20100730

Superlópez y los niños soldado

Data Estel·lar previa Divendres 20100730

Tomemos una aventura de Superlópez

Qué raro: ya esta el de la maginoteca hablando sobre Superlópez.


Por ejemplo, de esas que la gente suele olvidar. Una de las de Lady Araña. 

Oh, qué tostón.

A mí me gusta. No sólo está bien dibujada, sino que recrea bastante bien la idea de lo que es un conflicto africano. Puede ser uno como el de Sierra Leona o, mejor, como el del antiguo Congo Belga, antiguo Zaire, actual Congo. Siempre he pensado que el conflicto de este macropaís fue el que está reflejado en La Trilogía de Lady Araña 2: La Guerra de Lady Araña.

Sería apasionante (para mí, claro) saber cómo es que se decidió, propuso y le permitieron realizar esta trilogía, pensada como tal desde el principio, si nos atenemos a los títulos. Y algo que a mí se me escapa: la relación entre el planeta Kaxim y el planeta Tierra (representado por el país de Bombokie). 

Jo... tener ante mí la p62 y última de La Trilogía de Lady Araña 1: Otra vez Lady Araña, vemos que el mapa de Bombokie corresponde, por longitud y latitud, al del Congo (pese a que ese nombre aparezca como país de la costa índica, en uno de esos mapas fantasiosos tan chulos que hace Jan). Así que, efectivamente, estamos ante el Conflicto de los Grandes Lagos Africanos, también conocido por el mejor nombre de Primera Guerra Mundial Africana con participación de muchos Estados. 


Sobre el título de Otra Vez Lady Araña: curioso título, como "Otra vez Heidi", o "Otra vez Charlie Brown" o Nuevas Aventuras del Bandido Saltodemata..., ese "otra vez"  (o ese "Nuevas Aventuras") tan poco atractivo, pero evocador, porque nos trae de vuelta a una personaje secundario malo y femenino (conceptos prohibidos en lo políticamente correcto de hoy en día). Es un malo que apareció por primera y única vez en Grenoble, con un papel ciertamente siniestro, alejado del país inquietante pero amigable de la banda de Trapone y del profesor Escariano. Un camello subió a un tranvía es otra de las olvidadas: ... apunto una hipótesis: ¿su título estaría basado en alguna canción?). En aquell acasión, varios de los malos eran siniestros, como el gran narcotraficante sudamericano y todo su entorno, e incluso su degradado aspecto físico. O el mismo peligro al que se enfrentaban: la droga y sus efectos. Curiosamente, una historieta realizada algo fuera del tiempo, puesto que se hace cuando comienza a cambiar el estilo de drogadicción, de las jeringuillas sidosas a las pastillas, con el tránsito inmediato de la mala a la buena fama, puesto que, desde entonces, y esto NO está siendo tratado por la historieta, se asocia drogarse, ya no a marginalidad, sino a fiesta, integración en un grupo, marcha, diversión. Lo que un colega me explicaba como "la falsa felicidad de las borracheras" queda sumado a la de las drogas sintéticas, de diseño, con formatos variados... y así hasta llegar a la mega-aceptada marihuana y la peste que recorre vagones de tren de la RENFE, las estaciones de ADIF, las calles de las localidades e incluso los balcones, ventanas y comedores a los que llega de vecinos que creen en su libertad, si la misma permite machacar a los demás. 

Vuelvo a la Trilogía... El episodio 2 es exagerado por la cantidad de conceptos que se manejan y lo ajeno que Jan se sitúa de todos los acontecimientos, cosa que, en buena parte, se volverá a ver en El Gran Botellón... ajeno y cínico: no hay actor del conflicto que salga bien parado, ni siquiera el alter ego de Mandela, Bandela Bandala, el típico intelectual prisionero durante años al que se le crea un aureola de bondad, pero que luego, con frecuencia (el éxito aparente del mandelismo es una excepción) se convierte en un saco de negocios sucios y de corrupción. En este caso, simplemente... había que sentarse en una mesa a hablar... ¿de qué? Es la gran pregunta.

Comienza como una aventura turística... en un país inventado, pero que, casi seguro, tiene referencias reales. Pocas veces [p3], podemos ver ese tipo de barrios tan verosímiles. Claro, que si el dibujante se hubiera pasado por barrios de Sabadell, como Torre-Romeu, Can Puigganer o Pueblonuevo (Poble Nou), o si diferentes dibujantes hubieran tenido a bien recrear el Ca n'Oriach de los años 50 o 60. O centenares de barrios catalanes (y no me atrevo a decir españoles), en vez de zonas de lujo londinenses o neoyorquinas, tal vez, el bloguero que esto suscribe habría estado habituado a ese tipo de escenas y viñetas: casas y bloques de altura variada, a veces con calles irregulares -cuestas, escaleras, algún bar, o alguna tienda. Tal vez pobre, no necesariamente miserable y, por supuesto, sin rascacielos que reflejan un sol occidental. Sitios de vivir. 

