20100620

Ultimate empieza: sin superhéroes

Data Estel·lar unanolaúltima Diumenge 20100620


Tengo que decir que los útimos tiempos me han visto, en cuanto a lectura tebeística, enmedio de mis TBOs. Y que voy lento. Hacía muchos años que no los leía. Voy lento... me lo parecía, y lo compruebo porque, en unos dos días me he leído los 7 números de The Ultimates, publicados por Forum a lo largo del bienio 2003-2004.

La verdad es que la lectura es más fácil. Aunque parezca otra cosa, suceden más cosas en una página central doble de una historeta de F.Tur que en The Ultimates. La diferencia, la de siempre: la insuperable cantidad de dinero en promoción que conlleva algo estadounidense. Creo que este párrafo ya expresa todo lo que comprometí a no decir ni comparar antes de comenzar este texto.

No digo que estén mal. Los fui comprando. Los leí. Los iba releyendo, como suelo hacer, conforme iban saliendo los siguientes números... y los habré releído en alguna otra ocasión. La última hasta ahora, ahora (interesante frase para analizarla sintácticamente).

Las primeras veces notaba más que en esta ocasión el discurso de ética negativa, al que igual denomino anti-ético.Pero que no lo quiero llamar así, porque la Ética es el comportamiento, y existe en cualquier caso. La Etología sigue existiendo, y la Ética, ídem. Otra cosa son los valores. Pero, como no sé cómo expresarlo, igual lo llamo "anti-ético", en el sentido de la ética positiva.

Y comienzo por ahí. 

Si los héroes griegos eran héroes no lo eran tanto por sus poderes ni por su comportamiento, sino, básicamente, por tener un progenitor divino y otro humano. Al respecto, léase aquel cross-over del guionista Homero, llamado Ilíada


Pero, con los siglos, y creo que podemos irnos ya a los cantares de gesta medievales y a las novelas o historietas del ciclo artúrico (del Rey Arturo), osea, historias sobre caballeros andantes, tenemos que los héroes, por supuesto ya no necesariamente descienden de los dioses, aunque pueden derivar de Eneas o de algún personaje mitológico, o pueden estar ungidos por alguna cuestión sagrada, ahora de signo cristiano, claro, pero, sobretodo, son héroes por sus valores. Son mejores que los demás. Por supuesto, se puede hacer una valoración sociológica, triste pero clara, y que llega hasta los tebeos de superhéroes casi actuales: los héroes son de la Nobleza, por tanto, son Nobles, y lo Noble es bueno. Los malos serán llamados Villanos, osea habitantes de la Villa, osea, de los estamentos no privilegiados. No contentos con mantenerlos como siervos, como esclavos, utilizan su nomenclatura para insultar a los malvados. Y, de ahí, me temo la nomenclatura del siglo XX: superhéroes y supervillanos. 

Osea, que algo cunero, de cuna, de origen de ADN, genético, familiar, y social, tienen o tenían aquellos héroes... pero que se les transmitía tambié en sus valores. Desfacer entuertos, ayudar a los desvalidos y a las damas en peligro, etcétera. En los tebeos, tenemos el caso del Príncipe Valiente. En un momento determinado, el texto de Hal Foster, mientras Val camina disfrazado nos da a entender que es hijo de un rey, porque eso se traslada incluso a su manera de caminar y de ir erguido, aunque, recordemos, que siempre ha vivido en el exilio, en una zona pantanosa (podríamos decir, que en un barrio marginal sin asistenta social). No quiero ser exhaustivo ni nada de eso (exhaustivo significa que lo pones todo y no te dejas nada, y no es mi propósito, porque igualmente siempre me acabo olvidando elementos importantes). Añadiré, sin embargo, que también es ciero que esto puede que se origine en el rollo de las tragedias griegas (Sófocles, no el personaje de Martz Schmidt), con personajes que no pueden eludir un destino que les viene del momento del nacimiento, con una profecía y un oráculo. 

