Data Estel·lar ohlala Dimecres 20230419
Venezuela y Brasil a favor de las invasiones estadounidenses en América Latina...
Vi el programa Jugada Crítica presentado por Paola Pérez en Telesur, el famoso canal de noticias venezolano y bolivariano. Martes 20230418 hacia las 19h hora europea.
No conocía el programa pero me intereso porque era de Relaciones Internacionales. La decepción es que era de Propaganda sin más contenido. No solamente se les veía el plumero sino que el mensaje claro era que los ucranianos tenían que dejarse matar por la maquinaría criminal rusa para conseguir una pronta paz. En caso contrario, era la Unión Europea y Estados Unidos los que ampliaban el tiempo de guerra.
No pongo vídeo porque no lo encuentro: el enlace de dailymotion exige el peaje capitalista de quitar el bloqueador de anuncios... sin contar con el consabido intento de espionaje de tantas y tantas webs de prensa ("rechazar todo").
Trataba sobre el Brasil de Lula que se vio con la China de Xi Jinping. China llamó a Brasil "viejo amigo" y eso lo valoraron mucho, de igual manera que un par de semanas antes, en el contexto español se consideraba una alta valoración que Pedro Sánchez hubiera sido recibido por China como si eso los pusiera por encima de otros. De verdad que ya no saben los profesionales de la propaganda política cómo vender su pescado mientras China compra el mundo a precio de saldo.
La idea era potente pero no había contenido: Brasil podía dar nuevo ímpetu al grupo BRISK; miren como ahí sí les gusta el lenguaje forjado por el imperialismo. Brasil Rusia India, China y Sudáfrica, cuyo PIB es mayor que el del G20. Claro, cuando metes a China, tienes más de todo: más tierra, más gente, más dinero, más empresas, y más casos de Covid-19.
Se añadiá que Lula también había ido a Emiratos Árabes Unidos y que tenía buena sintonía con la Rusia de Putin con una agenda latinoamericana de Labrov. Ahora que lo pienso, sonaba un poco a la gira del 2000 con la que Hugo Chávez reactivó la OPEP pasando por Irán y levantando el brazo del líder de Indonesia. Lástima que Hugo Chávez no fuera capaz de pensar en términos de Energía Solar y otras energías descentralizadas, y ese sometimiento a la tradición deelpetróleo fue la peor decisión que pudo tomar en unos años que los petroestados árabes estaban diversificando sus inversiones haciendo incluso instalaciones fotovoltaicas de gran calibre aparte de atraer a ricos sin escrúpulos de todo el planeta a sus jaulas de oro.
Todo eso iba envuelto en una música floja pero como de peli de aventuras y ampliada en conceptos grandilocuente sobre "el Sur Global", el diálogo Sur-Sur y cómo las oligarquías brasileñas estaban en contra de China con la bocaza de Bolsonaro mientras, pese a todo, aumentaba el comercio con China... y vendían como un éxito que siguiera aumentando. Dos comentaristas, no 10 ni 6. Uno brasileño y otro español (que no sé qué pintaba). Ningún analista, investigador, periodista, diplomático, ya no digo de Venezuela, Boliva, Ecuador o Colombia sino de los Emiratos ni de China, que alguna habrá que sepa castellano. Ninguno era especialmente experto en esos países ni en diplomacia. Cuando habló un tercero, argentino, yo ya estaba en otros temas porque hay más trabajos que hacer aparte de ver la tele.
Alguien les tendría que decir a los asesores bolivarianos que China, Rusia y Emiratos Árabes Unidos no son el Sur, que sí son oligarquías capitalistas en plena expansión y que dos de ellos, China y Rusia, tienen crecientes aspiraciones imperiales y neoimperiales, aparte de neocoloniales (trampa de la Deuda impagable, el paso por África).
Están en Hemisferio Norte y actúan con sus intereses neoimperiales y absolutamente capitalistas, no están precisamente por la igualdad de rentas ni de derechos entre los ciudadanos, mantienen redes clientelares entre las élites tanto es así, que la clase social más poderosa en la Federación Rusa es la de los "oligarcas", y se conoce que varias grandísimas empresas chinas no son de alguien que se le ocurrió sino que son del ejército, de militares que no dejan de ser agentes políticos a la vez que empresariales aunque formalmente sean todos de un presunto Partido presuntamente Comunista.
China busca materias primas por todo el planeta: le da igual que se las dé Bolsonaro o Lula da Silva. Más aún, Brasil hace lo mismo que ha hecho América Latina con Estados Unidos de América: vender materias primas baratos a cambio de productos manufacturados caros que impiden el verdadero desarrollo industrial y económico.
Todo eso iba trufado de una absoluta falta de datos. Para comenzar, los más evidentes: no había voces ni declaraciones de Lula, Xi Jimping, Labrov ni del jeque Mohammed bin Zayed Al Nahyan.
Me recordó, porque era lo mismo, a los telediarios manejados por las marionetas de José María Aznar en los cuales solamente hablaba él. Pocas veces sus ministros y nunca los demás. Así que era imposible entre 1996 y 2003 conocer las voces, los sonidos, las palabras, frases y, menos aún, las ideas y opiniones que no surgieran de su propagandista Miguel Ángel Rodríguez con un mensaje único. (es el tipo que en 2020 en adelante asesora a la peligrosa Ayuso de Madrid).
No se les oyó ni en su idioma ni subtitulado al castellano ni traducido. Fue absolutamente decepcionante.
Se añadía el resto de falta de datos: lo que había eran suposiciones, brindis al sol, propuestas vacías de contenido y que no está previsto que se realicen de manera inmediata o puede que nunca.
Repitieron bastantes, por ejemplo, que Lula propone un G-20 de la paz y el Medio Ambiente. Ni plazos ni firmas ni tratados con esos países o con otros ni un listado de Estados interesados ni nada. Estamos viendo un programa de tele de "análisis" político, internacional y estratégico pero se ve que pulieron todas las ideas en poner el consabido ajedrez en las cortinillas de separación de los anuncios y en la intro.
Dijeron que se ha destruido mucha selva con Bolsonaro. Es cierto: olvidaron decir que se ha destruido más con Bolsonaro que desde la llegada de Imperio Portugués en el siglo XVI hasta el siglo XXI. Pero también olvidaron que la anterior etapa de Lula no fue precisamente positiva en términos medioambientales. Si ha visto la luz medioambiental, mejor.
El G-20 de la Paz me sonó a la Alianza de las Civilizaciones que Zapatero logró hacer firmar, básicamente, entre España y la Turquía (le llaman Türkiye, con esa pronunciación) de Erdogan.
Se pronuncia "tur-kí-a". La "y" es una "i" larga, así que se pronuncia como siempre. Puedes poner una "a" átona" como en catalán entre "a" y "e".
El trueno gordo fue con la acusación velada y continua hasta ser completa de que es Europa, sometida a los Estadod Unidos, el bloque occidental (todo el rato minimizado: el otro bloque tiene "más PIB que el G-20" y piensas... claro, si has metido a la China ultracapitalista, es así, pero no es un bloque de países del Sur, con ideas alternativas de un mundo multipolar).
Volvieron a olvidar que Rusia ha invadido Ucrania, que las primeras 24 horas bombardeó a todas las ciudades con población civil, parte de la cual ha deportado, ha realizado crímenes de guerra de manera continua y que los ucranianos son los invadidos. Ha amenazado con bombas nucleares. Según TeleSur y según Paola Pérez y sus contertulios, eso es asumible, es aceptable y genera un mundo mejor.
