En latiacomforo, el forero Pitufo Palomo localizó una copia en blanco y negro de una obra cumbre además de pionera de la animación europea: se trata de la película Érase una Vez... la Cenicienta, de Estudios Chamartín, en la que en los años 1940 participó el grueso de los ilustradores y ninotaires que al poco crearían grandes obras de humor en varias editoriales de tebeos. Se estrena en 1950 y nunca más se supo.
Enlaces, información, algún texto citado y las imágenes proceden de la información de Pitufo Palomo.
Casi la única noticia que se tuvo de ese film fue el excelente Escobar Rey de la Historieta, un superhumor de homenaje al autor de Zipi y Zape, que recopila cinco coleccionesole de excelentes portadas y con un contenido incalculable en kilates. Es mejor que cualquier obra posterior, aunque sea porque está circuncrita al ámbito de los tebeos, de tal manera que recoge textos, entrevistas, fotos, fotogramas e historietas o secciones de las mismas de muchos personajes del autor. Su valor de mercado no ha de ser mayor de 6€.
Un año de estos nos darán la tabarra en suplementos de cultura de la prensa como si todo el mundo conociera ese largometraje.
Vergüenza y oprobio -gracias por el palabro, Don Pantuflo- a todo el sector del cine español que ha escondido y no ha buscado copias de esa película nunca. Ahora dicen que la están repintando... y me temo lo peor porque últimamente ya solamente saben pintar en plan animanga y cada cosa tiene su estilo.
Parece ser que una copia en color fue enviada al Festival de Venecia y allí la perdieron, la robaron... lo que sea. Cuidadito con que algún año de estos no nos digan que esa cinta es italiana porque no lo es.
Está hecha en Barcelona y por dibujante básicamente catalanes.
Sacaron un álbum de cromos en colores, cuyas ilustraciones imitan a los fotogramas pero no lo son.
Es algo de mucha calidad, que no llevó a ningún lado. Es como aquel coche de lujo que ganaba premios en los años 1950 y que luego nos dijeron que era para demostrar que la ingeniería española podía hacer coches.
El Franquismo fue incapaz de promocionar ese estudio de animación o ningún otro. ¿Alguien ha visto Garbancito de la Mancha alguna vez?
Los enlaces se pueden ver y descargar pero no sabemos por cuánto tiempo.
El sonido es mejorable pero no estrepitoso. Se me ocurre que incluso con el Audacity se podría mejorar bastante. Imaginen ustedes con software profesional... siempre con la intención de mantener las voces y los efectos de sonidos originales.
Leo que se trabajó "al estilo Disney" pero lo meritorio es que no había ni cursos en Hollywood ni tutoriales en Youtube, así que el ingenio (que se escribe como "Escobar") era fundamental. Es bueno aprender del sigo XX que mucha gente, según sus posibilidades y su nivel cultural, tenían una capacidad sorprendente para el ingenio, para hacer con nada y menos verdaderos prodigios.
Como ejercicio para gente de esa que hace cursos de dibujo, pintura, fotosopestudiomaxmenoxcuatrov41, sería interesante verlo pintado en plan de prácticas..
Érase una Vez enlace primera parte
Érase una Vez enlace segunda parte
Para descargar el vídeo, guardarlo, conservarlo y que no se pierda, el Mozilla tiene una aplicación llamada Video DownloadHelper.
Pitufo Palomo insertó esta entrevista:
Nota 2: F.Tur, un dibujante habitual del TBO.ENTREVISTA CON JOSÉ ESCOBAR (Nace en Barcelona en 1908). Director de animación de “Érase una vez…”.
En su domicilio de Barcelona, el 23 de abril de 1984.
Comienza recordando la situación de los dibujos animados en la España de la postguerra.