Si comparamos la Ilíada con las historias de caballeros andantes, vemos que en la primera no hay buenos ni malos en bloque, y generalmente tampoco de forma individual. Todos tienen sus momentos positivos y negativos. Todos tienen sus justificaciones plausibles y sus excusas vergonzantes para hacer lo que hacen. No me parece nada fácil hacer la Ilíada, precisamente por eso. Hacen gestas y salvadajas. O igual es la versión que yo tengo. Los acaba mostrando como seres humanos. 

Tal vez por imitación del Nuevo Testamento, los héroes posteriores han de trascender y ser superiores en valores a los demás, aunque a veces la mezcla de valores cristianos y paganos, de cultura judeo-cristiana, de los 10 Mandamientos y del Onceavo, de sacrificio de los mártires, y de mantenimento de los orígenes dominantes hasta entonces, de los romanos y de los pueblos germánicos, sobretodo de éstos que intentan conjugar como valor la lucha y aupar elementos cristianos, y sin que hayan desaparecido el sustrato pagano celta, la mezcla de todo esto crea cosas contradictorias. Se valora mucho a gente que mata y que no ama a su enemigo, y que toma el nombre de Dios en vano continuamente, etcétera. En la historieta, el caso más claro sería el del Guerrero del Antifaz, de M.Gago, quien, además, es un caballero fuera de su tiempo, comenzando por su vestimenta, que es otro aspecto que convierte a este personaje en tan interesante; lástima que su recuperación actual y su edición crítica sea imposible)

Por lo tanto, tenemos unos héroes que son protagonistas de su destino y que representan los valores dominantes para ser seguidos por los demás. Son como historietas de líderazgo empresarial (que son los libros de auto-ayuda para los que hacen cursos de formación de jefecillos de empresas).

El mundo burgués, a partir del siglo XVIII, y sobretodo del XIX, coloca a a esos héroes en entornos cotidianos para ellos. De ser nobles pueden pasar a ser burgueses, empresarios, emprendedores. ¿El Conde de Montecristo sería uno de esos héroes? Hum... Deja que lo ponga entre paréntesis. Más bien pienso en personajes de Jules Verne, que tienen grandes ideas, que las intentan llevar a cabo, que tienen unos planteamientos claros, que pagan bien, que son educados, no desdeñan el sentido del humor, etcétera, y mantienen esos valores cristianos que ya tienen bastantes siglos de existencia escrita. De la Tierra a la Luna sería un buen ejemplo. Y ya sé que no está bien visto citar ni comentar a Jules Verne, pero es uno de los pocos autores que realmente me parecen interesantes. O Historia de Dos Ciudades, de Charles Dickens. Para nombrar a Dickens sí que dan certificados por la tontería aquella de la Era Victoriana, que parece como lo más importante del mundo, cuando más interesante es todo el siglo XIX español, con sus guerras carlistas, su política internacional "de prestigio", su Unión Monetaria Latina, sus pronunciamientos, su República y su Federalismo y el ascenso de las capas burguesas para fusionarse con las aristocráticas mientras se abandonaba a su (infecta) suerte a los campesinos, y los anarquistas dirigidos por curas. Es otra vez el dinero y la promoción lo que valen para que algo esté bien considerado.


El Rojo y El Negro contra El Conde de Montecristo. La novela de Stendhal es la de un héroe ajeno a los roles de poder, pero a los que se pega como una lapa en cuanto ve las posibilidades que se le ofrecen ante él. El tío se pega la vida padre a base de mentir. Curiosamente, cuando decide dejar de fingir, [AVISO DE DESTRIPE], lo detienen [/AVISO DE DESTRIPE]. El folletón de Dumas (y no es que lo otro sea el texto del EPG de la TDT. Menudo rollo. No sé de dónde me he sacado, y no localizo la referencia, de que esto tiene que ver con la época de Carlos X (el dictadorzuelo que quería volver al Absolutismo) y con Luis Felipe de Orleans... y con que uno de los dos, diría que el segundo, era denominado el rey banquero... En cualquier caso, la idea es que el héroe utiliza los valores en alza (ejem), que son lo de la burguesía mercantil, para conseguir la venganza. Sin embargo, la venganza y lo que conlleva, son valores negativos en su cultura, aunque se pueda realizar cotidianamente. El propio personaje es consciente de ello e intenta redimirse. Gran valor, que luego, asumirán los personajes de Stan Lee: la formación. Por lo visto, en la novela se utilizan concepto del Derecho Mercantil capitalista. Se lucha contra los villanos, que serían gente de alto rango, nobles, alta burguesía, y todo por un advenedizo. La sociedad liberal permite el cambio y el ascenso social. Al meno, en esos momentos incipientes (el mercado naciente que aún no está maduro). El héroe puede tener características físicas, intelectuales o de origen social o familiar para serlo... pero tiene que curtirse con formación. Y, ojo, eso es importante, tiene que tener claros los valores éticos que defiende y que promueve. En este caso, el propio protagonista sabe que lo que hace no está bien.


