Seguramente tendría que estar haciendo otras cosas más productivas para mí pero me acabé de leer la revista Dolmen Europa#3, de Dolmen Editorial. Fecha: segunda mitad del 2009. 9.95€ ¿Alguien recuerda que se recomendaba hablar de "9 euros y 95 cents/céntimos" y no de "nueve con/coma noventaycinco"? Pues lo dijeron cuando impusieron el euro... no he escrito "implantaron" sino "impusieron" porque a mí nunca me preguntaron si lo quería, si sólo quería la moneda única y las políticas monetarias -políticas de oferta, de las que le gustan a la derecha, a los neoliberales, a los que tienen pasta larga- o si prefería la unión de las políticas económicas de demanda, para igualarnos al salario mínimo razonable y que permite vivir que tienen al Norte de los Pirineos.
La revista Dolmen Europa surgió, más o menos, porque la Dolmen habitual se dedica a los cuatro superhéroes de siempre y a los tres dibujantes yankis habituales. Eso copa toda la revista. Sospecho que DC y Marvel deben de enviar dossieres de prensa, como otras empresas, también del mundo editorial, hacen con la prensa generalista, y con eso, igual que en las librerías una editorial compra metros de escaparate para promocionar el que tiene que ser su best-seller de la temporada, relegando a los competidores a estantes perdidos o incluso imposibilitando su acceso a la librería, lo mismo sucede en las revistas especializadas en comic, con un sobre-exceso de superhéroes en sus informaciones... seguramente muy estimado por los lectores habituales de superhéroes... aunque no me extrañaría que sustituyeran la lectura de los tebeos por los textos sobre los mismos (es lo que intuyo de varios comentarios internáuticos de los últimos diez años).
En algún sitio leí que "el que vale, vale, y el que no, al europeo". Salió una vez en alguna revista de finales de los años 1990 del siglo XX... Imagino que era una especie de broma privada de la etapa en que Forum existía y, como filial del Grupo Planeta, éste publicaba bien tebeos de superhéroes de Marvel. Ah, qué tiempos, cuando la traducción del nombre de un personaje no cambiaba a lo largo de una revista, tomo o volumen. Cuando había artículos y cartas respondidas por correeros y editores. Entonces, en un momento que quiero creer álgido probaron, como tantas editoriales antes y después, a publicar cosas europeas que solían durar un suspiro. Se suponía que el tebeo europeo estaba por detrás en ventas, pero no en calidad, pero sí en promoción, y en selección de títulos (que no todo va a ser culpa de los lectores ni de los superhéroes, que si vendes cosas invendibles, pues te las acabas comiendo).
Recurrentemente, se insiste en el tema europeo, circunscrito apenas a tebeos del Territorio Francófono Europeo (la parte francesa y valona) y a cosas italianas. Lo demás no es Europa para los editores.
Entonces ponen a la venta una revista para que los reportajes sobre lo europeo no quede perdido en las tiendas, no quede perdido en el Dolmen habitual y no quede perdido para unas editoriales que estaban agotando sus caladeros de superhéroes de varias editoriales, de slicesoflifes, de mangas, de series populares italianas... y que ya no sabrán ni qué ofrecer, porque incluso se atreven a publicar tebeos de risa españoles de éxito y que siempre han despreciado las editoriales, los autores de otras cosas, los críticos... pero no el público.
Y el papel de Dolmen Europa está ahí: en dar a conocer lo que ya existe, con reportajes que a la vez son artículos de opinión subjetiva de fans, a lectores que conocen de qué va tal serie, a los que sólo les suena o a los que quieren pasar a otras cosas, porque no todo va a ser un artista neoyorquino que te explica el grave problema de que si corta las uñas no se las puede comer.
La revista se hace sobre un papel que no sé definir. Es una especie, no de taplástico sino de un papel peor, como cartónplástico. Mi sugerencia es que pongan papel subrayable apto para rotus Pilots, porque este papel resbala mucho. Seguramente que un papel más normal reduciría el precio de esos estúpidos 10 euracos a unos razonables 4-6 euros.
