Data Estel·lar Uribarrilándica Diumenge 20080525
Intenté prepararme para ver Eurovision. Era lo único que tenía claro que quería hacer un mayo del 2008. Lo demás era secundario. Más aún, era innecesario. Evidentemente, fue casi imposible. Pero es otro tema, que no es de blog.
Directamente, a mí la música no me interesa. Todo lo que sé de música lo ha aprendido del blog escarolitrópico musical. Pero sí que tengo claro es que me apasiona el momento de las votaciones. Antes, cuando existía la civilización en Europa, también me gustaba escuchar diferentes idiomas. Ahora, ya se sabe que hasta los franceses se han vendido al idioma inglés. E incluso, como no hay idiomas en España, al Chikilicuatre le metieron una cuantas frases en inglés. Lo lógico era haberlas dicho en ruso, o en alemán, o en sueco o en serbocroata... si de lo que se trataba era de ganar puntos ante los eurovidentes. Para TVE, quedó claro desde el principio que aceptaba Rodolfo Chikilicuatre pero que tenía que pulirlo. Una semana más y le rapan el flequillo y todo. Es decir, que TVE sabía que "era una broma de Internet" pero, al contrario que Uribarri, NO "aceptaba con buen humor".
Ha habido muchas críticas sobre Uribarri por parte de los chikifans... y no pocas por parte de los eurofans...
Los primeros consideran, como exponente máximo tenemos al escritor Quim Monzó, que Uribarri es un fósil y representa al carcundia eliminable del festival. Recordemos que José Luis Uribarri, es cierto, ya había sido la voz en los certámenes de los años 60 pero que tiene 67 años y que ya estaba liquidado del festival desde hacia años. La razón está clara, aunque nos puedan vender otras: que Uribarri solía acertar y el último año acertó incluso la puntuación exacta de cada Estado hacia cada cantante de otro Estado. Han hecho bandera del "no" de Uribarri en el momento en que Chikilicuatre fue escogido para representar a TVE en Eurovision. Para empezar, vayamos por lo de "todo lo que sale en una pantalla de tele está preparado". Ese "no" podría haber sido perfectamente parte de su papel. Lo siguiente es: "por un perro que maté, mataperros me llamaron"... es decir, que pudo oponerse en un principio por razones de que le gustase un representante más tradicional (que ya veo que significa: "más guaperas aunque no cante nada"... es lo que voy aprendiendo sobre música en los últimos meses)... Otra cosilla es que fuese convencido para aceptar a Chikilicuatre por razones de peso como a)vas a presentar otra vez el certamen, cosa que le hará ilusión, b)hay que dar un revulsivo a Eurovision y c)vas a ganar pasta por un tubo como el que no es de trasvase de agua, porque no es un trasvase, del Ebro a Barcelona, y digo que no es un trasvase.
Los segundos, los eurofans, a los que se ha podido seguir en sus foros y blogs... son duros con el cambio de actitud de Uribarri. Lo tachan de traidor.
Los eurofans dicen algunas cosas que son lógicas. Por ejemplo, se enfadan con el hecho de que TVE no emitiera la semifinal en la que España no votaba... Y lo achacan, acertadamente, a que ahí TVE no pillaba ni un euro por votación. De hecho, TVE ha abusado de concursitos de exprimir el dinero a la gente. Lo ha hecho de la manera más sucia posible. Ya sería repugnante en una cadena privada pero es que, encima estamos hablando de una televisión pública, es decir, pagada por los impuestos de los ciudadanos de este país, con dinero de los Presupuestos públicos. En el programa presentado por Rafaella Carrá en la tarde del sábado eurovivo, había unas letras bajo un número de teléfono. Allí podría haber estado escrito el Quijote entero o un anuncio de jabón... da igual, era ilegible, tanto en tamaño (¿existe la letra tamaño 2?) como por la aparición de un casual temblequeo en esa zona de la pantalla. Si lo que interesa es la música, la cultura, la creación de una identidad europea o el dar un servicio público, hubiera parecido lógico haber emitido esa gala musical para satisfacer a un contingente de público que, vistas las audiencias de La2, no hubiera sido excesivamente mediocre. Incluso se podría haber emitido de madrugada y en diferido... Pero no había interés por parte de TVE. De hecho, tengo la fundada sospecha de que en TVE no hay interés por nada en absoluto. Tal vez María Casado nos pudiera informar sobre esto en algún informativo o en algún 59 Segons (sí, sí...)
