Data Estel·lar obrint plàstic Dilluns 20250113
No me apetecía abrir el último número porque es ¡el último número! de Los Hombrecitos, del dessineriste, dessinateur, scénariste, dibujante, guionista, dibunista, guiojante, historietista, ninotaire Seron.
La primera historieta es... uf... te abre la cabeza, de verdad.
La segunda es demasiado intrigante y asfixiante.
Aún estoy en eso y me faltan las siguiente.
La segunda: En el nombre del hermano... y del fisco y del Espíritu Santo, dice Renaud... es la primera que aparece directamente en álbum cuando un fondo buitre ha comprado todas las editoriales de BD, incluida Dupuis y ha comenzado la limpieza étnica empresarial habitual. Algún día se tendría que contar con detalle esos procesos de fusiones, compras y supresión de elementos que no les gustan a los nuevos dueños y que desembocan en un mundo de aburrimiento y clonación de narrativas: macdonaldización social e industrial. No es casual, sospechamos, y hay un interés ideológico. En el plano político y de agenda pública lleva al wokismo y al neofascismo iliberal, excrecencias ambas del neoliberalismo ultracapitalista que, por puro marketing, optan por decirse ajenas al capitalismo o algo así cuando les conviene.
En esa aventura aprendo que el jersey que suele llevar es el de jefe de seguridad.
Sigo sin entender el papel de Cedilla e incluso el maltrato habitual: cada vez que sale la llaman "tonta" sin que suceda realmente nada para considerarla así. Parece eso que se hizo serie de la BD de "las rubias tontas" y que se podrían haber ahorrado.
Lapaja está desaparecido casi siempre.
Laviga podría estarlo porque es innecesario.
Aunque la serie tiene el título colectivo Los Hombrecitos, solamente Renaud tiene entidad, por no decir, capacidad para actuar como hombrecito común, como pitufo entre pitufos, en Eslapion 2 o como aventurero de la Bande Dessinée en sus álbums.
Lo demás: dibujo, argumento, ideas de los guiones... impactantes una y otra vez.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada