Revista para los jóvenes Pulgarcito, 1720, precio: 3.50pts. Fecha: 19640420.
En el Pulgarcito 1720 se publica una de las historietas más extrañas del Doctor Cataplasma, uno de esos personajes de Martz-Schmidt que parecen sacados directamente de historietas de The Katzenjammer Kids alias El Capitán y los Cebollitas y demás, de principios del siglo XX estadounidense.
Aunque va firmado por Schmidt y la viñeta 10 (la del mortero) parece suya, en cambio hay otras, como la cabeza de Panchita en v2 (aunque igual es porque la redacción gibarizó el dibujo al insertar el bocadillo) o las gafas con punto de 7 me hacen dudar.
También es rara la referencia directa a los personajes:
la pierna me tiene negra, dice Panchita. Hace referencia a su color en la frase chistosa. No es habitual en el personaje, que yo sepa.
Y Cataplasma sugiere preparar una cataplasma. De hecho, él mismo acaba convertido en una, y de paso aprendemos de una vez qué cosa es.
Por fin, el médico ejerce la medicina con su criada, cosa no habitual.
Los personajes de Schmidt suelen vivir en casonas más bien victorianas, que casi parecen de madera, como las de tantas películas del Oeste "civilizado", del Mississipi de Tom Sawyer o de Nueva Inglaterra. Encima, el doctor tiene una criada negra y que manda mucho, un poco como la esclava negra de Lo Que El Viento se Llevó.
Su nombre es Panchita. No tiene ningún deje fonético. Diríase, por eso, que más bien podría ser ecuatoguineana. Por el nombre, "Panchita", y por sospechar quiénes podrían haber tenido criados negros, uno piensa en los indianos, los supuestamente aventureros, aunque en muchos casos, con el enchufe familiar desde el lugar de origen, que hicieron grandes negocios y a su regreso montaron grandes casas y barrios enteros casi localidades en sitios como Sitges o Vilanova y la Geltrú, que son los lugares más famosos por ello pero ni mucho menos los únicos. Barcelona tiene un barrio llamado "del Congrés i els Indians" (el Congreso Eucarístico de 1952 que palió muy mínimaente la endémica falta de vivienda, y los indianos que habían montado mansiones en el primero tercio del siglo XX). La costa catalana en lugares como Begur o Torredembarra celebran ferias o mercadillos indianos, Asturias (300000 emigrantes indianos registrados, varios de los cuales también regresarn con palmeras para sus nuevas mansiones) zonas del interior, a veces en algún sitio tipo Huesca, siempre aparece, en el pueblo más pintoresco, casas de estilo antiguo y lujoso pero ajenas a la costumbre del lugar (no crearon escuela, precisamente), una fecha en la fecha alude a los inicios del siglo XX o a algún momento del último tercio del siglo XIX.
Hipótesis: algunos llegaron con sus criados de las Indias. A veces con criados o criadas que los habían criado precisamente desde el nacimiento. Es posible que la criada Panchita de turno ejerciera más de madre o abuela que la burguesa panfilo-diamántica de turno. El padre sería simplemente un energúmeno harto de dinero y de hipocresía, apto únicamente para legar negocios a los hijos.
Si uno lee las biografiás de los descubridores de la zona interios de Venezuela, catalanes que obtuvieron nacionalidad venezolana, efectivamente descubre idas y venidas de Venezuela a Barcelona, de enseres y familiares, de criados y de cartas.
El misterio es que no queda ni rastro de esa gente. En un curso de Historia o de Demografía, se contaba que existía un misterio similar: un cierto porcentaje de etnia negra que habitaba en España en el siglo XVIII-XIX. Su origen no lo recuerdo, así que no me atrevo a decir que se refirieran a esos hipotéticos criados negros de origen de las mansiones y plantaciones cubanas, puertorriqueñas, venezolanas o costarricenses. En Costa Rica, su gran figura política del siglo XX fue don Pepe Figueres, indiano catalán. El misterio es que aparecían en datos estadísticos para luego desvanecerse sin pistas. Dudo que soñara haber asistitdo a tal asignatura.
Existe una versión habitual por la cual Panchita sería un elemento ajeno a la realidad española, y que situaría a Martz-Schmidt en un grupo de autores en el que estarían Ibañez o Raf, más tendentes al humor por sí mismo, que a reflejar la realidad: como ejemplo están los detectives que viven en un mundo de película británica de Sherlock Holmes, con sus bajos fondos y sus exboxeadores fornidos.
http://cronicasyversiones.com/wp-content/uploads/2014/03/mamita-y-escarlata.jpg
Desde mi punto de vista, aunque se adquieren elementos del cine, de personajes cómicos pero también populares (en aceptación y porque son más realistas) como la Mammy o Mami de Lo Que el Viento se Llevó, también es posible que tuviera un origen sociológico, en clave de clase pudiente, la de los indianos y sus mansiones, o la de descendientes de indianos en varios lugares de España.
Recordemos que hay una tradición de prestigiosos médicos establecidos en Barcelona, que montaron consultas o clínicas y que fundaron sagas familiares de medicina, que habían hecho sus carreras originalmente en países iberoamericanos para luego trasladarse al Mediterráneo. Por tanto, no está tan lejos del caso del Doctor Cataplasma.
Habría que conocer las vivencias o historias escuchadas por Martz-Schmidt, quien se codeaba con miembros de la gauche divine, usease ricos de quemar billetes lilas y no decir basta pero con coartada progre. Igualmente valdría la pena conocer las vivencias iniciales en Cartagena, puerto militar, así que repleto de casas con criados en familias de militares de alta graduación o de aspirantes con ínfulas arribistas. Esos entornos pudieron generar vivencias o conversaciones sobre esos temas.
Puede ser que, de ser un acontecimiento sociólogico e histórico, también fuera antiguo, de años o décadas atrás, como tantas cosas que los dibujantes y ninotaires utilizan para sus historietas.
De nuevo colocamos la más oscura versión que aparece con el escaner por si alguien prefiere limpiarla desde el principio, así como otra versión menos aclarada que la que hemos puesto arriba del todo:
Sugiero que el Doctor Cataplasma está basado en hechos sociológicos e históricos: la existencia de criados negros traídos de América por indianos o americanus.
Y si os digo que no es la única historieta excénctrica de un personaje de Schmidt en dicha revista, ¿eh?
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