El segundo libro, aunque podría haber sido el primero en ser leído, es Mis Memorias, de Miguel Mihura. Publicado en 1948.
Hum. Podría haber sido el segundo porque la opinión que tuve de él es mejor que el anterior, tras leerlo entre diciembre de 2007 y enero de 2008, gracias a la Renfe Cercanías que me ha dado tanto... tiempo por retrasos e intempestividades,
Apoteósico, magnífico, estupendo.
Humor (bastante)
Repleto de ideas.
De ágil lectura.
Vale. Pero a día de hoy no recuerdo nada.
RELEGIBLE.
Como contraposición al anterior autor, Edgar Neville pero también a Andreu Buenafuente o a otros que tienen que quitarse la nariz de payaso para insultarnos con un "no, que es broma", aquí no hay miedo y no se echa para atrás en un chiste. Se avanza en el gag y ya está. Eso sí, gran parte del texto está ambientado en París, que ya sabemos cómo son allí desde la indecencia de la Revolución Francesa, y no es como aquí, en España, donde no pasan esas cosas.
En p313 cuenta que antes los escritores no tenían que escribir y que por eso valía la pena ser escritor, y que se podían pasar la vida en el café.
El libro sale muy mejorado si lo comparamos con esa tragedia llamada Tres Sombreros de Copa, que de risa tiene poco, pero que nos la han hecho leer para la Selectividad porque hay que subvencionar a alguien. Vendida como una historia divertidad sobre la libertad, es una disección de lo que significa la esclavitud con un fugaz momento de variedad, de ingenio o de imaginación, mirar el cielo dentro de un oscuro ruedo. El que quiera se ría con los chistes pero en la tercera página ya se ve de qué va el paño y quién es el asesino.
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