20170625

Carpanta en la cocina

Data Estel·lar trast Diumenge 20170625

Si algo nos fastidia es leer una y mil veces que tal personaje está agotado o que ha pasado su época o que la fórmula está caduda. 

Por supuesto, siempre sucede con personajes españoles (catalanes), que tuvieron momentos de alta popularidad en la mitad del siglo XX, que son de humor, que son de aventuras, que son para todos los públicos... y nunca sucede para personajes estadounidenses.

¿Alguien ha oído que Popeye está pasado de moda? o que Betty Boop es un carcamalada... o que ¿de verdad que aún insisten en hacer aventuras de Batman que está más pasado que ná...

Es curioso pero no lo es. Porque nadie se mete con los grandes poderes transnacionales.

Cuando leo que Carpanta está acabado, o que lo estuvo y por eso no hay que recuperarlo... y lo he oído en conferencias y mesas redondes, lo he leído en artículos y libros sesudos, y lo he debatido por medio Internet, siempre noto que no, que Carpanta, ni mucho está acabado, que ni mucho menos es circunscribible a la postguerra, que el Carpanta con el sino o destino de no poder comer fue un gran invento que permitió superar al anterior Carpanta representativo de una clase media pobre... pero que, como escuché en un programa "de víctimas de la tele" (palabro de Carlos Faemino de Faemino y Cansado o, como se denominaba en los años 1990, "un reality-show" como entonces se denominaba a un programa donde gente normal contaba cosas cotidianas pero básicamente sucesos (malos tratos, familiares desaparecidos, gente con los que no se hablan, problemas de lindes de huertos, delitos y crímenes propios, cercanos o tangentes),  alguien, un invitado-víctima comentaba que, "como todo el mundo sabe en los años 1970 se pasaba hambre"... anatema, eso no sucedía... con los datos que nos quieren vender los FuentesQuintana del régimen transicional para-democrático... y que se unía a la censura franquista que clamaba que "en la España de Franco" de los años 1960 "ya no se pasa hambre". El caso es que sí, que las bolsas de pobreza permanecieron, se movieron, se conformaron barrios amplios de chabolas en zonas metropolitanas que se unían al nuevo chabolismo vertical en forma de polígonos de viviendas... con la ayuda de medios de comunicación callados, y de estadísticas conveniente adormecidas para que cada cual, cada grupo de funcionarios o de grupos de ayuda (ONGs, etc.) piensen que "aquello solamente pasa en ese barrio, ay qué ver".

Y ahí llegaba yo pensando: "habría que preguntar al autor". En este caso, habría que preguntar a Escobar... y él nos había legado una gran respuesta en forma del Carpanta de los años 1983-1986: se iba a vivir a un barrio de chabolas, tras vender su puente. Dicha zona de chabolas se consideraba una urbanización residencial de viviendas unifamiliares. Por supuesto, procedentes de otras generaciones y de otras clases sociales, no aparecían grandes barriadas de bloques de pisos clónicos, porque ni Escobar ni nadie del entorno de la historieta española parecía conocer ese fenómeno que, por otra parte, era visualmente evidente en forma de cambios de paisaje. No había que ir a ver ese lugar porque se ve de lejos: véase la entrada de Barcelona desde la Meridiana, a diestra y siniestra. Repítase con cualquier otra gran ciudad. Puedes no ir pero no puedes no verlo. 

Pero también existía el fenómeno social y de fraude de las urbanizaciones rurales semi-abandonadas, cuyos problemas y características se mantienen pasadas las décadas. Empresarios promotores desaparecidos con el dinero, cañerías de agua que nunca llegaron, calles con empedrados abandonados, ayuntamientos en guerra con esas urbanizaciones, dueños de terrenos en los que no se podía hacer nada. Carpanta se convertía en algo así, en panxacontenta propietario de un terreno soleado, pero viviendo en una barriada de barracas precarias, como las que se podían ver entre Ripollet y Montcada i Reixac en el camino a Barcelona, y que fueron suprimidas -no queramos saber cómo porque no nos fiamos- "de cara al 92", y en el contexto de Juegos Olímpicos, modernización española, grandes inversiones, y obras de las Rondas barcelonesas (las chabolas molestaban para las obras, si queréis verlo así). 

El caso es que me topo -siempre digo "me topo" porque es toparse el encontrarse inesperadamente con un hallazgo- con el Super Carpanta número 5, que lleva fecha de 19770822. 

Super Carpanta es una extraña revista que duró más de 50 números. Es extraña porque ¿tanto público tenía el personaje como para generar el título de una publicación? Era una forma de promover al autor Escobar, de igual manera que se hacía de manera habitual con los personajes de Ibáñez

Ignoro los demás números de la época pero el quinto es sumamente interesante: incluye unas pocas historietas nuevas, muchos refritos tanto antiguos (incluidas dos historietas de Zipi y Zape de los años 1950, coloreadas y con viñeta apócrifa de unión) como de principios de los años 1970 y hasta recientes, de hacia 1975. Esto se intuye por los numeritos (que se han mantenido, aunque mi experiencia me dice que suelen desaparecer en los refritos) y por el estilo de página (número de viñetas, número de franjas de viñetas, etc.)

