No soñéis que sois Spiderman porque ya lo he hecho yo. El sueño más normal que tuve la pasada noche, pero el único que recuerdo, es un digno colofón a un año de sueños soñados: yo era Spiderman. Entonces me di cuenta de que eso no eran tan chulo como parecía. Estaba reunido con unos malos. Me daban miedo. Me escabullí. Me quité el traje de Spiderman pero me dejé los lanzarredes. Iba vestido con mi ropa habitual (que, por cierto, tampoco era mi ropa habitual porque recuerdo una camisa blanca, inusual). Apreté y pude escalar edificios. Y eso tampoco es tan fácil como parece: hay que darse un empujón que te descoyunta. Acabé con los brazos, las piernas y la espalda desmontados. La telaraña por sí misma no te impulsa; el impulso se lo da uno mismo. Agotador. Y da un poco de miedo porque nunca estás seguro si la red se romperá o no, o si chocaremos contra una tapia. Al saltar sin el traje, no me di cuenta de que podrían descubrir mi personalidad públ... digo, secr... pero iba como muy nervioso. Subí hasta el tejado de casa de mi abuela. Nunca había estado allí arriba (pero la verdad es que me haría ilusión; igual es el subconsciente)... y me encaramé en una chimenea (que no existe). Aquí estoy a salvo porque nadie me ve... "Hola": el vecino se estaba pegando un baño usando la cisterna del agua como si fuera una piscina. "¿Está bien el agua". "Sí, a veces subo aquí" (¡al tejado!). Más vértigo que dar saltos de bloque en bloque. Antes de hacer análisis psicoanalíticos (en los que no creo porque yo en esto de las religiones soy escéptico), diré que ya estaba machacado tras varias horas de vagar por el Carroful el día anterior buscando y aprendiendo sobre el significado esquivo de los combos.
Y luego me despierto y se me ocurre poner la tele. "A ver si dicen algo de los intentos de los asesinos por evitar que exista un Estado palestino" (cuando hay algo de calma, o cuando los de Hamas deciden actuar en plan gobierno-Estado: "se acabó la tregua", "podemos pactar una nueva tregua"... bang y rebang: misiles contra cohetes de las fallas, tanques contra piedras)... pero no, la CNN habla de ¡un manga sobre Karl Marx! (el vídeo en el enlace).
No... Un manga basado en El Capital (Das Kapital), la obra tan vilipendiada de Marx, formada por varios tomos (unos 6), inacabados , parece ser que ilegibles (con que sean como La Ideología Alemana... leedlo, si tenéis sentido del humor, yo me reí mucho con los gritos que les pega Marx a los autores que intentaban justificar sin rigor lo injustificable: Marx y la lucha por el rigor). Me partí de risa... y me reía aún más al darme cuenta de que debía de ser el único lector que se habría reído con ese libro. Eso fue un día de verano del 2006.
He buscado por Internet. Aunque no lo suela parecer, a veces entro hasta en 30 webs para escribir un rollo persianero en este blog. Ya hay noticias de este manga desde, por lo menos, el 20081222, es decir, que estaríamos en plena campaña de promoción.
En 1989 tiran el Muro de Berlín y lo venden a cachos. Meses después, caen los países comunistas. En unos sitios lo llaman "Revolución de Terciopelo", apolillado (eso se lo olvidan). En otros, dicen que cae el telón de acero, oxidado (eso se lo olvidan). Y en otros hablan de la desaparición de la Unión Sovietica (que desaparece porque los que querían permanecer unidos, los de Asia Central, se separan al comprobar que no podrán seguir siendo receptores netos de subsidios; esto también se lo dejan). Así pues, entre 1989 y 1992, no existen los países comunistas. Pero la batalla ideológica anticomunista se hace más fuerte que nunca. Se pone verde a Marx (bueno, no, verde serían los eco-socialistas, pero ya me entenderá alguien, espero). Y los partidos comunistas de la Europa Occidental (incluída España, donde el proceso habría comenzado antes) cambian de nombre. Esconden su nombre o su ideología, si es que la habían tenido alguna vez, y se camuflan, se hacen invisibles a ojos de los electores.
