Data Estel·lar la tia se pone al día Dilluns 202100802
El Inspector General y El Atasco de Influencias. Me compré en julio del 2021 4 coleccionesole que iban seguidos, fechados entre abril y mayo de 1991. En realidad, quería otro que era un retapado pero el vendedor me dijo: "todos por tanto". Me pareció, y acerté, que estaban en buen estado -buenísimo, nuevos, impecables y ha sido como leerlos entonces por primera vez. No sé si El Ataso de Influencias lo tengo. He visto tantas veces el anuncio del Magos del Humor con el Monte Rushmore que dudo y aún no quiero mirar a ver si lo tengo... y escribo esto a metro y medio de los tebeos.
El Inspector General: me hace preguntarme tanto por la cadena de mando como por cuántos y cuáles han sido los empleados y agentes de la TIA. No sé si el Diccionario aquel y la página no oficial los tienen consignados. Es una historieta rara, claramente con ideas de Ibáñez, con el argumento y guión básico suyo pero yo diría que hay páginas, escenas, episodios que no son suyos y me temo que esto no lo sabremos nunca. Lo que sí sabremos es que hay varias zarpas, que no manos, entintando. A veces les ponen caras muy largas, como al Super, en el que supongo que es el desastroso dibujante PROFESIONAL porque cobraba, oiga, que es que cobraba, de la frontera Bolín Bolán. y luego hay otro que suele usar ojos sin separación, cosa que se repite en El Atasco de Influencias. El efecto puede parecer bonito, por tanto ajeno al estilo de Ibáñez. Ya he comentado muchas veces sobre esos dibujantes que "dibujan bien y bonito" a personajes ajenos a esos estilos. Pero, al menos, el dibujo es más proporcionado.
La historieta se puede leer. Parece un tanto abrupta.
Se mejora en las herramientas con respecto a Los Sobrinetes (¿mismos entintadores, zarpas y cucharones en guiones?) pero aún sigue siendo la etapa negrísima. Ya pueden poner "(c)F*Ibáñez90" que Ibáñez aún no tiene el control máximo que adquirirá a mediados de 1992 o en lo publicado a mediados de 1992, con El Quinto Centenario. Eso está claro.
En El Atasco de Influencias, Ibáñez da un paso más y controla más. Se nota por ejemplo en la cantidad de firmas que realiza y en cómo parece ser él quien realmente firma y en cómo pone la firma de manera más alargada y menos comprimida que al inicio de la historieta o que en las historietas "(c)F*Ibáñez1988" y similares.
Los diálogos y demás son ibañezcos. Se nota el gusto de Ibáñez por meter cosas internacionales: Lin Piao había sido un dirigente político y militar de la República Popular China. Se menciona a Japón, que acababa de cambiar de emperador, y que parecía iniciar una etapa de modernización monárquica que resultó fallida, un poco como el aire fresco y plebeyo que iba a meter Letizia en la monarquía española y que no llegó más que a la pedida de mano: "aay, deja que hable yo", y a Letizia Ortiz, consorte, le graparon su boca para siempre jamás. Igual tiene grabada una entrevista como la abuela ultra para ser emitida post-mortem, en un gesto antidemocrático por parte de la periodista, de los medios de comunicación y de la Casa Real y estructuras del Estado, por tanto impide el libre ejercicio del debate: difícil es debater con fallecidos. Esperemos que, de ser así, tenga mejores modales y no insulte a los que no son oficialmente de derechas como Pablo Iglesias.
En definitiva, que Ibáñez le toma el pulso a la actualidad, cosa que hacía muchos años que dominaba, activo como es en la escucha de noticias y en la caricaturización de las mismas.
Lo que pasa es que El Atasco de Influencias logró la primera gran campaña mediática en favor de la serie de historietas a la búsqueda de un público adulto y de clase media aficionado a la política y la prensa... lo opuesto de lo que realmente existía, tal vez. Esa búsqudda de clases medias acomodadas no casan con la realidad del país y en eso chocan siempre, una y otra vez, todas las obras de ficción y de no ficción.