Anteriormente hubo una invasión de pequeña escala a principios de la década 2010 por parte de Rusia. Y antes y después, por parte de Ucrania un desprecio por los derechos de los rusófonos en ese mundo montado por Stalin de fronteras y enclaves realizados con mala idea. La guerra de pequeña escala, no defendible, se podría haber ido resolviendo por medio de varios métodos de resolución de conflicto al amparo de Naciones Unidas o de la OSCE o de la CEI, organización de la que Ucrania se salío en 2014 tras la invasión del Donbás por parte de Rusia. No hablamos de recién llegados al mundo diplomático sino de los herederos de los que montaron el sistema diplomático y sus organizaciones durante el siglo XX: la URSS es fundadora de la OSCE (y de su antecesora, la CSCE) o de la ONU. Rusia y Ucrania, con otra decena de repúblicas exsoviéticas montan la CEI o Comunidad de Estados Independientes. Solamente citamos 3 posibles instituciones que podrían haber resuelto o paliado el conflicto latente del Donbás. Lanzar una guerra a gran escala con masacre de civiles, destrucción de infraestructuras urbanas y amenaza nuclear se sabía que era la peor opción: los Estados que aceptan eso es porque aceptarían que sus capitales y ciudades fueran bombardeadas de la misma manera. De hecho, había más crítica a la invasión de Irak en la televisión controlada por el Partido Popular en la España de inicios del siglo XXI o en la televisión controlada por el PSOE en 1991 que en el programa que hemos visto de Telesur. Es decir, que sabían lo que decían, el mensaje que querían transmitir: un mensaje de guerra y destrucción que tenía que ser aceptable, obviando que lanzaban mensajes de que eso era aceptable para cualquier país del mundo en el siglo XXI.
Así que, a lo que se asistió en ese programa, es a la plasmación de la Diplomacia de las Vacunas: se obedece al que vendió las vacunas. La potencia vacunera no ofrece Salud a la Humanidad sino que ofrece salud a tal país a cambio de que se callen sus atrocidades cuando haga invasiones.
Se pueden hacer todas las comparaciones: Rusia ha actuado como Estados Unidos en Vietnam, como la URSS en Afganistán, como Estados Unidos en Irak, como Rusia en Chechenia-Ingushetia, como Estados Unidos en México en el siglo XIX, como cuando dieron golpes de todo tipo (léase Eduardo Galeano) e implantaron leyes contra la industrialización y contra la exportación, cuando impusieron bases militares y políticas de Defensa (militares) y exteriores (votar contra Cuba en la Organización de Estados Americanos), cuando buscaron invadir Cuba o cuando la invadieorn con Puerto Rico y Filipinas, Panamá Guam, Nicaragua, Guatemala, Granada, etc...
Por tanto, cada vez que la Venezuela de Maduro, el Brasil de Lula o cualquier otro Estado latinoamericano, iberoameriano, americano se pone de perfil, duda de que Ucrania merezca existir y minimiza la guerra y la invasión rusa en Ucrania y contra los habitantes civiles de Ucrania, ESTÁ A FAVOR DE LAS AMENAZAS E INVASIONES DE LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA EN SUS PAÍSES, por más que la retórica política les diga ser antiimperialistas.
A lo sumo son antiimperialistas si el imperio son los Estados Unidos de América pero son claramente pro-imperialistas si el imperio es la Federación Rusa. Son anticapitalistas si el capitalismo es el de Estados Unidos pero son procapitalistas si el Capitalismo es e de la República Popular de China o de los Emiratos Árabes Unidos.
Así que, yendo a la raíz: ¿Venezuela, Brasil y otros Estados son alternativos en modelo o solamente piden cambiar de correa y de amo?
Ya oímos hace años vergonzosas declaraciones y decisiones como aquel presidente de Perú que se decía de izquierdas porque iba con un jersey pero que aceptaba el trabajo infantil, vulgo esclavitud. Así que era de izquierdas para la ropa y de derechas para lo demás y encima lo justificaba económicamente como contribución a la renta familiar. Se ve que no han oído historias de abuelos que trabajaron de niños.
El programa lanzaba ideas sobre un orden multipolar, alternativo al unipolar de Estados Unidos de América, surgido tras la caída de la URSS en 1992... pero no era un orden basado en los Derechos Humanos ni nada de eso.
De hecho, se sobreentendía que el G-20 de la Paz y el Medioambiente tendría dentro a la pacífica y ecologista Rusia. Recordemos que Rusia, aparte de sus habituales desmanes antiecologistas durante todo el siglo XX y XXI (Aral, Chernobil, armas nucleares, ¿seguimos?), o Canadá son de esos Estados donde la estupidez les ha llevado a creer (aquí una noticia que abunda en lanzar imbecilidad) que el cambio climático les favorece... es decir, que tendrán más tierras cultivables, sin pensar que tendrán que hacer frente a miles de millones de refugiados climáticos, toda vez que no los bombardeen antes, claro, y no sea necesarias ya tantas tierras cultivables.
Hubiera sido tan interesante conocer la opinión de Hugo Chávez.
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