Data Estel·lar universalizada Divendres 2011112
En el 2011 una banda terrorista asesinó a Ernest Lluch.
Se le podría considerar el típico cantamañas que salen en la radio soltando obviedades y lugares comunes sobre lo mismo de siempre, que si el Barça, que si tal... pero es cierto que tuvo una idea original sobre cómo afrontar un conflicto bélico o violento con su idea de lanzar puentes: era algo que al Partido Popular le daba grima porque tenía y tiene una indecente cantera de votos a base de lanzar leña al fuego (luego, van y se confiesan ante un cura del Opus y se ve que todos los pecados de mentiras y de odio ya quedan solventados, pero el daño se mantiene y se amplía con el tiempo en la sociedad, así que esperemos que algún día alguien les haga pagar por su responsabilidad). Luego me enteré de que Lluch había tenido aproximaciones originales a varios temas, como sus investigaciones sobre un tema muy catalán, el de la Guerra de Sucesión de 1700-1714 (Felipe V y demás crápulas), en el sentido de que miró a ver qué pasaba en una especie de Corte en el exilio de la Corona de Aragón en el Imperio Austriaco (o como se llamara, porque no es el tema que me trae a este texto).
Menos cantamañanas aún me pareció cuando me enteré de que Ernest Lluch puede haber sido el único personaje realmente imprescindible, por sus hechos los conoceréis, de la Historia de España, en el sentido de crear civilización: fue el ministro de Sanidad que universalizó el acceso a la Sanidad. Hasta entonces lo que existía era "el Seguro", nombre que se ha mantenido para el médico de la Sanidad Público en el vocabulario corriente. El acceso a la sanidad pública procedía de estar vinculado al trabajo, de tener un trabajo o de que tu pareja (marido) o padre (o madre, aunque los burgueses se emperren en decir en que las mujeres no trabajaban). Era el trabajador el que tenía tarjeta sanitaria, y la cedía a la familia (venían los nombres de los familiares al dorso, por ejemplo).
Universalización de la Sanidad. Garantizar el acceso público a todos los ciudadanos. Gracias, señor Ernest Lluch...
... y lo mataron en el 2001.
... y lo mataron en el 2011. Por las fechas de cambio de gobierno estatal (Elecciones 20111120 ganadas por mayoría absoluta pero pocos votos por el PP) Galicia (PP, Feijóo) y Murcia (PP, Valcárcel) han decidido quitar la tarjeta sanitaria a los parados y a los extranjeros sin recursos (pobres). Se le quita a los parados con más de 12 meses de paro. En vez de ayudar a una gente que está en situación desfavorecida, no necesariamente por su voluntad ni por su falta de interés en trabajar, que pueden pasar a tener problemas sociales y psicológicos, además de una enfermedad física... resulta que el gobierno de los que dicen que son muy de la Iglesia Católica, los machacan más. Estaría bien que toda esta gentuza se leyeran alguna vez un par de frases del Evangelio. Leérselas tampoco obliga a seguirlas, claro está. Lo de "ayudar a tu prójimo" y tal. Esas cosas.
Es una vuelta a su sistema favorito, el que había antes de Ernest Lluch, el del Franquismo, el de un país subdesarrollado y subdesarrollista: volver a la sanidad vinculada al trabajo de alguien:" a no ser que el desempleado pueda justificar su dependencia económica de un titular de la Seguridad Social, de quien pasaría a constar como beneficiario."
Es una manera de privatizar: de hacer pagar por la Sanidad precisamente a los más pobres.
Es un método bien pensado para socavar el sistema.
Y es algo profundamente inmoral y que debería ser ilegal y estar perseguido de oficio por el Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo: la gente que pagó impuestos indirectos y directos -los asalariados- quedan sin cobertura por todo aquello que pagaron. ZP nos dijo que quedábamos sin pensiones futuras... Rajoy ya nos dice haciendo de ventrílocuo de los muñecos Feijóo y Valcárcel, que nos quedamos sin prestaciones presentes. Los fantasmas de las Navidades Pasadas y de las Navidades Presentes al unísono. Lo que hemos pagado no es nuestro: es de los bancos y de los malos empresarios que mangonean todo, y de los que son conducidos en coches oficiales.
A algunos les envían una carta. Otros se enteran cuando van al médico. Osea, que la gente no ha podido ni pillarse bajas cuando trabajaba porque los echaban. Continuamente hemos oído casos de gente despedida por romperse un brazo -por supuesto, eso incluye el accidete laboral-, a mujeres embarazadas y, por tanto, despedidas... en fin, hemos visto una total connivencia antisocial entre empresarios, jefes de personal y políticos (legisladores, ejecutores) y juzgados contra los asalariados. Cuando están en paro y, por tanto, no los van a echar del trabajo por coger la baja ni les van a descontar las horas por ir al médico, entonces los despiden de la Sanidad. Otro negocio redondo para los de siempre.
Lo que me hace gracia es que lo hagan en Murcia: ¿cómo van a saber quién está en paro y quién no si allí no saben lo que es un contrato ni una nómina pagada por el banco ni un pago a la Seguridad Social?
Por otro lado, esto explica bastante la famosa crítica insidiosa contra el Estatut de Catalunya: que los catalanes no tengan más derechos que los demás españoles... claro, imagínate que esa gentuza izquierdosa (de boca) aumentaran los derechos a unos ciudadanos, y quedara en evidencia que los demás están más por el sistema feudal de servitud. Era intolerable. Y la ultraderecha no tolera lo que considera intolerable.
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