Reconozco que me encanta pasearme por el final. El final de la ciudad que linda con otra o con un descampado, el final de la tierra donde comienza el mar, las fronteras, los finales me resultan apasionantes. No extraña entonces que me encante el final de la editorial Bruguera puesto que pocas veces podemos asomarnos al final de una empresa, la que sea.
En este caso, tenemos la última encuesta.
Es posible que la hayamos colocado anteriormente. La maginoteca tiene entre sus objetivos el colocar todas las encuestas de historietas porque nos sirve de índice, porque son entretenidas y nos permite recordar personajes o escalar las preferencias, o señalar a todos al máximo o al mínimo de puntuación.
Os pondré dos encuestas. Una de ellas la encontré ya rellena. ¿Sirve de guía para saber lo que pensaban los lectores de 1986? ¿Qué pensáis? ¿Alguien piensa algo?
La primera imagen es una foto. Son pruebas que hacemos a ver cómo quedan:
Pulgarcito número 25 junio 1986. |
Rompetechos, Hug, Cebolleta 13 Rue de Percebe, Churumbel, Anacleto ¡y la página de chistess que uno consideraría un relleno! es lo más valorado. E incluso los chistes escritos o "textos humorísticos", puede que porque sirvan para "contarlos luego a los amigos", digo yo.
Pepe Gotera, Camelio, Deliranta... van en segunda posición con 9 puntos. ¡Y Pitagorín! que no sé si ha sido nunca bien valorado. Es un niño muy listo y, de alguna manera, "gana a los grandes", así que eso llega al lector.
Solamente Sacarino tiene 8 puntos.
Malas valoraciones para Pepe Trola y Cucaracho. Lástima. A mí me encantan.
La siguente es una imagen escaneada a 600ppp, que no era necesario porque son letras sin más pero ya nos hemos acostumbrados.
Pulgarcito número 23 mayo 1986 |
La sensación que me llevo del años 1986 es que la Editorial Bruguera lo intentó creativamente hasta el final.
Hay quien, como las opiniones vertidas en el libro de Sebastià Roig, Les generacions del còmic y que el autor no desmiente así que las comparte, que la Editorial Bruguera está creativamente muerta desde -atención, hop- los años 1970. En esos años hay centenares de fórmulas que se ponen en marcha, desde el monocultivo de mortadelos, la expansión e imposición de ese estilo gráfico en muchos dibujantes, la importación de montones de series francobelgas, británicas e italianas, la renovación de las revistas femeninas con Esther a la cabeza (sea importada británica pero lo que destaco es que renueva el concepto de revista para niñas), publicaciones de todo tipo, en número de páginas, contenido, edades...
Y en 1984 renuevan formatos y contenidos. Son más modernas esas revistas en 1984 por Bruguera que en 1987-1998 por Ediciones B-Grupo Zeta a los que se les escapa más veces más caspa.
El ímpetu se acaba durante 1985 pero en 1986, locos por impedir la quiebra final -fijaos que es imposible, repito, salvo que hubiera inyección de montones de millones de pesetas, ajeno a que todos los lectores compraran varias publicaciones semanalamente-, regresa la renovación, con menos medios, con una precariedad evidente en la falta de coloreado de fondos de las viñetas, con una aburrida cantidade páginas de Mortadelo y Filemón, Sacarino o Rompetechos... pero, a la vez, es adaptarse a cierto público encefaloplano, así que cumplen con estrictos criterios de mercado. El consumidor pide monocultivo y se lo dan. Los demás lectores quedaremos abandonados. Y así será editorial tras editorial, por más que se esfuercen en plantear la variedad del comic.
Si vas a cualquier tienda, salón, feria, mercadillo, verás mortadelos y ciertos superhéroes de Marvel, cosas de Dragon Ball y lo demás será residual. Un poco de Cavall Fort... lo demás es difícil de encontrar nuevo o viejo, arrinconado en las tiendas nuevas y ni siquiera llega en las tiendas viejas. Y lo mismo para el resto de grandes títulos de otras editoriales.
Por tanto, esa encuesta la considero otro intento más de saber cuánta gente lee-compra esa revista, qué tipología tienen en cuanto a edad, sexo y domicilio, y si los personajes que más gustan lo son para todas las categorías o hay diferencias por esas variables.
Diréis que es otra encuesta más.
Yo veo la última encuesta, el último intento de pulsar el mercado, que es algo que el sector del libro y del tebeo en España no debe de hacer desde entonces.
Habrá otra encuesta en 1991.
Hubo una en 1981: la de "¡todos a votar!", un título que -me fijo ahora- era imposible de poner hasta 1975 o incluso hasta 1977 o 1978. Incluso un miserable título de encuesta refleja un cambio social, político y cultural. ¡Qué cosas! Y habrá gente que cobre por decir esas cosas y todo.
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