Data Estel·lar oncevarasdospuntocero Dimarts 20151006
Ya estamos metidos en otra camisa de once varas. Cosas que me molestan, me inquietan, me hacen pensar o sobre las que he pensado y alguien las ha escrito mejor aunque el resto calle y que a mí no me miren.
Es un artículo de Jordi Martí en xarxaTIC, osea, que parece que va de maestros o docentes en general pero es en general, para todos los funcionarios y personal de Administraciones Públicas y similares. Pienso fusilar el artículo, así que, ustedes mismos: o lo leen en su enlace o lo leen aquí.
Todos tenemos clara la importancia de
dar ejemplo. Como docentes, por ejemplo, las decisiones que tomemos,
nuestra forma de actuar, el vocabulario que empleemos con los alumnos e,
incluso, todo lo que rodea a nuestra persona, hace que lo anterior
impregne parte del aprendizaje de nuestros alumnos. Sí, los alumnos
toman ejemplo de lo que ven. Nosotros sólo somos una pequeña parte de la
gran cantidad de inputs que reciben pero, seguramente, esa pequeña
parte va a formar parte de un “todo” que configurará la personalidad y
las maneras de hacer de los alumnos en un futuro. Si todo el mundo tira
papeles en el suelo, la gente va a seguir tirando papeles. Si hay una
parte importante de la población que defiende el machismo, la sociedad
va a seguir siendo machista. Si hay una visión mayoritaria que el pagar
en negro (o en B) es una práctica extendida, la práctica va a asimilarse
como algo normal. Y al final, la única forma que va a tener la sociedad
para luchar contra lo anterior va a ser la “obligación” impuesta o la
“penalización” de esas conductas asumidas como normales que, por
desgracia no lo son. Penalización que, por desgracia, parece que tenga
más afección sobre unos que sobre otros. Y, al final, esa variabilidad
de la misma hace que tampoco llegue a ser totalmente efectiva.
¿A qué viene lo anterior? Pues viene de
la noticia que un tribunal de la India ha sentenciado “obligar a los
funcionarios públicos de su país a asistir a escuelas públicas” bajo la
justificación de que “en la actualidad, el Estado dispone de un sistema
educativo tridimensional compuesto por escuelas anglófonas, escuelas
privadas y escuelas públicas. La educación pública solo puede mejorar si
se obliga a los funcionarios del Gobierno a enviar a sus hijos a estos
centros escolares” (fuente).
Así pues se obliga a los funcionarios públicos de ese país a usar
servicios públicos con la justificación de la ejemplarización de dicha
decisión.
Ello me lleva a plantearme la
“necesaria” obligación de los funcionarios públicos españoles (entre los
que se encuentran los docentes) de usar los servicios públicos. Por
desgracia, hay muchos servidores públicos que huyen de la educación o
sanidad pública para acudir a entidades que ofrecen los servicios
anteriores bajo el régimen de conciertos. Centros privados que acogen a
una ingente cantidad de funcionarios que, curiosamente, están
impartiendo docencia en una tipología de centros que no quieren para sus
hijos. Sí, la realidad es la que es. Un funcionario que lleva a sus
hijos a un centro educativo privado lo hace porque no cree en la escuela
pública. Algo realmente peligroso por el ejemplo que da. Algo que
debería subsanarse porque, si un servidor público (y en este caso
también incluiría a los políticos que ocupan cargos) no usa los
servicios que, supuestamente, gestiona o trabaja en ellos es que hay
algo que está fallando en el sistema.
Si hablamos de la elección de centro
educativo privado (incluye a los concertados) por parte de algunos
docentes de la pública, donde ya nos preguntamos que hay algo que
chirría en exceso, es cuando vemos que más de un 80% de los funcionarios
huyen de la sanidad pública para optar por un centro sanitario
concertado. Sí, ADESLAS, ASISA, DKV y muchas otras compañías recogen a
la inmensa mayoría de funcionarios en sus mutuas. Algo que, por
desgracia, hace que sea imposible defender un servicio público de
calidad porque, tan responsable es el funcionario público que elige
servicios básicos privados como el político que beneficia a dicho
entramado. Fuente: http://www.elmundo.es
Por tanto que nadie me intente
justificar lo anterior como un ahorro a las arcas del Estado ni que
ningún funcionario, de esos que han elegido servicios privados, me venga
a decir que la decisión de escolarizar a su hijo en un centro educativo
privado lo hace porque no tiene ningún centro público cercano a su
domicilio (hay algunos que tienen uno público al lado de casa y los
llevan a la otra punta de la ciudad por no querer que se mezcle con
determinados compañeros). Tampoco me sirve el tema sanitario porque, de
clínicas privadas no hay en los pueblos y, sólo, algunos médicos a horas
que hacen horas extras en su consulta privada que combinan con su
trabajo en la pública. No, no me sirve lo de la mejor atención. Lo que
quizás lo justifica es que hay mucho infiltrado en los centros públicos
(por hablar de lo que conozco más de cerca). Infiltrados que, con su
ejemplo, hacen mucho daño a los servicios públicos. Unos servicios que
deberían ser de todos y para todos. Unos servicios para mi gusto
excelentes que, podrían mejorar aún mucho más si se obligara a los
funcionarios, una vez aprueban las oposiciones y van a trabajar el resto
de su vida como servidores públicos, y a los políticos que gestionan
los diferentes servicios, a escoger centros públicos para escolarizar a
sus hijos y sanidad pública para ellos y sus retoños. Por cierto, si
después de legislar lo anterior alguien no quiere cumplirlo, se le puede
enseñar la puerta…
Dar ejemplo es siempre más importante
que hablar de ejemplos de terceros porque, ¿alguien se imagina a un
vendedor de un concesionario Mercedes acudiendo a trabajar con un BMW?
De todos modos, un dato: el desinterés de gobernantes por ofrecer ese servicio público de calidad. Años o lustros para atender a pacientes y enfermos. Me ratifico: años. Por si alguien, no ha querido entenderlo o pretende comentar en sentido contrario: años.
Ah, claro: los votantes, que son los mismos que acaban yéndose al sector privado o cuyas demandas jamás son tomadas en cuenta por partidos y responsables neoliberales (de casi todo el arco parlamentario) de Esade y del IESE de partidos políticos que pasan de moverse en el sentido de convertir en eficaz lo que ellos consideran que sólo tiene que ser privatizable (mal llamado "eficiente").
Puedo entrar en cómo el sistema público fue montado por un Franquismo del liberaleconómico Opus Dei plenamente aceptado y aceptable por quienes se consideran demócratas y de otras ideologías, así que no iban a desmontar el sistema de mutuas privadas (MUFACE) para funcionarios públicos de habilitación estatal y no iban a dejar de permitir la entrada en zonas de trabajo público de comerciales y correo comercial de mutuas privadas, mientras se dice que "no quedaba más remedio que hacer recortes porque no llegaba el dinero para educación, sanidad, bomberos, policía, asfalto callejero o transporte colectivo, entre otras".
Sabiendo que nadie tomará nota, hasta el siguiente artículo.
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