J.E. – El dibujo animado en los años cuarenta era trágico. Cuando uno dibuja sobre un papel, con la goma puede ir corrigiendo lo que sale mal, pero en el dibujo animado lo haces a ciegas porque no sabes lo que saldrá bien o mal hasta que no ves proyectada la prueba de línea, y en aquellos años tampoco se podía corregir porque trabajábamos con empresas de poco dinero y cuando decíamos que un dibujo había que modificarlo porque faltaban intermedios e iba demasiado rápido el movimiento, nos decían: “No por Dios, Escobar, eso no puede ser porque el volverlo a hacer nos supondría tantas horas más de trabajo, y por tanto bastantes más pesetas”. De esta forma teníamos que dar por buenos movimientos y secuencias que sabíamos que no lo eran. [nota 1: VÉASE MUCHOS DESASTRES DE GRANDES PRODUCTORAS COMO BRB, D'OCON Y NEPTUNO FILMS, entre otras, que hicieron cosas peores en los años 1980-2000 y con la venta hecha a medio mundo y a TVE o alguna otra cadena de tele]
También luchábamos con la cuestión del material. Las planchas de celuloide sobre las que se dibujaba había que importarlas de Suiza y a veces no llegaban; entonces había que acudir a todos los fotógrafos de Barcelona (nadie puede darse idea de las placas de recién casados que pasaron por nuestras manos) y también a los hospitales, éstos nos daban las radiografías que teníamos que frotar enérgicamente para quitarles la emulsión y poder dibujar sobre ellas. Además, como en esa época no había en España ninguna tradición de los dibujos animados todo teníamos que hacerlo nosotros, la truca, las mesas…, lo dibujábamos y lo hacían en un taller. Todo pura artesanía.
[…]
P.- La productora Disbsono Films ¿era anterior a Hispano Grafic Films?
J.E.- Era contemporánea, la llevaba Fernández de la Reguera y su equipo lo componían Francisco Tur, Guillermo Fresquet, Enrique Ferrán, Federico Sevillano… Entonces hacían la serie de D. Cleque.
Nota 3: Don Cleque, otra olvidada producción de animación de hacia 1941, 1944-1945.
P.- La constante presencia de Walt Disney, ¿beneficiaba o perjudicaba a los dibujantes?
J.E.- Creo que siempre ha producido un beneficio, aunque desde luego no tenía ni idea del vestuario de las diferentes épocas; no puedo explicarme dónde se inspiraría para hacer el vestido de Blancanieves. En cambio, “Érase una vez…” tendrá muchos defectos, epro el vestuario y la ambientación de la época están cuidadísimos, esto se lo debemos a Cirici Pellicer, que era un erudito en el tema.
Lo difícil era sacar amarillos, ya que está hecha en un bicolor, usábamos naranjas rebajados.
[…]
P.- En “Érase una vez…” ¿a qué personaje le costó más darle su aspecto definitivo?
J.E.- Quizá a la Cenicienta, que la hice en colaboración con Ferrándiz, porque era un personaje que no estaba caricaturizado.
P.- ¿Tuvo alguna dificultad especial al tener que mezclar imagen real con dibujos en la secuencia de la caja de música?
J.E.- No, estas escenas se rodaron como hacía Walt Disney, se toma todo en imagen real y después se proyecta fotograma a fotograma sobre un cristal translúcido puesto a modo de tablero.
Lo peor de este sistema de ir proyectando en imagen real para pasar después a dibujo, es que las proporciones de un hombre no son iguales que las de un ratón, y hay que ir adaptándolas.
Nota 4: por tanto ¿existió una grabación de escenas de imagen real? ¿Existen aún hoy día?
En el baile de los caballos de “Érase una vez…” los caballos no son tales, sino que son las muchachas de un grupo de baile que hicieron de modelos. Con la calle de los zapateros ocurre lo mismo, cantan y se mueven al ritmo de la canción, como el baile de la Cenicienta con el príncipe. Todo está sacado de imagen real.
P.- ¿Se usó en algún momento el multiplano?
J.E.- Sí, se hizo una especie de multiplano, una maqueta en la que había un decorado hecho de cartulina que era el más lejano, otro delante de éste hecho en celuloide, con montañas y bosques y otro anterior a éste como primer plano.
Estos tres planos no se movían a la misma velocidad, el del fondo se movía más despacio que el que tenía delante, y éste algo más lento que el primer plano. Se movían a mano, deslizándose por más guías para que no se desviaran.
Este sistema tenía la ventaja de que al separar los planos entre sí, el primero quedaba más enfocado y más nítido que el último, como ocurre en la realidad.
P.- ¿De quién fue la idea de incluir las secuencias del baile de los caballos o la de los fantasmas, que no existen en el cuento de La Cenicienta?