En el caso de los personajes posteriores, nos encontramos con gente de todo tipo que luchan por unos valores asumidos en unas coordenadas sociales claras. Se sabe quiénes son los malos y los buenos, y por qué lo son. La justificación puede ser tan tonta como "son comunistas" (véanse tantas películas, series y tebeos). Pero esa palabra ya incluye el hecho de que son malos, lo cual se adereza con un "quieren conquistar el mundo", "quieren controlar a la humanidad", etcétera. 

Conforme avanza el tiempo, los parámetros son más claros. No sólo hay que luchar contra los malos, sino que hay que dejar claro que es el Estado de Derecho el que se hace cargo de los mismos. Ya pasa con el Conde de Montecristo, donde la ley es tan importante como la espada. 

En los tebeos de superhéroes, y me basaré en Stan Lee, osea de los años 60 en adelante, tenemos que los buenos lo son porque lo son. Entre ellos, salen los superhéroes. 

¿Qué es un superhéroe? Mi definición es que es un héroe con superpoderes. Pero, y ahora, rajad el párrafo anterior, también sus valores son superiores, son supervalores. Y ahí tenemos a Superman, no sé si en la formulación original pero sí en la posterior. Es alguien que utiliza sus poderes para el Bien, el cual es definido de la forma que sea, pero que jamás matará a nadie o jamás utilizará sus superpoderes para alterar las coordenadas sociales y de poder político y económico que convierten una sociedad, un país o el planeta en lo que es. Esto ha sido criticado desde la izquierda del mayo del 68. Pero tiene una buena justificación que hemos visto en los tebeos: si convertimos a Superman o a Iron Man o a Norman Osborn en un Leviathan (véase Hobbes), ¿quién controla al Leviatán? ¿qué contrapoderes evitan que vuelva a un sistema absolutista o dictatorial, que obligue, pensando que lo hace bien, a la gente a actuar de una determinada manera? La opinión contraria es que mucha gente tiene problemas que podrían ser perfectamente solucionados con esos superpoderes. De forma práctica, si el gran superhéroe lo soluciona todo, se acaban las colecciones y el negocio. Y, además, es más irreal que las propias aventuras, porque fuera de las páginas, todo sigue como sigue. Y recuerdo haber visto a Superman ayudando contra el hambre en Etiopía o algo así, seguramente en alguna de aquellas ultravaloradas páginas de John Byrne (a veces pienso que es por el formato o la traducción o algo de la edición de Planeta deAgostini).

En el caso de los supervillanos, también son individuos con valores negativos bien formados, y con una gran formación. La diferencia son sus valores.