La prensa destacó la presencia de Juanito Batalla, que aparece junto a una caricatura del vicepresidente Alfono Guerra. Se trataba de Juan Guerra, protagonista del primer gran caso de corrupción de la Democracia, que no era "gran", por cierto, pero que sirvió a la prensa de derecha-ultraderecha para hacer campaña contra el PSOE y contra el ala izquierdista del mismo, liderada por Alfonso Guerra. En realidad, en la historieta, el segundo episodio es el copado por Juanito Batalla, sin papel más que el de caminar por la calle, en total unas 20 viñetas a lo largo de todo el álbum, que son, a lo sumo dos páginas. Alfonso Guerra ocupa unas 9. En eso se basó la campaña publicitaria. Puede que Juanito Batalla pudiera haber tenido más papel pero que, por alguna razón, ¿miedo, autocensura, desinterés?, Ibáñez optara por usarlo poco, sobretodo en un episodio y en la página final. Lo demás son elementos que ya habíamos visto en la insuperable ¡En Marcha el Mundial'82!, con los prebostes empresariales realizando corrupción y especulación urbanística usando el fútbol de parapeto o lo que habíamos visto en algunas historieta de Chicha, Tato y Clodoveo o de Pepe Gotera y Otilio: la chapuza empresarial y laboral queda reconvertida en Corrupción a Mogollón, título del otro gran álbum, de hacia 1995, con el que Ibáñez se une a la puntilla que expulsará por la mínima y para casi siempre al PSOE del gobierno en favor del limpio, pulcro y da esplendor de Aznar y del PP... no veremos más álbumes poniendo a caldo la corrupción del PP que fue y ha sido y será mucho mayor que la del PSOE.
Por entonces, la prensa comentaba, como si fuera algo nuevo, que "la corrupción ha venido para quedarse", ignorando que ya había corrupción anteriormente. El Perich había escrito un chiste: "en tiempos de Franco lo único incorrupto era el brazo de Santa Teresa de Jesús". Pero de Franco, del pasado que tanto dinero les ha dado a la derecha y de cuyo origen divino procede, no podía hablar ningún partido como el PP ni sus periodistas-voceros. Cierto que el franquismo no era una democracia pero cierto es que así se autodenominaba -Democracia Orgánica- por letra del abogado y ministro catalán Laureano López-Rodó y cierto es que todas las democracias tienen corrupción política e institucional, máxime si ha hecho una falsa transición manteniendo notarios, jueces, secretarios de ayuntamientos, políticos de antes, funcionarios metidos a dedo y empresarios que eran lo que eran por haber estado vendiendo cemento en el Valle de los Caídos antes de montar Puertosbanuses.
Los diálogos y demás son ibañezcos. Se nota el gusto de Ibáñez por la actualidad. Mucho más moderna El Atasco de Influencias en 2021, con más tráfico de influencias (información privilegida, amiguismo, enchufismo y puertas giratorias) que en 1991.
Tampoco le podemos exigir a Ibáñez que lo haga todo. Pero es que es el único que puede trabajar de historietista de verdad, de contarnos la corrupción inmobiliaria: cuidado que Jan con Superlópez nos ha contado la crisis eterna durante años y años desde el 2008. Que lo puede hacer con gracia y sin que quede anticuado lo que cuenta, porque altera nombres y para hacer el chiste permite esa atemporalidad que nos permite leer El Atasco de Influencias y darnos cuenta de que las estaciones de trenes las dieron con concursos públicos a gente que tenía bares pero que los viajeros nunca vimos rótulos por si nos interesaba, que los bares de edificios nuevos son más grandes que las bibliotecas y que tampoco sabemos a quién se han otorgado ni nos han ofrecido públicamente nada. Que la mayoría de convocatorias públicas a plazas de funcionarios en ayuntamientos catalanes, barceloneses, metropolitanos son para amigos de los alcaldes, amigos del partido, amigos del régimen, y que las notas se alteran para favorecer a unos y expulsar de la carrera a otros, que hay montones de interinos que son favores para amigos y familiares y que, por orden europea, entraran en plantillas. No te llamarán nunca a ti para trabajar de interino del grupo A1 o A2. A mí tampoco. Se cobran 2500-3500€ mensuales por 35-37 horas semanales en horarios intensivos, con tardes libres para enterarnos. Tampoco sabemos cómo se otorgan contratos de café o de cemento, de papelería o de compra de escaleras, de grafiteros que son artistas que cobran 3000€ por pintar sobre una pared limpia con una plantilla que usan en varios sitios o en múltiples otros trabajos.
Hay mucho para cavilar y El Atasco de Influencias de 1990 permite hacerlo.
Por volver brevemente a El Inspector General, se efectúa en plan crítica lo que sería la evaluación de la gestión privada o pública. Se podría haber modernizado como una auditoría o algo así. También como evaluación de la Gestión Pública... se estaba pasando de que cualquier hacía lo que quería o lo que buenamente sabía a que había una serie cada vez más prolija de requisitos técnicos, de capacitación, presupuestarios, de control contable, fiscal, laboral, sanitario, medioambiental y otros que pueden estar bien y ser correctos, para que no se muera de peste todo un barrio por un taller que pinta coches o puede ser una barrera de entrada a nuevas empresas con menos dinero y menos experiencia. Ejemplo: las antiguas guarderías privadas que se fueron transformando, cada vez que les pedían más metros cuadrados en barrios que no los tienen para ningún local, bien es cierto, con nombres como "centros ayuda familiar". Esos nombres van cambiando cada vez más. Ahora bien, si vais a residencias de ancianos montadas por los que las tienen que montar o a guarderías públicas, los metros cuadrados y las características no son precisamente mejores.
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