A estos efectos, Izquierda Unida, Iniciativa per Catalunya y Esquerra Unida i Alternativa, tendrían que haber hecho un cálculo de la gente que dejó de votarlos por no saber que era a ellos a los que tenían que votar. Esos casos se han dado. Si los comunistas no existen, se vota a los socialistas, por ejemplo, o no se vota. Es decir, buena parte de la responsabilidad por la pérdida de votantes y de escaños es atribuíble directamente a esconder el nombre, la ideología, las prácticas y los símbolos que su público objetivo (sus probables votantes) identifican como propios de un partido comunista.
Entre 1989 y 2008, lo peor y lo más tonto del mundo era ser comunista, socialista, marxista (eso ya era de psiquietra de guardia) y similar. A efectos de los medios de comunicación, y de los medios intelectuales, de las universidades o de la literatura, nada de los que hubiera sucedido en un país de la Europa del Este era positivo. Lo curioso es que, no hay más que hacer comparaciones de fotos para ver que los barrios de los países socialistas son clavaditos a los barrios llamados "polígonos" o "banlieues" de España (al menos de Catalunya) y Francia. Resulta que un día pones la tele, y de refilón te dicen que en los años 60 los alemanes del este (RDA, ominoso país, ominoso régimen) iban de vacaciones a la playa... cosa que los españoles, en masa, comienzan a hacer hacia los años 70, o más bien, 80, y si me tiras de la lengua, 90 (el mismo Felipe González comentaba que una de sus satisfacciones era haber llevado a gente mayor y de escasos recursos a ver el mar -los viajes del Imserso-; es una frase que podemos calificar de populista pero, con todo, es cierta, y que eso sucede entrada la década de 1980).
En fin, que no hay tantas diferencias a poco que te pongas a mirar... si te dejan...
Y, entrado el siglo XXI, tras escandalosas privatizaciones, resulta que los obreros del Este (y de Rumanía, que no quieren ser llamados "del Este") sólo piensan en emigrar a Alemania o España o Austria... Curioso: ahora que tienen el sistema capitalista que funciona tan bien, sólo quieren huir de allí, igual que nos decían que sólo querían huir del sistema socialista, ominoso, recuerdo.
Evidentemente, la gestión en los países socialistas era ciertamente mejorable (por usar una frase eufemística) pero la gestión en los países capitalistas no es difícilmente empeorable. Prueba de ello, es el redondeo del euro (la moneda única europea desde el 20020102), utilizando unas políticas económicas de oferta que restringen el margen de maniobra de los grupos con menor poder adquisitivo, osea, que empobrecen a los pobres, igual que la dolarización en países como Colombia y otros del continente americano. Las políticas monetarias de oferta suelen ser realizadas por gobiernos de derechas. Ningún problema, si fueran gobiernos elegidos democráticamente, cosa que NO sucede con la Comisión Europea (para ser benevolente, se trata de una Elección de Tercer Grado, se elige al Congreso, que elige al Presidente y su Gobierno, que elige a los Comisarios Europeos de su Estado) ni sucede con los Consejos Europeos, que es el gallinero que nos explicó Ibáñez en Maastricht...¡Jesús!, puesto que son gobiernos de diferentes Estados no actuando en nombre de la Unión Europea sino de sus Gobiernos, es decir, no actuando en nombre del interés general de los ciudadanos europeos.