De hecho, Mister Fantástico, en la versión de Stan Lee y Jack Kirby, no es un superhéroe porque se estire como un chicle ni porque sea muy listo, capaz de realizar todo tipo de inventos tecnologicos y de planes. Es un superhéroe por sus valores éticos. Por supuesto, no cobra por eso. De hecho, Spiderman (The Amazing Spider-Man, 2, mayo 1963, guión: Stan Lee, dibujo: Steve Ditko; imagen del Biblioteca Marvel Excelsior: Spiderman, 1. Forum. 2003), intenta ser miembro de Los 4 Fantásticos. En p4v6, pide un sueldo. Y en p4v7 se le acaba la entrevista de trabajo: Sue Storm le dice: "no hacemos esto por dinero". Es una antigua costumbre que eso de cobrar está mal visto. En vistas de eso, los distintos gobiernos españoles y los distintos empresarios y ETTs intentan que no nos corrompamos y, con la inestimable ayuda de la Comisión Europea, del Fondo Monetario Internacional y de un Banco de España que se extralimita en sus funciones (por no decir, que se salta su ley a la torera), hacen esas reformas laborales para que la gente cobre menos. Recordará, así, como quien no quiere la cosa, que una ETT puede cobrar 3000€ al mes para pagar 900€ o menos al trabajador; así ha sido, por lo menos, a lo largo de estos años en los que los sueldos de los trabajadores han amenazado con hundir la siempre sólida economía española. Así, pues, los empresarios deciden sacrificarse, y corromperse ellos para tener a una mayoría limpia y honrada. Gracias. Esa costumbre de no tocar dinero también la recordamos de las tierras de manos muertas y de la desamortización (otra cosa que tampoco sirvió más que para crear unas nuevas bandas de ladrones; ah, la de cosas que hay que aprender del siglo XIX).

Estoy ojeando mis Supermanes pero no encuentro esa imagen... igual la he imaginado... En el número 16, del 2006, Planeta DeAgostini me hizo pagar por páginas borrosas. Y luego se extrañan de que la gente se descargue cosas de Internet.

Y eso lo acaba aprendiendo Spiderman. Interpretado que, incluso cobrar por salvar al mundo, está mal visto, el concepto del Superhéroe está muy alto. No es fácil, ni tiene sentido que lo sea. Has tenido que sufrir un accidente radioactivo o haber nacido con un problema genético, y no haber fallecido, que ese problema te haya dado grandes poderes, los cuales, como todos deberíamos saber, y he intentado repetir aquí con más palabras, conllevan grandes responsabilidades. No es una opción tener grandes poderes y no utilizarlos. Eso te puede pasar factura (primera aventura de Spiderman y muerte del Tío Ben). Y usarlos cobrando, o a sueldo, te convierte en un soldado mercenario, sobre cuyo poder ya avisaba Nicolo Macchiavelo en el siglo XV o por ahí. En ese caso, incluso pensando actuar con valores positivos no se sabe a que poderes se obedece. Y luego ya está el caso, no del error, sino de la voluntad de utilizar ese poder con finalidades egoístas y personales.

Evidentemente, la constatación es que en la realidad suelen ganar los malos. He ahí a Franco o o he ahí a Pinochet o he ahí a Bush (y el chapapote que ha creado en el Golfo de México, George Bush II, el tipo que crea desastres hasta años después de desaparecer de la escena política). O he ahí al Lex Luthor italiano. Y que esos malos utilizan las artimañas legales; como los que destrozan el Amazonas, o especulan con barrios enteros valencianos, o mil otros casos en mil otros lugares. Y volvemos al caso de Montecristo, en el cual se utilizan las argucias legales tanto como las armas. O el tremebundo pre-final, ay en el siglo XXI,  del Pafman Redevuelve, de Joaquín Cera, que tendría que ser de lectura obligada hasta aborrecerlo.


Es como si basarse en el Estado de Derecho fuera insuficiente. Es un peligro. Se traspasa la barrera. Aún recuerdo una página de Los Nuevos Vengadores (West Coast Avengers), de finales de los años 80, donde se debatía el poder matar porque el mundo no era como antes. 