Llegada la hora de las votaciones, Uribarri estuvo en su gran papel.
Es cierto que Rafaella Carrà tuvo un arrastre increíble en todas su apariciones. Llamaba a casa de una gente, como imitación, según dijo, de su programa telebasurero de 1993, llamado "Hola, Raffaella", y se poná la mujer: "ay, es que no estaba viendo este canal"... "¿Quién es?", preguntaba el marido... "Es Raffaella".... Y el marido se ponía y le decía: "¿qué tal, Raffaella?" Y hablaban un rato.
Había gente que decía: "no pensaba que hablaría contigo, Raffaella".
Y hubo un concursante, ¿La Casa Azul? de la gala en la que eligieron al Chikilicuatre-por cierto, cutre decorado, cutre escenario, cutre ambientación, pobre, miserable, desgastada y, encima, cara- que dijo que lo que de verdad quería era hablar con Raffaella Carrà, más que llegar a Eurovision.
Y aún hubo algo más en la tertulia final de la madrugada del sábado al domingo, esa tertulia en la que se suelen reunir para llorar colectivamente sobre "por qué no hemos ganado", que es un género muy extendido en los medios de comunicación de por aquí. Allí alguno de los contertulios dijo que, al menos, Salvemos Eurovision había servido para conseguir que Raffaella Carrà volviera a TVE...
Yo desconocía el tirón que tenía Raffaella Carrà... Supongo que tienen estudios de Marketing que avalan que un programa presentado por ella arrastra audiencias. ¿Hasta qué punto la gente vio esos programas por Eurovision, por la música, por ver gente de toda Europa, por el Chikilicuatre... o por Raffaella Carrà?
Pero, dejado ese inciso, para mí la verdadera estrella fue José Luis Uribarri. Si tenemos en cuenta lo desaprovechado que siempre ha estado, lo poco que se ha utilizado su imagen, porque siempre, y en Eurovision 2008, también, no aparecía su faz mientras retransmitría... hay que ver la gran expectación que creó, y cómo conseguía hacer ejercicios de esgrima ante la audiencia, demostrando en general, demostrándonos (a la audiencia) y demostrándose (a sí mismo) que los resultados iban a ser los que él había predicho, y los que iba cantando ANTES de que hablara el representante de cada televisión pública.
En un momento determinado, Uribarri dijo que le habían sorprendido, por una vez, aún me puedo sorprender, porque el voto (de 10 o 12 puntos) no le cuadraba con su pronóstico, que ya había expresado en voz alta (es decir, mojándose continuamente en público)... y entonces rectificaron y dieron los puntos al representante del país que Uribarri había anunciado... Las cosas estaban cantadas, y no paraba de recordárnoslo. Sólo le sorprendió Azerbaidján, país caucásico de la Comunidad de Estados Independientes (por tanto, ex-Estado de la URSS). ¿qué votaría? Para mí, no era raro lo que iba a hacer... pero yo tengo algunos conocimientos geopolíticos y sociológicos-no demasiados porque esto no te lo quieren explicar en la carrera-. Pero fue un tutibeo uribarresco entre 43.
Uribarri arrasó. Lo acertó todo.
Queriendo quedar bien, ya decía que Chikilicatre podría ganar si convencía a cuatro o cinco PECOs (Países del Este y Centro de Europa) y alguno eslavo. De alguna manera, intentaba enfriar, con sopesado cálculo y educación, a los que daban como ganador a Chikilicuatre, con noticias que han aparecido en diarios como El Periódico de Catalunya, citando de presuntamente solventes webs de apuestas que Chikilicuatre estaba entre los 10 o los 5 primeros de Eurovision.. El titular del domingo posterior indicaba un anti-chikismo porque no había sido vencedor. Es lo mismo que cuando la Selección Española de fútbol gana un partido en un Mundial y todos los periodistas y medios de comunicación ya lo ven como ganadora. Supongo que todos saben que es mentira pero jamás sale una opinion que diga que perderán. Porque, sino, el negocio se hunde, la gente cambia de cadena y se desinteresa ante alguien que pueda perder. Aquí no hay deporte ni hay deportividad ni interés por la competición, al menos entre los líderes de opinión y las élites manejacotarros; aquí sólo hay el interés crematístico de ganar o, al menos, arrasar en audiencias ante gente a las que hemos convencido de ganar.
