20091109

Renfe: Niebla

Data Estel·lar 20091109

En octubre del 2009 asistimos a un nuevo suceso que nos explica por qué el ferrocarril jamás se ha desarrollado en las Islas Británicas: la presencia de la niebla obliga a parar los trenes continuamente.

Fue una anécdota más, sabiendo que la tecnología ferroviaria española, de Siemens, de CAF, de Renfe, ADIF, GIF y del Ministerio de Fomento está muy limitada por las duras inclemencias meteorológicas que sin duda se sufren en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica: días con Sol, días con nubes, otros con lluvias, e incluso nieblas... todo eso afecta de manera fatal a los trenes de cercanías...

"No envié a mis trenes a luchas contra los elementos". Cierto.

Por eso, hay que recordarle a los ministros de Fomento y Presidentes de Gobiernos españoles, así como a los Presidentes de Generalitats, Conseller d'Obres Públiques y demás gente que se piensan que los trenes de Renfe Cercanías van bien porque la gente no lincha a los trabajadores ni queman estaciones (ahora que se celebran los cien años de la Setmana Tràgica de 1909)... que, si bien es cierto que contra las durísimas y trágicas incidencias climatológicas (olas en la playa, viento en las montañas) no podemos luchar, sí hay otros ámbitos con los que sí se puede actuar.

De El Periódico de Catalunya, carta destacada del 20091109:

Pesadilla en la estación de Renfe de Sants'

Laia Rodríguez San Juan.
Sant Joan Despí

Cogí un tren de cercanías de Renfe en la estación de Sants, el 28 de octubre, para ir a mi trabajo. El tren se presentó, como de costumbre, con retraso. Al ver que iba a llegar tarde, acudí a la oficina de atención al cliente para solicitar un justificante de demora. Allí me comunicaron que debía dirigirme a otro punto de la estación, en el que se me entregaría el justificante, junto con un billete nuevo. Por un momento, recuperé la confianza en la compañía, pero mi esperanza era un espejismo. Tras marearme yendo de un lugar a otro, volví a atención al cliente, y allí me dijeron entonces que no iban a facilitarme el justificante: «Cercanías no acepta la impuntualidad del tren». Y punto.
Solicité que satisfacieran mi solicitud o que me facilitaran el contacto con el responsable de dicha dependencia, cosa que se me denegó. Pedí la hoja de reclamaciones, y la respuesta fue que tenía que abandonar aquella instalación. Contesté que no pensaba salir de allí sin escribir mi reclamación. Ante mi estupor, el empleado del mostrador llamó a seguridad para que procedieran a desalojarme. Asustada e indignada, decidí ir a la policía para denunciar los hechos. Mientras, se presentaron dos vigilantes, que usaron la fuerza para llevarme hasta el exterior. El resumen de lo sucedido queda expresado en un parte médico de lesiones. Ese día no llegué tarde al trabajo; simplemente, no llegué. Pasé la tarde en un ambulatorio, donde me dieron la baja porque las lesiones en el brazo izquierdo y el cabestrillo que me pusieron me impedían hacer mi trabajo. Aprovecho estas líneas para dar las gracias a las pocas personas que, aunque infructuosamente, intentaron ayudarme en esta pesadilla.


Es cierto. Lo vengo comentando desde el 2008: acabada la crisis del "esvoranc" (el buhero gigante que destrozó las vías, por incompetencia en la construcción y gestión del AVE por parte del GIF y de sus empresas sub-sub-subcontratadas), la política de la Renfe/ADIF es la siguiente: sus trenes no llegan tarde. Siempre te puedes encontrar con algún casacaamarilla de esos cuyo nombre de la empresa cambian cada dos o tres meses, que te certifique que el tren llega tarde por escrito... pero la política es la de impedir la más mínima queja. El objetivo, nada casual en una empresa creada en 1941 por el Nuevo Estado Franquista, es la de que nos cuadremos y no nos salgamos de la raya, que nadie proteste, ni se queje, que el servicio sea nefasto pero digamos que es excelente. El estilo de Kim Jong Il es el estilo de la Renfe... pero el heredero de la única Monarquía Comunista al menos tiene clase.

Se sabe que la Atención al Cliente de Sants no funciona, y se sabe que es la única que existe.

Se sabe que pagan entre semana los que van al trabajo, y que se cuelan a decenas los que van a las discotecas los fines de semana (borrachos, drogados, pandilleros, "ah, la juventud", que dirían los incautos), a los cuales, las instituciones (Renfe, Ayuntamientos) tienen miedo porque con los de las zonas de ocio no se pueden meter (los empresarios del ocio nocturno son casi tan poderosos como los constructores-especuladores inmobiliarios).


Léase este artículo:
  • 14 días de retrasos en 2 meses,
  • Cada vez que la locutora dice: “Normalidad en los servicios de Renfe Cercanías, según nos informan…” me hecho a temblar,
  • el chico de la taquilla un maleducado de narices, que se toma las quejas como si fuesen algo personal contra él, y no una reclamación contra el mal funcionamiento de los servicios de información de la compañía
  • me equivoqué de tarjeta...haciéndome sentir como una ladrona. Según este hombre, yo me había colado en el tren, había cometido un fraude, y debía pagar una penalización mínima de 7 euros con 60.
Aaaaah... hay mucha gente que aún no sabe psicología ferroviaria... La solución es disimular. Es colarse con otros. Es pegarle patadas a los cristales de los tornos hasta que se abran. Pedirle a uno de fuera que se acerque a la célula fotoeléctrica. Saltar... Esto se ve mucho... O volver a una estación por la que se pueda salir sin picar. O directamente llamar a la policía y a la radio... Doy soluciones, dado que la Renfe/ADIF y el Ministro de Fomento José Blanco no tienen intención ni voluntad ni interés ni ganas de gestionar bien una cosa tan sencilla como es la Renfe/ADIF.