Y se hace la referencia, desde entonces, más o menos, a que el mundo era antes más inocente, más tranquilo o más no sé qué. Curiosamente, gente que parecen capaces, como Julián M. Clemente, en sus textos para The Ultimates, caen en esa trampa, y se olvidan de que en 1962, justo durante el período de gestación de los superhéroes en la versión actual (finaliza el período 59-63, en DC, con la reactivación de sus superhéroes, y en Marvel se montan su Universo de héroes falibles), precisamente hubo una Crisis Nuclear en la cual el planeta estuvo a punto de ser vaporizado. Curiosamente, una amenaza similar a la que se comenta en The Ultimates Volumen 2, número 3,  o en la versión original, número 11 (noviembre 2003). ¿Cuál es la diferencia? De nuevo, el marketing. Si una amenaza afecta al planeta pero parece que los Estados Unidos quedan al margen, no importa. Si amenaza a los Estados Unidos, como fue el 20010911, que sólo fue un par de atentados de nada, por comparar con la India o con lo que hace Israel con los palestinos, o Darfur, u otros cientos de conflictos, que además son cotidianos, entonces hay que mobilizarse y sobretodo mobilizar a todo el mundo, osea, al todo el planeta. Y Bush lo consiguió. Si el guión de Mark Millar no estuviera supeditado a las directrices imperiales y de seguridad estadounidenses, amparadas y marcadas por la ultraderecha desde el triste Pat Buchanan a inicios de los años 90, nos hubiera mostrado como un chitauri a Bush II, y su apuesta por convertirse en emperador global y montarse el mayor déficit público de la Historia, pero con la aquiescencia de unos mercados que no lo pusieron contra las cuerdas. Al fin y al cabo, nada más sano para la economía de los chantajistas planetarios que los negocios de balas y sangre, opacos y oscuros, donde nadie sabe cuánto se gasta ni cuánto se lo queda quién por el camino. Otra cosa es cuando los mismos mercados que ampararon el déficit público monstruoso de Bush comenzaron a cuestionar el de Obama, a su vez, debido al anterior, y que quería invertir en cuestiones sociales. Con España les fue más fácil, y amenazaron la estabilidad europea porque no gastaban en lo que tenían que gastar, que son más armas y menos tiritas, más cañones y menos pizarras, menos cuidadores de ancianos y más mercenarios (la privatización de la guerra es un hecho, desde Bush, y ha aumentado en el Cuerno de África para luchar contra los presuntos piratas somalíes).

Y es en ese contexto en el que nos encontramos a unos llamados "post-humanos" (en DC son aún peores, porque les llaman "meta-humanos"; no se han mirado lo que significa el prefijo "meta"). Se le llama superhéroes. Se dice que se está creando un grupo de superhéroes. Pueden tener superpoderes pero dista un universo a que sean superhéroes. Están más cerca de los supervillanos que de los superhéroes. Más cerca de los mercenarios que de los cuidadores. Son más cañones que pizarras. Y prefieren las armas a las tiritas, y por eso mueren centenares de personas en sus primeras intervenciones. 

Para empezar, son contratados por una oscura organización militar. Para continuar, aceptan de buen grado cobrar, se supone que mucho. Para continuar, se les fabrican pasados y se les falsean datos. Se les convierte en marionetas de una gente de Relaciones Públicas, que son tal malvadas y tan anti-heroicas como lo demás. Ahí tenemos a Betty Ross, una tipa realmente peligrosa, ejerciendo ese papel de Relaciones Públicas. No creen en nada. No tienen valores. Ética negativa o antiética. El Capitán América golpea, y mataría, al vencido; Furia y Ross engañan a la opinión pública y al propio grupo Ultimate oficial (porque tienen otro, que es el de verdad). No es sólo que tengan alguna flaqueza, como el alcoholismo de Tony Stark, sino que son gentuza supermegabienpagada a sueldo de las cloacas del Estado, y con licencia para masacrar. Evidentemente, eso no es Marvel, eso no es la propuesta de Stan Lee, y ésos no son superhéroes. 

De hecho, la supuesta amenaza chitauri no es tan negativa. Ellos mismos dicen que permiteron excecntricidades a los nazis, con los que colaboraron. Y las mismas son los campos de exterminio. Porque los extraterrestres, mal explicado, quieren controlar a los humanos ¿para tener unos cuerpos en el universo tridimensional, dado que ellos proceden de un entorno con otros parámetros físicos, de otras dimensiones? Quieren controlar a los humanos PERO no matarlos por matarlos (aunque se deja la puerta abierta a que se los coman, pero tampoco queda claro)). The Ultimates, 12, p10 contando el resumen (noviembre de 2003, guión: Mark Millar, dibujo. Bryan Hitch) lo deja claro: "todo sin efectuar un solo disparo. Mucho más sensato que el camino emprendido en 1945".

Al final, son bastante más civilizados los extraterrestres invasores que los superhéroes terrestres.