Miradas en el 2010 estas primeras páginas, acabada la historieta en 1999, resulta que aún es más realista que entonces. Tenemos una ONG con españoles, cosa que, en aquella época ya se estaba convirtiendo en una moda gafapasta entre las clases que llevaban tres generaciones comiendo (aquella gente que un día dicen que quieren ser misioneras y al otro se dejan rastas y se van a hacer lo mismo pero por libre). Y tenemos el secuestro de españoles, que hoy en día está a la orden del día. O mueren españoles en un país lejano de esos que hay por fuera de aquí, o tienen accidentes, o incluso son secuestrados. ¡Qué mala suerte! ¿Es que no nos quieren? Con la de alimentos que enviamos por Navidad. No es eso: es que hay mucha gente por el mundo. En 1999, apenas habría algún caso conocido. Cuando los españoles han salido en masa fuera del país ha sido a partir del 2001 (habría mucho que hablar sobre los beneficios que trajeron los atentados del 11 Septiembre al turismo de masas, al inventarse los viajes low-cost: ¿Bin Ladin, promotor turístico? [ya sabréis que la letra "e" no existe en árabe, ¿no?). Hasta entonces, se secuestraba a británicos, estadounidenses, alemanes, franceses o algún holandés. Luego han llegado australianos, españoles y de algunos otros países. Todo eso moderniza esa historieta.


Existen varios puntos de interés más en esta historieta, que no catalagaría de aventura, pero que tampoco lo puedo hacer como "novela gráfica" porque ni comienza ni acaba", aunque lo básico de lo que aquí sucede ni procede ni precede a nada más. Sólo me centraré en uno: los niños soldado. 

Siguen existiendo hoy en día, pero no se habla. Tampoco veo yo que haga nada al respecto  la diplomacia europea (vamos a reír, y "jaja" y "jaja"). A partir de la p12 aparecen el fenómeno del reclutamiento masivo, ilegal, inmoral y absolutamente permitido y aceptado por todos los países occidentales, que son los que les venden las armas (y los que, por tanto, como mínimo, podrían inventarse armas que los menores de edad no pudieran tocar por su peso o consistencia, por ejemplo, nada, doy ideas, eso si no se acepta la idea de enviar doscientos comandos suicidas que penetren en todos esos Estados y guerrillas, se pulan a los que manden y, acabado el trabajo, cumplan con su adjetivazción). 
En el 2009, la Lliga dels Drets dels Pobles, organización no gubernamental especialitada en temas de desarrollo, pueblos indígenas i cultura de paz, emite uno de sus boletines 4 Idees, que son una especie de papel de la medida de la palma de una mano, que se despliega en una especie de sábana, y que es una especie de monográfico sobre un tema con noticias cortas. En el enlace se puede localizar, pero yo he preferido poner la imagen fotografiada, y modificada. 


En resumen, que esa historieta de Superlópez sigue plenamente vigente 11 años después.

Curiosamente, nunca se cita La Guerra de Lady Araña ni ninguna otra historieta de Superlópez cuando oigo y leo cosas sobre cómo aplicar los tebeos, huy perdón, la narrativa gráfica, huy perdón, el comic, huy perdón la novela gráfica, a la enseñanza, o a dar a conocer temáticas diversas, como puede ser un conflicto absolutamente actual y del que los europeos son partícipes (¿o de dónde sale el coltan que llevan los móviles?, gentes que os cambiáis el teléfono cada medio año porque sino ya está anticuado).

Más aún, en ciertas conferencias sobre Novela Gráfica se citó una vez, por alguien del público, no por los ponentes. ¿Cuántos casos más existen?

4 comentaris:

Kaximpo ha dit...

Tantas historietas de JAN que han pasado desapercibidas... Todavía me querían convencer que "La guerra de Lady Araña" tenía un mensaje "buenista" y autocomplaciente. Pues vale.

Próximamente en La Maginoteca, "La feria de la muerte" (por ejemplo).

maginelmago ha dit...

¿Autocomplaciente? No sé quién te lo diría pero podríamos abrir un tema sobre si existen historietas de Superlópez que sean autocomplacientes. Algunos detalles, tal vez.

Sobre La Feria de la Muerte la tendría que haber citado, pero nunca recuerdo el título porque no he tenido la oportunidad de releearla tanto. De todos modos, es brutal, compleja, desde el punto de vista de la Economía Crítica, que trata sobre comercio de armas, drogas y comercio Norte-Sur, es tremendamente impactante e interesante.

Kaximpo ha dit...

Autocomplaciente en el sentido en que ayudando con ONGs (que poco pueden ayudar) está solucionado el problema de África pero esa conclusión creo que se saca sólo con una lectura superficial, no creo que sea eso lo que quiere transmitir el autor.

"¡A toda crisis!" trata de la crisis y las hipotecas, sí, pero también de la guerra y por eso se me parece a "La guerra de L.A." y a "La feria de la muerte".

maginelmago ha dit...

Como es habitual, voy retrasado con Superlópez, o la editorial va desfasada con respecto a mis momentos de compra de Superlópez, así que no puedo opinar.
Comentarlo contigo es tontería, que no es por nás pero que ser se es, porque tú sabes perfectamente, no voy a decir todas las historietas ni todas las páginas), que las historietas de Superlópez tienen montones de detalles en los que fijarse y por analizar.

En concreto, la página (o menos) dedicada a las ONGs es demoledora, es tristísima. Supongo que porque a mí me gustaría que hicieran un trabajo potente y, por las razones que sean, eso no se consigue, por más buenas palabras. Si así fuera, con la de pozos excavados sólo por ONGs españolas, el África Occidental sería como una esponja que supurase agua, y no lo es.