El Capitán Trueno en el futuro

Data Estel·lar y cierra Kerguelen Dimecres 20120530

Es posible que este texto pueda variar con el tiempo.

Resulta que en el Saló del Comic 2012 me compré en la parada (heyyyy, etiqueta Saga Acreditats ahorita mismo) el segundo álbum de El Capitán Trueno... esteeee, El Maleficio de las Islas del Viento... de 1993. Pero era nuevo, no de segunda mano, porque me lo vendieron en la misma parada de Ediciones B-Grupo Zeta. Todo tiene su momento. Me podrían haber hecho un descuento.

Yo no sé qué pasa en Ediciones B. Que siempre tienen cosas muy raras. Los pins, por ejemplo. La primera vez que los vi fue por 1992 o 1993. Parecía que se fueran a acabar. En el 2011, en la misma parada del Saló del Comic vi cajas enteras de expositores con pins... Es como las camisetas, la de Superlópez, Mortadelo y Filemón o el Capitán Trueno... durante años las tenían a la venta. Ahora ya estarán agotadas. Lástima. No sacaran nuevas, no. No entiendo esa miseria. Un día te ponen cosas de la Europa anterior, otra vez te ponen una camiseta sucia de Madonna (es una reiteración). O caramelos. Pero cuando te gastas la pasta igual no te ponen nada.

Y esta vez, que yo no lo había visto antes, tenían a la venta los tres tomos del Corsario Verde (cuyas tapas no eran necesariamente verdes). Y tenías que ir con cuidadito para elegir los que no tuvieran las aristas desgastadas... porque te los venden al mismo precio que los que están bien. El vendedor ayudó un poco.

Y tenían el mencionado tomo del Capitán Trueno, que tampoco me suena de haberlo visto en los últimos 10 años.

El guión es de Víctor Mora y el dibujo es de John M. Burns... ejem... viendo lo que pasa, me pregunto quién de los dos decidió acabar con la sociedad. Esta historieta es más de Dani Futuro que del Capitán Trueno, ambos personajes de Víctor Mora. Eso sí, da un toque Martin Mystère, que esperemos que desarrolle en próximos episodios... un poco de paciencia que la historieta apenas fue publicada en el año noventa y tres. El Capitán Trueno está inserto en una historia del Doctor Who, de manera clara y diáfana para el que lo sepa entender. Ignoro si Mora conocía esta serie de la BBC, algunos de cuyos episodios habían sido emitidos por TV3 un lustro antes,  pero es perfectamente posible, y lo que vemos es "la otra parte": no el viajero que va al pasado y hace cosas maravillosas, sino el sujeto que recibe esas cosas maravillosas. Todos  acaban recibiendo un anillo... que sólo el Capitán Trueno parece tener interés en conservar. Nuevas aventuras en un mundo de Ciencia Ficción, viajes en el tiempo, materia y antimateria. El nuevo Globo de Morgano que atravesaría eras y no sólo montañas, una nueva frontera, nuevos pueblos para liberar, espadas-láser... ¿podría ser compatible? ¿Veríamos algún shock cultural en estos personajes? ¿Saldrían historietas divertidas? Puede que sí.

El color de Burns me gusta mucho. En cuanto al dibujo, hay momentos en los que el Capitán Trueno y Goliath parecen ellos por las expresiones. Noto que los dibujantes que ya pudieron dibujar las caras tienen problemas serios con las facciones de los personajes, y no hay viñetas donde se parezcan. El único que aguanta es Goliath. La Sigrid de Burns igual es muy moderna: de haber estado haciendo dieta tras dieta tiene la cara en proceso de desgaste. Burns es mil veces mejor que Luis Bermejo, cuyo Trueno parece dibujado por el Buscema que sólo sabía hacer gorilas...

Pero, ya que tenía este álbum, que tampoco son tantas páginas, 46, opté por irme hacia atrás. Y me releí La Reina Bruja de Anubis. De nuevo un gran dibujo. Un gran inicio, con la narración del anciano cuentista árabe, grandes colores. Y un dibujo variable, a veces bien porque parecen los personajes, a veces bien aunque no lo parezcan y a veces fatal porque está mal dibujado sin paliativos y uno piensa que menos mal que lo daban de regalo en el Dominical del Periódico.