Tengamos en cuenta un competidor brutal de Dolmen Europa: los foros y blogs de Internet, mega-activos algunos y ultra-documentados otros. Cualquier cosa que se diga en Dolmen Europa la puedes encontrar a coste de teléfono+electricidad por Internet. Si a los 10 euros que cuesta esta revista le sumas el coste de transporte (lo que valga un billete de metro o autobús), dado que las librerías están alejadas de muchos sitios. A mí me salen a unos 30 minutos largos de cada una, y no estoy mal comunicado. Añádale el coste de tiempo y de almacenaje, que suelen ser costes ocultos... hablamos de la comodidad de Internet frente a otras propuestas.
Es cierto, sin embargo, que una revista como Dolmen Europa es como este blog: nunca sabes qué te puedes encontrar dentro. Es variada. Se nota un esfuerzo por esa variedad. Por eso me he comprado los tres números, claro. Y es la variedad que, por un lado no han solido tener las revistas especializadas en comic, desde mi punto de vista de ojeador en tiendas más que de comprador de cosas que me parecían "más de lo ídem", y por otro lado, y leyendo el propio artículo sobre la revista Cimoc Con C de Comic (de Álvaro Pons, en p67, segunda columna hacia la línea 14):
la dispersión y diversidad afectaba a la personalidad de la revista.
Claro. A mí precisamente me gusta esta diversidad. Y, sobre la dispersión, cualquier lector esporádico de la maginoteca puede hacer una tesis doctoral.
La cuestión es si esa diversidad realemente es un lastre para el común de los lectores, que querrían ver o sobretodo spirouadas o sobretodo cimocadas o sobretodo brugueriadas.
En el otro punto de vista, la revista corre el riesgo de hacer un único reportaje sobre tal tema, y liquidarlo. Es decir, si se habla de Clásicos del Humor, pues con eso ya está todo lo de Bruguera dicho, prácticamente. O hablando una vez de Vance en el artículo de Van Hamme y XIII, ya no hay que volver a ese dibujante jamás. Y esa especie de reportajes-hitos que no se pueden tocar temo que sea más que una sensación, ayudada tanto por la necesidad de hacer artículos sobre tantos personajes, series y autores de los que nunca se suele hablar, y que son muy distintos entre ellos, con públicos que dudo empíricamente que hayan ido de Esther a Dylan Dog (bueno, yo he ido de Esther a Martin Mistère, lo digo por si vale).
Osea, hay que dar a conocer cosas sobradamente conocidas para públicos específicos y eso impide a veces ir más allá de una visión general.
A la vez, no pueden dedicarse a dar visión posteriores más particulares porque hay una lista inmensa de cosas de las que hablar.
Aprovéchese Internet. Supongamos una mentira: que todo el mundo tiene acceso a Internet. Y dejemos para eso que el lector, mediante algunas webs puestas al inicio de cada reportaje, lea lo básico sobre el personaje, serie o autor. Todo lo que son listados fiables, que ocupan mucho en una revista. Y dedíquese la revista a profundizar un poco. Es cierto: el lector se comprará la revista o la cogerá de la biblioteca... pero, a veces, antes de leerla, pasaría por cuatro o cinco webs, que leerá seguramente en diagonal. Pero ya tendrá un mínimo bagaje. Y, si ya conocía el personaje, serie o autor, puede pasar a algo más atractivo para él.
Pero, en realidad, todo esto que he escrito hasta ahora no es más que un relleno para poner lo siguiente: ¿por qué ese nazismo tan gregariamente instalado en la sociedad española/catalana por el cual "la gordura", esto en la práctica la no-anorexia-activa-, el comer sólo kiwis, es algo destetable? Pues bien, hace unos meses, me plantee esto comentando cosas sobre Esther y Su Mundo, puesto que uno de sus personajes malos era físicamente definido porser gorda... Y eso mismo me lo encuentro en p43c3l11 (página, columna, línea) de Dolmen Europa, en el artículo titulado Purita Campos. Toda una artista donde se refiere el autor, Eduardo Serranilla Sanchis, a "la gorda de Doreen". Refleja exactamente lo que los autores querían, lo que implantaba una sociedad que promovía a la gente delgada, pero sobretodo a la gente que adelgazaba y, en definitiva, a solucionar el trabajo a las empresas téxtiles, para que sólo fabricaran tallas pequeñas. Así llegamos a hoy en día donde una conversación típica en una comida del trabajo, es "estoy a régimen", "tengo que mantener la línea" y "voy al Naturhouse". Gente con hambre, delgada, que desea pasar hambre y estar más delgada. No se dice jamás "la flaca de Esther" o "la delgada de Rita" porque estar delgado/flaco es tener buen tipo, cosa que realmente no concuerda con los hechos.