1989, 1992, 2002.... las políticas monetarias son las únicas válidas; se repite que se hace la única opción posible. Se callan o se acallan las protestas o la expresión de otras opciones. Si alguien dice algo diferente, enseguida le ladran que es un marxista, que lo que quiere es poner nuevos muros. En España, Fraga llegó a decir que el Estado de Bienestar ya no es necesario porque era un muro de contención para evitar que llegara el marxismo (mezclando como siempre, los diferentes ismos porque les da lo mismo, porque lo que quieren en meter camorrismo)... y sus palabras no caen en saco roto: privatizaciones de empresas públicas, de servicios públicos, gestiones privadas de entidades públicas. Comienza la época de las llamadas a teléfonos de atención al público que no atienden al público, y se reciben llamadas para venderte servicios privados que no te interesan. Los que están al otro lado del teléfono, en empresas privatizadas como Telefónica (el servicio 1004, las líneas de atención al público LAP y similares) o Endesa o cualquier otra empresa, etc. suele ser gente sin formación, sin ganas, sin interés y sin sueldo: mujeres separadas con hijos a su cargo (para que accedan fácilmente a cobrar poco), estudiantes, inmigrantes, o empleados en Argentina o Marruecos a los que se les exige cambiar acentos o falsear sus nombres para parecer españoles, a cambio de cobrar una miseria respecto a los que cobran poco en España...
De golpe y porrazo, se fragua una crisis (montada, es tan evidente que es de tontos negarlo, por los propios capitalistas). Es una crisis tipo Enron. Me da igual lo que me vengan a decir ahora mil economistas, porque los he sufrido en carne viva en la Facultad: los economistas suelen ser unos loros que repiten lo que dicen cuatro autores de Estados Unidos, prácticamente como hacen el resto de los autodenominados científicos sociales: lo que no pueden repetir, lo esquivan y lo ignoran poniendo cara de asco. Es una crisis montada con el timo de la pirámide, es una crisis montada para demostrar quiénes son los ricos y quiénes son los pobres, porque había gente que estaba despistadilla al respecto porque se habían cambiado el coche tres veces en 7 años y habían viajado de pie a Praga y en cuclillas a Indonesia, y ya se pensaban que eran ricos. Es una crisis que, tras los camiones de millones que les dan a General Motors y otras empresas de coches, uno aprende, por si no lo sabía de antes, que hay gente que sólo juega cuando gana, y sólo gana cuando juega. Si tienen beneficios, ganan; si no los tienen, también ganan porque el espantoso Estado que sólo hace que coartar la libertad de los individuos, de las familias y de las empresas, con su afán metomentodo al intervenir en la economía con ese horrible gasto social y con esos espantosos subsidios de paro, las vomitivas normativas medioambientales, los incendiables expedientes de impacto paisajístico... es un Estado socialmente responsable en su compromiso colectivo cuando todo ese dinero se lo da a los que más tienen, los bancos y las empresas transnacionales. Acaban de llevar a la práctica la Economía del Chantaje total: si tienen beneficios, se van del país a donde los sueldos sean más bajos; si tienen pérdidas, cierran y echan a la gente sin contemplaciones. En cualquier caso, siempre ganan. Tras esas empresas, hay una gente muy definida, unos Who is Who muy claros, unas familias de oligarcas transnacionales que siempre son los mismos accionistas.
Y no hay que olvidar que una crisis es una época de cambios, de oportunidades... Las técnicas del Marketing están lo suficiente avanzadas para descubrir huecos en el mercado. Se puede ir oyendo, durante el 2008, referencias a Marx, al marxismo, seguramente enunciadas por los mismos que las omitían o las eludían dialécticamente tiempo atrás. Oh, qué bonito, China, un país, dos sistemas (pero ninguno de los dos es de Seguridad Social), qué ordenadito y qué crecimiento económico... oh, qué tío Bush metiendo dinero público, nacionalizando el sistema bancario, aumentando la Deuda Pública, vamos, haciendo lo mismo por lo cual han estado, Bush padre, Clinton y el hijo de Bush, haciéndole la vida imposible a los países americanos (Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Chile, etc.) y asiáticos y africanos. Vaya con el Sarkozy, que habla de que hay que refundar el Capitalismo (el tío veleta que un día dice blanc y el otro día dice noir), etc. Y la caída de Islandia (un temita para tratar largo y tendido) por haber cumplido los preceptos neoliberales.
En toda esa marea, las críticas al sistema han de tener su mercado. Y lo tienen: su mercado es el marxismo, y se tienen que hacer productos marxistas para un sistema capitalista de mercado de consumo de masas Los japoneses, que ya tuvieron su versión de crisis raras (de la que nunca he tenido claro si han salido o no... sin decir que una semana de vacaciones es como plantearse si uno vive en un país civilizado), y la economía de Japón, que ya tuvo su proceso de deflación hace años, es decir que ya tiene mucha mili vivida, es el sitio donde sale el manga sobre El Capital.