Y así llegamos a la sección Carpanta en la cocina, dibujada por Escobar, entendemos que guionizada por él, y que es OTRA POSIBILIDAD de evolución del personaje porque es un Carpanta que nos presenta elementos de la vida de la sociedad de consumo en proceso de afianzamiento en los años 1970, aunque entonces aún fuera por la vía de elementos con apariencia de ser útiles, como los aparatos de cocinar.  Su numerito es 09715, por tanto, inmediatamente posterior a 09714 de la historieta titulada Carpanta: Pitusín, de 6 páginas, sobre cuidar al perro de una gran duquesa (enorme duquesa, para Carpanta). Lo digo porque igual ha sido publicada en algún Colección Olé de los escasos que hay del personaje y así sabréis que esta doble página inmediatamente posterior en confección y tanto o más divertida que una historieta común, pertenece a la misma temporada, semana, momento de actividad de Escobar.






La imagen está fotografiada al aire libre. Pero se ve demasiado clarucha.

Vemos aparatos "nuevos" para la época o, decididamente, no tratados en la historieta o incluso en dibujos animados o monólogos y chistes posteriores: el tostador del pan, el extractor de humor, el exprimidor (al que le saca mucho jugo)... y el abrelatas. Tengo la sensación de haber vivido una época de abrelatas, como si los hubiera por doquier. 

Ah, y el cubo de la basura.

Aparecen chachas, que se enamoran de basureros: el amor entre miembros de la misma clase social, no sea que... ¿Había chachas a gran escala en la época? ¿Se daban los cubos a los basureros en mano en 1977? ¿No se dejaba la bolsa en la puerta de la calle?

Atentos al doble primer plano de manos... angustiosas esas manos de cuatro dedos. Escobar hará algo similar en algunas historietas ochenteras de Zipi y Zape, con el mismo resultado tremebundo. Las uñas largas de la mujer, además, le dan un aspeto de garras. Escobar es de la Teoría de los Cuatro Dedos, que así denomino a los dibujantes que ponen cuatro y no cinco dedos a las manos, a imitación de una tendencia de los dibujos animados, porque decían que era más fácil y que el efecto de uso de la mano era el mismo... siempre que no se vea en un primer plano. 

La doble página de ingeniosos chistes con ingenios nos recuerda muchísimo a las que se pueden encontrar en la revista TBO.

De aquí podemos imaginar historietas con Carpanta usando ese tipo de elementos, dudando sobre si usarlos... hay una magistral portada-chiste que dice que "él no quiere intermediarios" para comer y devuelve los cubiertos (cuchara, cuchillo, tenedor) a un camarero. 

Imaginad a Carpanta ante la tele en multitud de programas de cocina como los que pululan.  Podría decir que "come por los ojos" y con eso se alimenta, de igual manera que durante muchas historietas ha comido una avellana o una oliva porque contiene grandes propiedades energética y de carbohidratos, en un uso, como suele ser en Escobar, de pionero de elementos verdaderamente modernos como son las calorías o la dietética, aplicada al humor.

Imaginad a Carpanta ejerciendo de jurado, invitado o concursante en un programa tipo Masterchef. Ahí caben muchas historietas, no una. E incluso alguna podría ser/haber sido larga.

Existe eso de Pesadilla en la Cocina... vemos a Carpanta o, mejor, a Protasio, ejerciendo de restaurador, en algo así. 

No creo que hayáis visto Joc de Cartes, un programa de TV3 bastante desaprovechado sobre un tipo que también presenta el veterano programa de Cuines de la tarde, con más hambre que nada, cara de enfado, frases secas, y que junta a cuatro restauradores, con frecuencia gente que no han visto un tenedor en su vida (ponen el dinero pero no cocinan) y los lleva a comer y puntuar otros restaurantes en plan "automichelin" porque ellos mismos se puntúan entre ellos y se premian... Imaginad a Carpanta invitado a un programa similar para puntuar. 

O a Carpanta en un curso de sommeliers o de alguna e esas estupideces que tanto os gustan porque parece que redimen el alcoholismo. Aún tengo que ver una oferta de trabaja para catar yogures o aceite... que sé que hay catadores pero que son de las clases cataduras, claro.

Pero es que se me ocurrió allá por el 1999 una idea aún más de lo que Escobar consideraba caricatura: Carpanta antiguo diciendo "no puedo comer" porque no tiene comida.... el Carpanta moderno ante grandes cantidades de comida diciendo "no puedo comer" porque las noticias son de gente con hambrunas que huyen de guerras y de la pobreza extrema... Pero me temo que no hay muchos Carpantas, o de gente con ese espíritu escobariano.

Volviendo al tema de la vivienda, un Carpanta de la PAH, afectado por la hipoteca, o afectado por el desahucio por una obra de autopista que se lleva su puente, o por la crisis de los alquileres... Carpanta es más que el tipo que no puede comer. Por supuesto, Escobar lo sabía. Por supuesto, desde la maginoteca lo sabemos. Lo que no tengo tan claro es que eso se sepa desde otros estamentos que optaron por sepultar al personajes.

Un Carpanta afectado por el cambio climático de mil maneras: ¿qué pasa con las avellanas? ¿qué pasa con el caudal del río en el que ya no hay agua para lavarse los pies? Miles de historietas son posibles con chistes y gags.

De igual manera, alguien debería resucitar ipso facto a Freud para que haga interpretaciones de por qué hay tanto interés en "matar al padre" en este país. Suprimir edificios antiguos o arquitecturas de otros tiempos, eliminar de la memoria elementos de épocas pretéritas, suprimir personajes sin darles más oportunidad, para vivir en un olvido eterno y una ignorancia vocacional.

Pese al criterio de críticos, editores, autores y al olvido social, NO ESTÁ TODO DICHO SOBRE Carpanta... entre otros personajes.