Lo que se hace, tristemente, como en tantos sitos es otorgar valores morales al aspecto físico importado de la aculturización dada por las películas estadounidenses del siglo XX. Los gordos son malos. Eso incluye desde el valor moral (Kingpin) hasta el de salud, en el que se basaría todo esto (obesidad mórbida, etc.). Pero, en realidad, desemboca y se percibe, en la obsesión por el "me sobran dos kilos" y otras imbecilidades similares que uno tiene que estar oyendo día tras día, semana tras semana y año tras año.
Sólo espero que en la Nueva Esther se trate este tema de otra manera. Pero lo dudo, por supuesto. O se hará alguna historia suelta sobre la anorexia o algo así, y a tomar viento.
Por otro lado, el texto sobre Purita Campos es interesante: nos destaca la estupidez de tantos teóricos, de tantos críticos, que valoran una obra o un autor o una serie, según sus intereses personales. Así, Purita Campos, y tantos otros autores, han sido despreciados por hacer lo que hacían, independientemente de que dibujaran bien o fueran buenos narradores. Como no les gustaba, no eran superhéroes, no eran para adultos, no era lo que se llevaba en la moda de unos grupos que tiran del carro, pues había que ignorarlo. Así, durante décadas, comenzando por aquellos insoportables libros de Javier Coma, nada de esto aparecía. Ahora bien, cuando salió el shojo, todo eran parabienes... y la semejanza mínima entre Esther y cualquier shojo es evidente tanto a nivel gráfico como narrativo, como de en qué se fija el guionista, cómo el tipo de público que persigue. Peinados, vestidos, sentimientos, el plano emocional por encima del cinético, y un público femenino, entre infantil-adolescente-juvenil.
Dado que los críticos y teóricos suelen ser tíos han pasado de Purita Campos o de otras cosas. De la misma manera que durante décadas se ha pasado de citar a los autores de tebeos de risa que ahora se conoce como "clásicos del humor". Porque eran para niños y así s indicaba en las revista.
Otro rasgo de desprecio: contra el público femenino y el público infantil.
Pero, claro, resulta que cuando aparecen los Simpson y otras cosas de humor inteligente (series, pelis, etc.), y uno revisa cuatro páginas cualesquiera de Vázquez, Segura, Cifré o Escobar y se dice... pero tampoco hay tanta diferencia, más allá del dineral que tienen las empresas audiovisuales transnacionales para imponer sus productos y ejercer el liderazgo de opinión.
El texto de Purita Campos es significativo de las aguas en las que se mueve Dolmen Europa. Es lo mismo que pasó con el artículo dedicado a Gil Pupila, de M.Tillieux. Lo que parece una explicación general, en realidad, se convierte sobretodo en publicidad de un próximo lanzamiento editorial en España (caso de Gil Pupila) y creando esa estado de opinion ("el ansiaaa") para que el lector de Dolmen Europa compre el Gil Pupila cuando salga en unos meses (luego se pegan batacazos editoriales y quieren que nos sorprendamos, cuando ellos mismos no calibran lo que hacen)... o para promocionar álbumes ya existentes, y cuyo éxito aún sorprende a su propio editor. Si Esther y Su Mundo duró un par de décadas y varios países, se le dedican unas 2 columnas y media (sumado todo), mientras que a la nueva Esther, con dos años y un país, se le dedican unas 2 columnas, osea, casi lo mismo. Evidentemente, el impacto de una y de otra son distintos. Pero uno de los objetivos no explícitos en los editoriales de Dolmen Europa es de promocionar lo que ahora está a la venta.
