20191218

Vídeojuegos para Navidad en 1983

Data Estel·lar binaria Dimecres 20191218

Los primeros cursos para profesionalizarse en Informática los localizo en revistas del primer cuarto de los años 1970. No descarto que hubiera alguno anterior incluso. Me sorprende. Entre los anuncios de cursos CEAC y CCC o similares, aparece ya la informática o incluso el programa Basic o similar, tan famoso en los años 1980.

¿Y los primeros videojuegos? Los veo en revistas del año 1983 de cara a la Navidad de diciembre 1983 y Reyes de enero de 1984.

No se encuentran en 1980 ni antes.

Luego yo diría que ese tipo de anuncios poco menos que desaparecen, bien es cierto que las propias publicaciones dejan de tener publicidad de casi cualquier tipo.

Y, ya desde 1991, los vídeojuegos tendrán revistas propias.

Nunca he visto anuncios de las máquinas que tenían un único vídeojuego y que tanto éxito tuvieron a mediados de los años 1980, por más caras que fueran y que tanto mercurio llegaron a contaminar con sus pilas. Y eso se sabía: el que quería sabía, con 8 o 9 años, que las pilas de botón eran peligrosísimas. Pero el tontureo siempre pudo contra la moral de esas generaciones de los años 1970 y 1980. Y que luego trasladaron a sus hijos: el no ser menos que los demás en la carreras de las ratas en que optaron por convertir toda la existencia vital.

Los anuncios son curiosísimos. Mucho más entretenidos que los soso-juegos de fondo negro y rayas verde brillante, si no blancas. Como pasa con las carátulas, los dibujos de los anuncios son fenomenales. La novela de kiosko, del pulp, de las portadas de Enrich y de López Espí para Comics Vértice... serán influencias nunca admitidas para engañar al consumidor menor de edad con esos vídeojuegos que prometen ¿más de lo que ofrecen?

El caso es que precisan de una cierta parafernalia, como siempre ha sido.

Por falta de adquisición de datos y de capacidad para saber de dónde extraerlos, ignoro qué penetración tuvo en los hogares ese tipo de productos. Ni los vi ni oí nunca a nadie ni que tuviera esas consolas ni que deseara tenerlas... más aún, es que en el 2019 no logro recordar ni anuncios nostálgicos ni películas ambientadas en aquellos años ni referencias habituales vía Internet sobre esos vídeojuegos o sobre, más importante, sus plataformas, maquinaría o consolas. Nada sobre sus métodos de colocación en unas teles que, por aquellos años, eran propiedad de los grandes y no de los niños, por más que no hubiera nadie mayor de 30 años capaz de saber cambiar el brillo o el color de aquellos aparatos.

Luego se volcaron los términos y solamente los niños parecen tener derecho a toquitear toda máquina bajo la aureola de "nativo digital". Ni tanto ni tan calvo pero forma parte del marketing y de cierta doctrina del shock para hacernos creer que el mundo cambia totalmenta con respecto a ayer. 

Por entonces, me parecía lógico que se hubiera puesto en marcha una división "MB Vídeo". Dado que el vídeo doméstico llegaba con fuerza a los hogares. Era habitual que un parado lo primero que hiciera fuera tirar a la basura cien mil pelas para comprarse un vídeo beta, vhs o 2000 y una cámara de vídeo, enseguida, apuntarse al vídeoclub y pagar, claro, para enseguida quejarse y lloriquear por el precio del pan o las excursiones escolares. Ese mundo lo montaron ellos solitos, las generaciones de nacidos en los años 1940, 1950 o 1960. 


Alguno de estos anuncios sale del Super DDT 125 de octubre de 1983.


Vectrex de MB-Vídeo "SENSACIÓN 1983". Pues igual sí, no sé. Los precios no los ponen nunca: ¿cuánto valdrían? Tenía que ser caros por fuerza. La "sensación 1983" es que todo eso parece ser en colores.
 

VÍDEOJUEGOS PHILIPS está dibujado por JOSO, el de la Escuela Joso:


Del SuperMortadelo número 123 de 1982. Es la referencia más antigua que suelo encontrar: 1982.  Un dibujo que es como muy animado, con muchos amigos extraterrestres de colorines que hablan con bocadillos de historieta pero de color amarillento, como si todo fuera más luminoso, y un texto tipo cuento con letra como manuscrita aunque en mayúsculas. El vídeojuego al que juega el niño, elegido cuidadosamente, es un laberinto: como diciendo, que "no engañan". El dibujo es tan pequeño, una cincuanteava parte del dibujo que uno piensa que lo que habrá serán monstruitos simpaticotes interactuando con el jugador.

Supongo que hay que ver todo esto en el contexto de niños y adultos acostumbrados a máquinas tragaperras de los bares.

No recuerdo anuncios de la tele sobre estas máquinas.j