Podemos pensar que los superhéroes modernos han de actuar así. De mala manera, de malos modos, con artimañas, porque el mundo es tan complejo. Matando, mintiendo, sacrificando a sus compañeros sin problemas... ¿Es necesario? ¿Qué actitud adopta el guionista? Mark Millar disfruta dándole a unos lectores que no deben de tener más problema en sus vidas que el ansia de brutalidad, masacres de gente que están en un edificio de oficinas. No se nos dice, no se nos muestra que son extraterrestres; ni, aunque lo fueran, no los vemos realizando actos malvados, ni planeando grandes catástrofes. El guionista decide que es chulo matar civiles. Y lo hace. Y luego nos dice que, bueno, es que eran extraterrestres. Caramba. Y no se han equivocado de edificio, o no se nos dice en ese momento, cosa que, al releerlo, nunca suelo descartar. 

En los siete números (13 números estadounidenses) me cuesta localizar a una buena persona. Fuera o dentro del panorama superheroico. Los soldados se ríen de que Hulk quiera comerse a Ojo de Halcón, el cual insulta a La Viuda Negra cuando esta llama por móvil para pedir ayuda, la cual se enfada porque dice que Thor es un loco. Bueno, es cierto, a Thor no le veo nada malo, si exceptuamos que no hay peor en el mundo estadounidense que el hecho de que te digan "peligroso pacifista" o "activista antiglobalización" y te pongan unas hogueras en el campo y la mano con una botella de alcohol (en cambio, queda bien el que bebe Tony Stark). Por lo tanto, la amplía mayoría de personajes no son superhéroes, porque no pueden serlo.No tienen valores positivos ni la Hank Pym ni Janet. Todo aquello de resolver las disputas por medios no violentos desaparece. La violencia física o de lenguaje existe continuamente, entre los miembros, y contra el resto de la sociedad, con una especie de satisfacción por actuar de esa manera.
El final es el de siempre: son los buenos porque se nos ha dicho. Un mínimo análisis nos hace ver que no lo son. Pero es que el guionista no quiere que nadie sea bueno, ni por casualidad. Digo "ser bueno" en el sentido de que sus valores sean superores. Si los valores a seguir por la sociedad son el engaño, l traición, la opacidad, los bajos sentimientos, la puñalada trapera, el malgastar miles de millones en una isla artificial, entonces sí que estamos ante superhéroes. 

Pero es que no parecen mejores la gente de a pie. 

Podemos pensar que se trata de una aproximación realista. Pero, claro, no es habitual que alguien le pegue una patada a otro porque lo adelante en un semáforo. El mundo generado por Mark Millar generaliza ese tipo de actitudes de psicópatas y sociópatas. No es más realista. Es más bestia. ¿Cómo es que no se ha planteado en esos 13 números -ya seguiré, si puedo, con los demás- sacar a un superhéroes de una ONG, al que le veamos hacer de médico sin fronteras? ¿Sólo es posible ser un superhéroe en el siglo XXI, en realidad, también en el XX, si se está vinculado al presupuesto militar de una superpotencia? ¿Sólo los psicópatas tienen sitio en la lucha contra las amenazas?  ¿En qué se basan para decir que el mundo es ahora más complejo? ¿No ha habido descolonizaciones, hambrunas, guerrillas, luchas por el control de los diamantes, enfermedades epidémicas toleradas desde las empresas farmacéuticas, guerras y conflictos de todo tipo y con varios bandos...? ¿Qué le pasa al público que quiere superhéroes oscuros, hasta el punto que no lo son?


No he hablado del dibujo en esta ocasión. Creo que ya lo comenté anteriormente.