Eso implica olvidarse directamente de que te vayan a hablar de algo europeo que funcione en tal país o que tuviera impacto durante tal época. O está acompañado de su versión editorial actual o no ha existido en Dolmen Europa, y dudo que exista si esta revista tiene continuidad, cosa que el mismo Editorial de la p3 pone en duda... cosa que no me extrañaría porque la revista en sí me ha interesado... y eso suele implicar "exterminación".
No se habría hablado de Esther y Su Mundo sin esa edición de Glénat, de la misma manera que sólo la existencia de los Clásicos del Humor RBA . Sí, estoy de acuerdo con Miquel Esteba (p57c1L2) en que fue el acontecimiento editorial del año en cantidad y calidad, y aquel trabajo por el cual Antoni Guiral sí tiene que sentirse satisfecho: Guiral se convierte en el tercer editor Bruguera de importancia por números, tras Bruguera y Ediciones B, y el segundo en cuanto a variedad sólo tras la misma Editorial Bruguera; y recoge el testigo perdido de Armando Matías Guiu en su magnífica revista Bruguelandia, en un espíritu que el mismo director de Bruguera recogió en los Carpantas de la revista Superlópez (3 números de Bruguera), o desde la efímera Genios de la Historieta, dirigida por Jesús de Cos y con textos de Javier Coma -para tragarme mis palabras de antes... jajajaja-.
No quiero acabar este texto sin mencionar algo que a los internautas nos costaba saber: que IPC es ahora filial de DC. Tampoco sabíamos que tanta libertad, y tantos derechos de autor, y tanto "huy, los estadounidenses y la libertad por aquí y por allá", y resulta que, tomatomate, DC NO le reconoce los derechos de autora a Purita Campos (entiendo que tampoco a los heredero del guionista original, Phillip Douglas), ni le devuelve sus originales a la creadora gráfica. Esto lo extraigo del texto de Dolmen Europa.
Y entonces vuelvo a uno de mis temas: mientras la gente se queja, como si les fuera la vida, cuando no son ni dibujantes ni guionistas ni familiares, de que Bruguera no reconocía derechos de autor, y del mismo Guiral, en sus textos, se suele desprender como si fuera algo de origen franquista... tenemos que NO, que es algo habitual en todo el mundo, y no algo particular de aquí porque "Spain is different". La editorial es voraz y come autores para poseer marcas.
Y al mismo tiempo, otra cosa de lo que la gente se queja: de por qué las editoriales españolas han cambiado nombres de personajes.... el caso de Esther... suerte que lo hicieron... sino a ver si hubieran podido publicar este personaje de nuevo, o si lo hubieran podido vender con éxito con otro nombre. Sospecho que haber mantenido el original "Patty" en la edición de Bruguera hubiera sido igual a que hoy no hubiera un "Nueva Patty", porque DC (IPC) se hubieran aberrronchado contra el rocaje vffivffo impidiendo su publicación. Y haberla llamado "Lorena y Su Mundo" a estas alturas, hubiera sido complejo para movilizar a las lectoras. Y ahí me pregunto si estos cambios de nombres propios no eran un estrategia editorial precisamente para tener algo a lo que aferrarse en una hipotética lucha legal por los derechos de los personajes entre Bruguera u otra editorial española con la misma práctica, y la IPC de turno. Osea, que tal vez no hubiera sido sólo una adaptación para facilitar la comprensión, pronunciación y memorización del nombre de algunos personajes, sino un truco legal. De hecho, tras Bruguera, por cuestion de derechos legales del nombre de marca, MC tuvo que llamar como Pecosa a Esther: no me negará nadie que es difícil de identificar un nombre con el otro.
2 comentaris:
Interesante artículo, magin
Una duda, la DC que tiene las derechos de Esther ¿seguro que es DC Cómics?, no sería DC Thomson:
http://www.dcthomson.co.uk/
No me lo había planteado. En la revista Dolmen Europa número 3 pusieron "DC" y no "DC Thomson", así que tiré por la directa. Si alguien nos lo puede aclarar, estará bien.
Juajua: la contraseña que me ha tocado es "mande" ...
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