20130214

La contraportada catalana del Pulgarcito 99

Data Estel·lar seny, rauxa i espies.cat Dijous 20130214

¿Qué tres o cuatro cosas no aparecen jamás en los tebeos de Editorial Bruguera, teniendo en cuenta que se nos dice y se nos repite que son un retrato sociológico de la época?

Sólo voy a enunciarlo:

  1. Iglesias. No salen iglesias ni curas ni monjas. Ni dibujadas en el paisaje urbano ni como personajes no necesariamente cómicos ni mucho menos grotescos (que hubiera sido censurado ipso facto). Apenas aparecen en historietas de las denominadas serias. Por ejemplo, en El Capitán Trueno, siendo como es un cruzado cristiano, se ve raro. Lo curioso es que aún se ve más raro cuando sí que aparecen: las aventuras son más casposas.
  2. Fábricas, obreros, entorno industrial. La Editorial Bruguera es de Barcelona, que sus dibujantes se mueven o por el Barcelonès o por alguno de los dos Vallès, y que estamos en plena eclosión industrial con talleres, fábricas textiles y de mecanización de todo tipo, almacenes, y con necesidad de trabajadores, cosa que atrae a los inmigrantes desde 1910 cuando menos... y los años 40-60 serán los de máxima inmigración de gente que se incorpora al sector industrial. Sin embargo, se pueden contar los escasos casos de apariciones industriales. En TBO pasa casi lo mismo. Pero Bruguera aún es más grande y con más dibujantes, series y revistas.
  3. Distinciones regionales y análogas (osea, parecidas a las regionales). Aunque tenemos a Agamenón, que alguno dice que podría ser maño (aragonés rural), en realidad no hay mucho que nos permita decir si es de aquí o de allí. Y ese ejemplo es prácticamente el único. En los años 60 tenemos La Familia Churumbel, que son gitanos y el habla y el vestir imitan el tópico, sea o no real. Y nada más (o poquísimo más). ¿Por qué?
¿Por qué no aparece nada de esto? Tengo algunas suposiciones. Es para no levantar suspicacias. Para entender que uno no se burla de una zona. El humor es, de alguna manera, blanco en este caso, por tanto, sin querer dañar.

Es posible, sin embargo, que también exista un toque de la censura. ¿Por qué razón? Es difícil. Puede que por lo anterior pero puede que sea para no mostrar la variedad cultural española. España es Una, y las distinciones no existen o se han de atenuar o suprimir. El Franquismo, tras haber pactado con la burguesía catalana que luego montará AP (PP) y CiU o UCD (CC), aplicará una política de genocidio cultural durante décadas. Aparecerán, pese a todo, algunos libros en catalán de literatura de forma ocasional y progresiva desde los años 50 (osea, 15 años tras el final de la Guerra Civil). En 1963, aparecerá el Cavall Fort. Y en los años 70, existirán ya programas de tele( Circuito Catalán-Circuit Català) o radio en catalán, o alguna aparición de alguien hablando en catalán (un par de frases) en alguna película (algo impensable a partir de los años 1990, digámoslo claro) e incluso libros de texto en escuelas (poseo alguno). Por tanto, el Franquismo va pactando con el catalanismo retrógrado para ampliar su base social o para aparecer como menos antipático. Sin embargo, a nivel general, la directiva es que no hay que mostrar diferencias.

Opino que esta contraportada surge de la falta de ese control censor durante los años 40, en que las revistas son controladas simplemente por no ser periódicas, es decir, por precisar de un permiso individual cada vez que se publican, de ahí la falta de número en la portada (escondido en la contraportada: el número 99) y con ese título cambiante: "Album Infantil Pulgarcito", "Historietas Cómicas Pulgarcito", etcétera. Cuando las revistas sean periódicas, hacia 1951 y ya tengan garantizada su salida habitual al mercado, la censura oficial y la interna de las editoriales aumenta. Una cosa por la otra: no pongamos en peligro el negocio, aunque lleva

En este caso me paro en el caso de distinciones regionales. Apenas existen.

El contexto es el siguiente: años 40, plena represión franquista. Y una historieta donde un pagès catalán, con barretina y todo (posteriormente, en Bruguera y resto de tebeos sólo la veríamos en Los Pitufos), ejerce el típico papel que veremos tantas veces de un pueblerino cuyas costumbres maltratan a los señoritingos de la capital. En los años 70 y después veremos historietas similares por parte de Segura o Ibáñez.

Lo más curioso es que algunas palabras o frases son en catalán o imitan la forma de hablar en catalán oriental, con sus /o/ átonas pronunciadas como /u/. Es algo insólito, no ya durante los años 40, durante el Franquismo, sino posteriormente. Un sano ejercicio, por tanto jamás repetido.


Sobre el vocabulario y la forma de hablar/pronunciar de este pagès:

-Dice "buenu" en vez de "bueno". Curiosamente, muchos catalanoparlantes dicen "buenu" en catalán. Los mismos que dicen "puestu" ("puesto" por "lugar" -no pregunten, no tiene sentido, en vez de "lloc"), y hace tantos desmanes lingüísticos.

-No sé que vol desir: "vol" es "quiere". El verbo "voler" es "querer". "Desir" por "decir", en esa pronunciación del fonema /c/ pronunciado como /s/ en catalán o por algunos catalanoparlantes en castellano. El verbo "decir" en catalán "sería "dir". Esta frase es extraña: lo de "vol" me hace pensar que se refiere a un lector catalán y catalanoparlante (podría ser balear o valenciano) pero lo de "desir" en cambio indica que se dirige a un lector castellanoparlante.

-Abusan del "u" en vez de "o": "supongu" ("supongo"), "cumerlos" ("comerlos"), "curral" ("corral"), "pencu" ("penco")... por "suposo" o "menjar-los" o "corral". Ya sé que es fácil de entender pero así queda más científicofilológico, ¿verdad?

-"Aixó mismo" es la expresión "això mateix" (nótese el cambio de acento de cerrado en la versión Bruguera y abierto en la versión oficial). "Eso mismo". Otra nota que parece dirigida a alguien que sepa catalán. Puede que el mercado de la revista aún estuviera restringido a Barcelona o Catalunya, como en los años 20 (o se hubiera replegado a este entorno durante los años 40 de reactivación lenta comercial y dura postguerra, con caminos y comunicaciones destruidas por la Guerra Civil).

-El personaje se llama Don Quicu, osea Don Quico, por tanto diminutivo de Francisco.

Que el autor supiera catalán no es ninguna sorpresa: Nadal (apellido que significa "Navidad") es catalanoparlante sin duda.

Una excepción muy interesante que ya vale los 10€ que pague por la revista.