Pero no quiero acabar sin mostrar lo que m parece un error de guión, que me parece relevante, teniendo en cuenta las justificaciones de los artículos sobre lo que tardaban en realizar esas páginas: la alta calidad del guión y del dibujo. Y añadían que fusilaban y plagiaban escenas enteras de pelis de moda, y que eso era lo mejor que se podía hacer en la historieta. Osea, que el grado superior de la Historieta es hacer como en los años 60 o 70, cuando no existía el vídeo ni el DVD: repetir lo que pongan en el cine. El comic que siga siendo el cine pobre. Patético argumento. Y es cierto que apenas hay líneas cinéticas, si no es para las ráfagas de balas, como en el cine. No se nos dice que Bryan Hitch dibuja bien o tal o cual, sino que está planteado como una pelicula, y se dicen perlas como que en en la escena del Everes es donde el guionista imaginó la aparición de los títulos de crédito... que igual lo dijo, pero que resulta una degradación suma de un medio como la historieta el hecho de tener como aspiración el ser una sombra del cine y no algo con presencia propia. Es que vienen a decir los articulista que The Ultimates son buenos porque parecen una película, y porque su manera de narrar es como la de una película, y porque las frases son como las de las películas. Hasta se dice que las splash-pages o portadillas o las páginas dobles parecen de una pantalla de cine, cuando estamos hartos de verlas en miles de tebeos. Y no porque tengan una aproximación distinta al Universo Marvel. Eso queda como algo secundario, porque la idea que tiene que calar es que una película de superhéroes de Marvel TIENE que ser absolutamente distinta a cualquier aventura, revista, miniserie o historieta buena, aceptable, perfecta o mediocre vista y publicada desde 1962 hasta la fecha actual que sea. Es un martilleo -con Mjolnir- hasta atontar las mentes de la gente. Y que repitan el karma de "oh, qué pelicula que adapta tan bien a los superhéroes porque no se les parecen en nada, pero mantienen el espíritu, y los actualizan y los hacen más cotidianos". Por si quedaba alguien que mantuviera alguna opinión independiente. 

Pues después de todo ese mjolnireo o martilleo, y diciéndonos las excelencias de guión, guionista  dibujante, uno no tienen que encontrar ni una sola equivocación, o ni una sola cosa sin explicar. Aparecen los señores Kent, Lane y Olsen, el Daily Planet y el Daily Bugle, e incluso una especie de señal de alarma o algo así con el símbolo de Shazam o algo muy parecido... guiños que superan al Universo Marvel, como diciendo que se le queda pequeño... guiños, sin embargo, que son insuficientes para tapar lo siguiente. Aunque me queda la esperanza de que lo expliquen en los siguientes números, claro. Vease: The Ultimates,  2 de 3. Forum, p33v3 (contando la tapa y la guarda) o The Ultimates vol.1 nº4, con fecha junio 2002 (cumple años por ahora, felicidades): episodio Trueno, p8v3 (contando la página del título con la portadilla). Y luego, The Ultimates Volumen 2 número 2, abril 2004. Forum, p25v5 (contando tapa y guarda) o The Ultimates vol.1 nº9, con fecha abril 2003,  p23v5 (contando página de resumen con portadilla). En ambos casos, guión: Mark Millar; lápiz: Bryan Hitch, tinta: Andrew Currie (¿casualidad la existencia de un personaje con su apellido?) y Paul Neary, y color Paul Mounts. Traducción: Santiago García. Diálogos adicionales, tanto de esta imagen como la de Spiderman: maginelmago de la maginoteca.

Asimismo, habría mucho que decir sobre unos resúmenes que se inventan y añaden datos que no han aparecido en las páginas de historieta:




Sobre la edición de Forum (Planeta deAgostini) y posteiores ediciones (Panini), tengo que decir que no conseguieron su objetivo de aclarar las numeraciones y las cronologías. Si con 3 numeros, al cuarto ya renumeran, y le ponen lo del siempre liante "volumen 2", y luego se sacan tomos que nunca queda claro lo que contienen, resulta que es mil veces más claro, cogerse los doscientos números de una colección habitual, con su biblioteca marvel y te pierdes menos, porque, al menos queda bien claro el orden. Eso de la cronología y los números y el no liar a la gente con las miniseries lo tuvo bien claro Cels Piñol, que siempre ponía su Timeline (orden de acontecimientos) en las miniseries de Fanhunter. Si no hay garantía de numeración continua porque se cancelan las colecciones, por crieterios de marketing editorial, al menos que el comprador sepa qué hay dentro de cada tomo y si va antes o después, sin tener que mirarse todos los catálogos en papel y en línea, y todos los blogs, foros y listas de correo para hacerse una idea.