Sin embargo, el chiki-chiki se ha estado oyendo y bailando continuamente por un montón de gente, a los que les daba igual ganar que no.
Uribarri intentó templar los ánimos, calmar... y eso mismo dijo en su breve -lástima- comparecencia posterior ante los morosycristianos liderados por Raffalla Carrà. Allí, Uribarri fue el único que le interesaba y que sabía de qué iba la cosa esa de Eurovision, ante gente que no sabían ni que existía Eurovision, como Adriansens (también, claro, Ramoncín, por teléfono) y gente arribista como una tipa y un tipo que hacían como que sabían mucho, o un Fernandisco que dio un análisis sobre el ganador, Rusia, diciendo que había ganado por su puesta en escena y por todo el cuidado de todo (le fue replicado: ¿hubiera ganado haciendo lo mismo siendo de Eslovenia? Yo digo que, en ese caso, hubiera tenido alguna oportunidad de ganar; lo mismo, hecho por Francia o por Bélgica o por Irlanda hubiera llevado al fracaso).
En esa tertulia fueron incapaces de traer a ningún cantante anterior, de los últimos diez años, o a ningún "eurofan" o a algún "chikifan"... en fin, no habló nadie que le interesaba lo más mínimo ni el Chikilicuatre ni Eurovision ni nada; eran gente que no sabían nada ni les interesaba.
Uribarri, metido en su papel, decía que el sistema de votación de TVE usando myspace (o lo que se inventen de Internet en su momento) iba a ser copiado por otros países... igual que pasó con Operación Triunfo. Uribarri dijo, y todo eso sin denotar opinión personal hacia la música del chiki-chiki, es decir, ejerciendo de periodista-locutor sin más, que los dos años que más impacto le habían causado fueron los de Rosa (la de Eurovision) y el del chiki-chiki. Podría haber dicho que el chiki-chiki no le gustaba, o que se sentía muy alejado, o lo divertida que era la canción o lo que fuera pero lo evitó. Es difícil hacer eso.
Y tuvo tiempo para comentar que sabía las votaciones porque eran muchos años... Y añado: muchos años, de antes de que votara popularmente vía telefónica. Lo añado porque la crítica que se hizo por parte de Íñigo o de Adriansens o de otros que saben mucho es que "la votación tendría que hacerse por parte de profesionales", por parte de gente que sepa y no por cualquiera. No les gustó que ganara Chikilicuatre en la gala de TVE, tras haber ganado en myspace... pero es que tampoco aceptan que gane Rusia en un festival que está definitvamente vinculado a ser ganado por el mejor de de los eslavos o el mejor de los balkánicos, por los países que tienen vecinos. No se plantearon hacer una votación diferente en un sentido democrático sino que optaron por una votación de las élites, por un sufracio censitario, restringido a los que alguien decida que saben. Antes una crisis de unilateralidad, se optó por una Aristocracia y no por una Democracia. Es muy instructivo.
En un sitio dicen que Terry Wogan es el presentador de la galas eurovisivas más reconocido. Algún día sería interesante hacer un concurso de presentadores de Eurovision. Este presentador pedía días atrás la retirada de los occidentales del concurso. Y también comentaba lo previsible de las votaciones. Es la idea que surge también en la cancion del Pavo Dustin, de Irlanda. Por lo tanto, el malestar no existe solo en España. ¿Qué consecuencias tiene eso? ¿Qué consecuencias tiene el hecho de que, cuando todos cantan en euroenglish, Gran Bretaña queda última? ¿Qué consecuencia tiene que Francia, cantando en euroenglish, quede de las últimas, junto a Alemania? ¿No afecta eso negativamente a la audiencia año tras año? Paso a la Unión Europea... si resulta que los países occidentales continentales quieren avanzar en la Unión Política y Social (o, como mínimo, ponerla en marcha) pero los orientales sólo están interesados en el Mercado Libre, ¿cómo se soluciona? ¿Se tienen que salir los occidentales de la Unión Europea?
El tema da mucho de sí porque sus repercusiones van mucho más allá de cuatro cantantes de medio pelo que salen vestidos de patinadoras.
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