20081001

Renfe: regreso a 2007, 2002, 1993

Data Estel·lar ultrapasada Dimecres 20081001

He añadido una cosa ("gadget") por ahi al lado que no sé exactamente para qué sirve. Para suscribirse: quise poner: "si te suscribes, regalamos las tapas para encuadernar" pero no cabía tanto... no cabía nada. Lástima... Si sirve para algo, ya me diréis.

Renfe Cercanías.

Regreso a 2007: hace varios meses, entre el 2007 y el 2008, los usuarios de la Renfe Cercanías de Barcelona tuvimos los peores momentos. Fue un ir a peor de lo habitual, que ya era muy malo. Como es habitual, fuera del círculo de los que utilizamos los trenes cada día, esto no se ha acabado de entender. Aún recuerdo cosas como "funcionan mal porque hay Cercanías" (y lo pude volver a leer en cierto blog sobre cosas cordobesas). No es cierto: porque en 1995 había Cercanías y funcionaban bien. No confundamos los términos: entre que no exista un servicio, entre que sea necesaria la existencia de ese servicio, entre que exista ese servicio y entre que funcione bien.

A principios de septiembre, como ya comenté hace varios mensajes, Renfe Cercanías, ADIF, GIF y la Ministra de Fomento nos hicieron la Gala de la Nueva Temporada con un montón de problemas que ellos traducen en el críptico "problemas con la catenaria".

Regreso a 2002: Desde la última semana de septiembre noté algo más. Como en el 2002, el año que Álvarez Cascos, alias Quinto Pino Cascos por su manía en enviar buques desfondados repletos de petróleo a alta mar porque la suciedad lejos no mancha tu traje de Armani y no me importa que ensucie todo el Cantábrico, Álvarez Cascos, el mismo que se gastó el presupuesto en comprar cuadros ¡para las autovías! a los pocos días antes de que le dieran el finiquito, Álvarez Cascos decidió apagarnos las luces de los trenes. Los vagones de Cercanías van provistos de montones de luces halógenas. La primera vez que vi el gran negocio de las luces halógenas. El tipo que las vendió a la Renfe, mediante Siemens, CAF, GEC-Alstom y demás empresas, se hizo de oro.

Es lógico que dentro de los vagones haya luz. Evita que te roben la cartera, clásico problema de los transportes públicos. Da calidez. Y da sensación de limpieza. Y te despierta.

Pero en el 2002, e incluso años antes, se intentó dar la sensacion de que la Renfe estaba en ruinas de cara al usuario para desactivar una -inútil, como siempre- protesta ante la próxima privatización que jamás llegaba de manera transparente (es decir, sí, se privatizaron servicios, como los servicios-WC, y por eso siempre están cerrados, para no gastar, privatizaron estaciones y las convirtieron en bares, como la de Cerdanyola-Universitat, recién creada, etc.) Y decidieron apagar una de cada tres luces halógenas. Y disminuir la potencia de las luces, cosa que entonces aprendí que era posible hacer.

En septiembre del 2008, se volvió a lo mismo. Una de cada tres luces de las de las puertas están fundidas... pero, es muy curioso que sólo sean esas luces. Así pues, no es que estén fundidas, sino que están apagadas. Así, no gasta el Ministerio de Fomento y le podemos pagar sus 6762.92€ al mes a la Ministra.


Regreso a 1993

¡Sorpresa! El 20080930 cojo el tren en Barcelona Sants. Oigo por las escaleras que el tren hacia mi destino está en el andén... Pero, al subir, pregunto, porque no veo ni cartel informativo electrónico ni manual, ni LED ni tele ni ordenador, ni cartel en el tren. Pero sobretodo pregunto si aquel es mi tren porque noto algo raro: luz, una gran claridad. Toda la que le faltaba a los 40 o 60 trenes de las últimas semanas. La luz no está bajada. Sólo hay una bombilla fundida en una única puerta (bueno, claro, la puerta más cercana a mí, pero es otro tema). Una bombilla apagada de 50 es una bombilla fundida, no una fase desconectada. Un fallo eléctrico, no un auto-sabotaje.

Más aún: el suelo... sí, es cierto, suelo de esos que tienen piezas pequeñas de vidrio... pero ¡limpio! ¡Nuevo!

Y encima las manetas de las puertas que unen los vagones: funcionan. Las manetas están horizontales, no verticales: no están rotas.

Los cristales no estaban rayados.
El martillo rompecristales que se tiene que coger rompiendo el cristal con otro martillo rompecristales tenía su caja intacta. Y no noté faltas de ortografía, ni en catalán ni en castellano, en el cartel indicador de cómo sacar el martillo rompecristales. Un hito: por fin han contratado a alguien que se ha sacao ya la EGB o la ESO.

Pero aquella sensación de iluminación... no era sólo de las luces. Me di cuenta de que todo era nuevo cuando me senté en un asiento cuyo tapizado, como mínimo el tapizado, era nuevo. Era de un color gris más claro que el habitual.

Es entonces, sentado, en un asiento que no estaba descolgado, ni sucio, ni raído, ni a punto de caerse, ni con el plástico gris separado del plástico donde va pegado el tapizado, cuando me di cuenta de algo que en el 2004 o por ahí ya comentaba: el plástico era nuevo, o lo habían limpiado con kilos de KH-7... o lo habían pintado, idea nada descartable. Me refiero a las paredes de plástico. Recordaré que drogarse con tabaco o con marihuana en los trenes supone un riesgo serio de incendio y muerte para todos aquellos que no nos drogamos porque todo es plástico y goma, es decir, incendiable. Osea, no es sólo la peste asquerosa y repugnante que recorre 15 metros desde el espacio inter-vagones para llegar a mi delicado sentido olfativo... sino que hay un riesgo de incendio real. Ya sé que nadie va a hacer caso porque la drogadicción puede más que todo signo de cordura pero, en fin...

Las paredes de plástico amarillo o crema de los trenes estaban envejecidas. Llevaban puestas desde los años 90. Se tenían que cambiar. Ese tren tenía paredes nuevas o pintadas. Es posible que fueran pintadas porque tenían menos rugosidad, como si la pintura hubiera tapado, no sólo los poros negros que jamás se habían limpiado como es debido, y que hoy en día ya es imposible de higienizar, sino que también habríase insertado capa tras capa hasta aplanar la pared. Se notaba rugosidad pero mucho menor.

Cuando lo expliqué, un agente ferroviario que conozco me dijo: "ah, sí, yo también me monté una vez en ese tren".

Es decir, hay un tren arreglado, un único tren en toda la línea que es un tren como Stephenson manda. Un tren al que, por azar, una vez en nuestra existencia ferroviaria, los pasajeros tenemos la fortuna de subir y disfrutar de cómo sería el trayecto al trabajo y a casa si alguna vez la Renfe Cercanías fuera un servicio público de calidad, con eficacia, eficiencia, economía y adecuación a las necesisades de la población.

Para mí, no fue una cata de utopía. Fue un regreso a 1993.

2 comentaris:

Ricardo ha dit...

El Viernes pasado cogí el que probablemente es ese único tren nuevo de la línea,al que tú te refieres. Fue hacia las ocho de la tarde. Contrastemos datos.

maginelmago ha dit...

Contrastémoslos.

Es la excepción. Es como un rayo de luz, es como la Marisol de los trenes de Cercanías.

Hay gente que te para por la calle, con la mirada perdida: "señor, señor, créame, yo me subí en ese tren, tiene que creerme..."

Lástima que me olvidé de pillar la matrícula (siempre lo olvido).