J.E.- Mía. Me dieron un guion escrito; pero yo podía añadir los gagas humorísticos; llevo más de 60 años en la profesión y tengo costumbre de idear situaciones ingeniosas o divertidas; pero hay algo que no he querido hacer nunca; jamás he hecho una historieta en la que al final resulte que todo es un sueño, creo que eso es defraudar al lector. Hay cuarenta soluciones antes que esa que es una solución tan cómoda.
P.- ¿Hay alguna secuencia de “Érase una vez…” que le guste especialmente?
J.E.- Sí, una que me resultó especialmente laboriosa pero que después llegó a ser mi favorita: la secuencia en que el paje atraviesa una pasarela de tablas que cuelga sobre un río. Fue tremendamente difícil, porque a casa paso, no sólo variaba la forma de la tabla donde él pisaba, sino que había que cambiar la posición de todas las de la pasarela, ya que se balanceaba por entero.
P.- ¿Le sorprendió que premiaran la película en el Festival de Venecia?
J.E.- Sí, me sorprendió mucho. No me lo esperaba.
P.- ¿Han influido en sus dibujos otros dibujantes, españoles o extranjeros?
J.E.- No creo. Empecé dibujando mal, como todos los niños, pero en poco tiempo mejoré muchísimo, hasta llegar a un estilo de dibujo que no era demasiado caricaturesco, más bien era ilustrativo. Este estilo que era el mío propio no lo he seguido, y esto me lo he reprochado muchas veces, pero ese estilo no sirve para hacer historietas, era parecido al de Rivas.
Cuando empecé en Sigronet, no pude seguir haciendo las figuras con una proporción de ocho cabezas, porque entonces casi no se vería la figura debido al tamaño de las viñetas; así que por las circunstancias se ve uno obligado a hacer unas proporciones diferentes, debía dibujar con un máximo de tres cabezas y eso naturalmente, me forzó a variar mi estilo.
Haciendo dibujos animados también es bueno utilizar unas proporciones exageradas, por ejemplo, el ratón Mickey está hecho con dos círculos.
He pasado épocas terribles buscando una forma personal de dibujar, sin embargo he tenido la suerte de dar con tres personajes excepcionales: Carpanta y los Zipi y Zape.
Entrevista a Escobar extraída del libro “Cine de animación en España: largometrajes 1945-1985” de María Manzanera.
Sobre el proceso de creación de la película, el blog Alta Polítika trata en extenso sobre las peripecias de dicha producción.
Sobre la Historia olvidada y despreciada de la animación española, el blog El Dibujo Animado Escrito da cuenta de ello.
El desprecio empieza desde el origen. Disney registra el nombre de La Ceniciente antes que Estudios Chamartín... pero ¡estamos en el Franquismo! Si los jefazos hubieran dado largas o hubieran decidido otra cosa, el nombre más reconocible hubiera sido para la producción española. Franco y la ultraderecha española, como es habitual optaron por ir contra los intereses españoles. Reproduzco otro texto de latiacomforo. Asi siguieron: ¿qué hicieron con Iberia, con Telefonica, con Endesa, con clínicas privadas y mutuas en manos de multinacionales extranjeras y con jefaturas ajenas geopolíticamente a los intereses del territorio? A veces con el nombre autarquía, otras veces ultraderecha, a veces nacionalismo español, liberalismo, neoliberalismo, globalización, el resultado es siempre igual de desastroso. La animación podría haber sido trabajo para mucha gente y la creación de referentes narrativos propios
Aunque siempre hemos leído que Disney registró el nombre en primer lugar, pensándolo serenamente ya en el año 2016 y no en el año 1986... hum... ¡estamos hablando de la España de Franco! Si el presunto y presuntuoso nacionalismo español hubiera sido tal, y sabiendo que no había Estado de Derecho sino un mamoneo entre corruptos, lo lógico es que a Disney le hubieran dado largas y en cambio, el ministerio de cultura, el gobierno, los cines por dedazo del gobernador civil hubieran protegido la producción española de La Cenicienta antes que la foránea. Sin embargo, Franco optó como siempre por venderse al extranjero, a Hitler, a las bases de Ike o a las pelis de Disney. No creo que fuera una represalia contra unos republicanos que hacían dibujos animados sino una forma de actuar, de venderse a cualquier postor
1 comentari:
Muy interesante y emocionante leer la entrevista a Escobar y saber de estos héroes que, como en todos los gremios laborales, hacían milagros con nada.
carlos
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