20171122

Trotamundo: modas y modos

Data Estel·lar doncsvaja Dimecres 20171122

Dos imágenes de Trotamundo sacadas de la historieta titulada Juegos de Moda en el Zipi Zape Especial Yoyo número 158 de Editorial Bruguera en enero de 1986. Numerito escrito a mano (¿a boli?): 53517. 

Se me ocurrio este mensaje cuando vi la moda de esa especie de peonza que amenazaba adicción y que, durante la primavera y verano e incluso principios de otoño de 2017 se ha podido encontrar en todos lados, desde jugueterías y mercadillos corrientes hasta de los de "hippies y negros" (la sabiduría popular es así) o tiendas de electrónica. A mí me ha sonado tan chino como el juguete Simón.


El caso es que esa moda saltó enseguidita a la prensa de la manera más tonta, como si fuera una cosa de estos tiempos nuevos y vertiginosos del mundo en cambio, en fin, palabrerío que ustedes habrán oído o leído en los años 2000, 1990, 1980, 1970 o 1960, si no antes. 
El yo-yo ha sido uno de esos juguetes cuya moda viene y va. En los años 1980 fue puesto de moda un par de veces, y puede que así lo fuera en 1986, debido al programa UnDosTres de TVE, que era el que marcaba la pauta consumista por entonces. En la viñeta, el niño hace figuras tipo "el perrito", y otras, que, como dice Trotamundo es algo nuevo: "en mis tiempos este juguete era más sencillo. Nos limitábamos a hacerlo subir y bajar". De la diversión a la habilidad competitiva, a los yo-yos que se encendían, a los que se conectan en red vía wi-fi para ir subiendo puntuaciones muy raras hasta llegar a un campeonato mundial o no.

El final de la historieta son viñetas grandes con un dibujo que no cansa, donde el vagabundo ¡le da dinero! al niño. Me interesa porque el escenario es el de un pueblo o una ciudad pequeña. Nótese la carretera local de la última viñeta, con algunos árboles y apenas un camión a lo lejos. Se pueden ver algunos pisos. Nos puede recordar a varias ciudades y a ninguna pero no a una gran ciudad. Podemos poner ejemplos y a mí e sale más bien Vilafranca del Penedès (pare el siglo XXI) o, según cómo algunos aledaños de Sabadell o Terrassa para el último cuarto del siglo XX. Curiosamente, el vehículo que aparece en la segunda viñeta es un taxi amarillo y negro: un taxi de Barcelona. Aunque, de aspecto antiguo, no estamos en Barcelona. 

Algunos dirán: pero los taxis de Barcelona se mueven por toda el Área Metropolitana de Barcelona. Correcto: pero desde el 2010 en su formato de "tantos municipios alejados y más bien pequeños de fuera de Barcelona", si queréis verlo explicado así.

Son curiosidades pero también extrañezas de una época en que los taxis ajenos a Barcelona solían ser blancos o no existir o no ser visibles en el caso de municipios pequeños.

El bocadillo de pensamiento de Chispa es significativo: tras haber tenido una aventurilla un poco molesta, que no hemos escaneado para ver si algún editor se molesta en sacar un integral con esos bonitos colores, Chspa desea que su amo escarmiente "y se deje ya de jueguecitos".

Si tenemos en cuenta el hecho de asistir a una de sus últimas historietas, parece Trotamundo obedeció.

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Desde luego este dibujante era un poco "anacronista": ciudades modernas y coches antiguos...y también puede decirse eso del tratamiento que da Chispa a Trotamundo: de usted. Me gusta esa forma de respeto y educación en una época en que ya se habían perdido los modales y se preparaba a los niños para la sociedad irrespetuosa -no diré anárquica pro respeto al Anarquismo intelectual- que sufrimos hoy en día y que empeorará sin remedio.
ME gusta Trotamundos.
carlos

maginelmago ha dit...

Creo que más bien Chispa habla de "él" y no de "usted". Se suele dirigir al lector para contar sus impresiones u opiniones sobre las actitudes de Trotamundo.
A mí me gusta mucho Trotamundo, tanto en dibujo como en guión. No me molesta tanto ahora ver esas mezclas de tiempos. Precisamente es lo que lo hace apto para cualquier época o país. Un vehículo es un vehículo, una casa es una casa, y eso son escenarios sobre los cuales colocar a los personajes. Además tenemos esa curiosidad de que parece estar ambientado en Barcelona (por el taxi) sin que eso se diga expresamente ni haya ningún dato que lo asevere de manera clara.