En estas historias con Burns y en las que Mora realiza durante los años 80, para Comics Forum o para Bruguera,  Crispín no tiene ningún papel. Es significativo que no tenga una línea de diálogo que no esté relacionada con algún comentario sobre lo que come Goliath. Asimismo, Goliath queda esquematizado más que nunca: sólo piensa en comer. Apenas le vemos un asomo de su inteligencia antigua (aunque algo hay).

Es como si Víctor Mora estuviera cansado de sus personajes y no supiera usarlos. O se quisiera adaptar a unos paradigmas y tópicos sobre el "cómo tienen que ser sus personajes" y no cómo son. Por ejemplo, Goliath suelta que no entiende tal idioma, cuando ha viajado tanto como el Capitán Trueno... supongo que como es un gordinflón tragón, en aras del nazismo social imperante, tiene que ser tonto de remate, y no puede aprender idiomas... el elitismo que siempre ha existido soterradamente en tiempos franquistas se desata con fiereza en estas historias: muere la criada de Sigrid pero no Sigrid (La Muerte de Sigrid, en la revista El Capitán Trueno, 9 y 10 en p8v6 de l historieta o p12v6 de la revista décima; precio: 175 pesetas IVA incluido, de Editorial Bruguera, mayo de 1986). Si sale alguien malo es un usurpador, pero los reyes o son buenos o han sido embrujados para que actúen mal, y sus hijas siempre son dignas herederas... es de un elitismo insufrible, teniendo en cuenta que ya estamos en los años 90, en época democrática, con aquello de la igualdad de derechos. El mensaje es que la legitimidad ha de ser tradicional y carismática, por tanto, sólo el heredero genético y legal puede ejercer un liderazgo que ha de demostrar, y que ya tiene medio demostrado por ser hijo de quien es. En realidad, así han actuado y actúan la mayoría de empresas y de organizaciones. Son los hidalgos (hijos de alguien, el que tuvo, retuvo) los que optan a los cargos interesantes, de poder o con un trabajo que vale la pena más allá de las fauces de la fotocopiadora, se repite que han ido a grandes escuelas, que saben mucho... son actores, directores, escritores, grandes periodistas,  promesas de todo aquello que han de ser... Víctor Mora plantea un nuevo Capitán Trueno, sí, uno que ya no lucha por la gente para que ellos consigan el mejor gobierno, sino uno en el que ellos tienen que aceptar con alegría al mejor gobernante, que será el que provenga de las capas elitistas.

Ahora que he leído casi toda la panoplia truenística de los años 80 veo que también El Capitán Trueno desencanta tras la Transición, y se pone al servicio del estado de cosas reinante, del status quo, y no srve de fuerza transformadora. Describe la realidad social que se está creando y que se consolida próximamente, tras unos en los que el espejismo parecía que las cosas podían cambiar. Describe, pero también prescribe que eso ha de ser así, porque es lo correcto. Gallardón es hijo de Gallardón como Pajín lo es de Pajín, y Suárez lo es de Suárez, como Ruiz-Mateos lo son de Ruiz-Mateos, como Paquirrín y su hermano el asesino de toros lo son de la Pantoja o del previo asesino de toros,  como Pujol lo es de Pujol.  La hija de Botín es la más apta para su puesto de banquera, y así, del Rey abajo todos los puestos son cooptados por los herederos y afines. Así no hay grandes cambios. Hay esclerosis, decisiones sesgadas, sobreformación de las castas inferiores... ¿y a las élites qué les importa?  Estas historietas del Capitán Trueno lanzan esas gotas de realidad dura. Lo pudimos haber visto en el Capitán Trueno de los años 60.... pero es incluso más duro en estas historietas de reinas brujas hijas y nietas de reyes brujos, de reinas de las islas del viento hijas de bondadosos reyes de las islas del viento, de Guardias Negras que morirán porque no tienen pedigree, etcétera.

Estas historietas, publicadas fugazmente en los años 80 y principios de los 90, son aún más lacerantes leídas en el 2012. El Capitán Trueno mata, porque la censura ya no borra las flechas... pero mata a según quién, cuidado. Si la censura quitaba tajos lo hacía con todos... pero la falta de ella y la democracia, en vez de repartir estocadas a todos, sólo las reparte a unos cuantos... o a ellos con más crudeza. Puede que sea algo típico de la ficción de masas, pero es indigno de ser recibido por un lector que ansiaba un Capitán Trueno libertador.