A la espera de que todo incluso pueda ir a peor, vale la pena revisar al personaje de Feliciano.
Creado por Vázquez, por fin un personaje de historietas tenía buena suerte frente al pelotón de gente que acababa perseguidos o chasqueados al final de la página.
Nos gustaría mucho ver una historieta entre Don Óptimo y Feliciano. El primero es optimista, y de ese optimismo nace su buena suerte, aunque más bien se puede considerar que tiene buena suerte de la cual surge su optimismo. Su compañero, Don Pésimo, ve el vaso medio vacio, pero es cierto que le pasan cosas negativas, así que tiene sentido que sea pesimista. Escobar había comentado que era difícil hacer esas historietas. Por lo que recordamos, más bien lo decía por el personaje con suerte que por el otro o por la combinación de ambos.
¿Realmente es difícil conseguir guiones para un personaje con buena suerte o simplemente que termine bien sus historietas?
Supongo que no hay demasiadas historietas de Feliciano pero las que hay son agradables: "por fin uno con finales felices y no tristes".
El caso es que la felicidad, según las historietas de Feliciano, consiste en obtener dinero fácil de todos lados, en forma de lámparas mágicas, tesoros encontrados, herencias, etcétera. La felicidad o la suerte nunca va vinculada a se estimado por sus familiares o amigos o pareja. Es una felicidad basada en datos concretos, en cheques, cuentas corrientes, vacaciones de lujo por mar, comilonas, etc. No hay espacio para pasarlo bien con elementos sencillos, puestas de Sol y otras fruslerías.
En 1987, Ediciones B-Grupo Zeta inicia su singladura publicando viejas historietas. Algunos personajes, diríase que sobretodo de Vázquez, como Cebolleta, Anacleto, Las Hermanas Gilda y también Feliciano, obtienen nuevas historietas de un equipo apócrifo que jamás firma ni el dibujo ni la tinta ni el guión. En Editorial Bruguera, al menos aparecían acreditados los guionistas (Casanovas, Cos, Ribera, Serrano, Casanyes, Palé, etc.). Así que el Grupo Zeta aún restringió más los derechos de los autores y los de ser informados de los lectores.
Seguramente que muchos considerarán birriosillas esas historietas pero son simpáticas. El dibujo puede mejorar pero hace gracia ver en acción a Gordito Relleno o al Reporter Tribulete, con nuevas historietas. Es extraño que en Editorial Bruguera no les dieran una vida nueva y más movida a esos personajes, en vez de enterrarlos en historietas apócrifas setenteras. En los años 1980 no intentaron nada nuevo con ellos. ¿Acaso Pepe El Hincha no era cada vez más representativo de los tiempos futboleros?
A veces el dibujo debería ser mejor y los guiones, más redondos.
En el caso que atendemos hoy, tenemos una historieta fallida de Feliciano PORQUE ACABA MAL.
Acaba mal para el personaje pero uno sospecha que acaba mal porque no se sabe cómo terminar las páginas.
Una historieta típica de Feliciano típica tiene poco hilo conductor. Más que gags continuos o encadenados o más que una presentación-nudo-desenlace son como anécdotas una junto a la otra que le suceden al personaje hasta llegar al final. Para Vázquez esto no entraña problemas.
Pero el anónimo dibujante y guionista tuvo problemas, o eso nos parece.
Aunque hubiera sido hecho a propósito, no le pega al suertudo Feliciano tener mala suerte al final, aunque tampoco se nos ocurre que sus historietas acaben mal y que además tenga buena suerte.
No es el único caso.
La historieta de 4 páginas procede del Super Mortadelo número 27 de abril de 1988. Ediciones B-Grupo Zeta. Su título es Feliciano: Un día de suerte.
Tanto el pobre como el genio son personajes que parecen de Vázquez. Es que el genio... podría ser ¿El mago Pirondolo? ¿No os suena su aspecto? Parecen pero siempre es todo como más sencillo, más simplificado. No hay fondos en toda la página 4 más que en p4v1 y p4v10.
El final es muy extraño. Es más un cuento que un chiste.
La explicación de que el problema de las varitas antiguas se llama "varitus ancianus" no aporta nada pero queda muy de cuento. Valdría la pena que hubiera servido para contar algo más en páginas posteriores o para iniciar una aventura con Feliciano. Queda como una duda pero es la típica duda de cuento, de cuando en un cuento te quedas "¿y por qué hacen eso ahora? ¿y qué es una rueca? ¿y por qué le abren la barriga al lobo? ¿y por qué le dejan el molino a un hermano y no a todos?" Dudas sin respuestas. Ya que la vida real no tiene respuestas o son insatisfactorias, al menos la ficción tiene que procurar dar algunas respuestas.
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