De alguna manera, se ha tratado a la población como más tonta de lo que es. Aunque sea cierto que el número de imbéciles es una unidad más que el número que podamos imaginar que hay, es cierto que existe una cierta cantidad de personas, de diferentes ámbitos y niveles sociales y culturales, que no comulgan con ruedas de molino. Que se acercarán a leer (o a ver o a tratar) tal o cual autor o tal o cual obra, independientemente del sistema tipo 1984 que se haya montado. O, simplemente, diferirán de la opinión mediáticamente mayoritaria (la opinión pública) o, aunque no difieran de la misma, se sentirán atraídos por saber los argumentos opuestos. El interés empresarial, comercial o del público por un manga de esas características radica ahí.
El contexto es ése: un mercado maduro, con un montón de consumidores que lo han consumido todo, menos los clásicos socialistas, por así decirlo. Un día igual habrán cosas sobre Leibniz y Laplace. Japón es un Estado donde el comunismo ha estado poco menos que proscrito. Se trata de un sistema de partidos políticos de tipo hegemónico porque suele ganar o gobernar el PLD. En algún sitio leo: "de partido predominante", donde el partido comunista ha sido minoritario desde siempre. E incluso mal visto. Tal vez tenga que ver con el hecho de que la Constitución de Japón y el sistema político es montado bajo la estricta tutela de Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial: le quitan el poder al emperador, que ya no es un dios; pero evitarán que los comunistas lleguen al poder de manera más dura que en Italia u otros países europeos (donde se teje un cordón sanitario, es decir, que siempre se harían alianzas de gobierno donde no entraran los comunistas [sí, viva la democracia]. Se supone que los comunistas tendrían como aliados a Estados rivales de Estados Unidos como URSS o R.P.China, recién creada, ambos Estados demasiado próximos geográficamente a Japón. De hecho, Japon y la URSS no firmarían la paz ofcialmente nunca (por las islas Kuriles... pero seguramente que ahí dentro iban tanto el pescado azul como el rojo). Los dos partidos principales de Japón serán conservadores. EL Partido Comunista de Japón (PCJ) es un partido minoritario (suele obtener un 7-8% de los votos), es decir que no nos encontramos con una ideología que haya arrastrado jamás a las masas de Japón. Un párrafo y vuelvo con el sistema de partidos de Japón.
Y el contexto de aparición de un producto de este tipo (es un producto capitalista, no lo olvidemos, como las chapas y camisetas del Che) también es que tiene que ser una empresa como East Press la que publique El Capital, una empresa con espíritu capitalista, comercial, ajeno a esa manía de esconder todo lo que molesta, y que hemos sufrido por ese modelo en el debate público desde 1989 o antes (ahora pensaba en la Transición, "modélica", y en todo lo que escondió), desde la única opción que era entrar en el Tratado de Maastricht (que era un Tratado de la Unión Europea, que no creó más que un ente amorfo que no tiene capacidad alguna en el mundo, con un Presidente que es un pelele más de un sistema pelele), a los famosos no-debates sobre la Unión Económica y Monetaria, los no-debates sobre la conveniencia o no de tener una Constitución Europea o incluso la llamada a la no-lectura por parte de Josep Borrell (votadla sin leedla, nos dijo... no fuéramos algo que no nos gustara un pelo; firma aquí al final de todo pero sin leer, que es todo letra pequeña), el no-debate sobre el tipo de urbanismo en la costa o en cualquier localidad, sobre... sobre cualquier tema (no sólo sobre la construcción europea).
Aunque parece ser que es el partido comunista más exitoso del mundo reitero las cifras: 7-8& de los votos, 17 escaños de más de 700, o 9 de ... Eso sí, es la única oposición real en un país que sufre una crisis política desde los años 90, tanto por el colapso de algunos partidos, como por corrupción (ah, la yakuza). Es interesante que mantenga el apelativo "comunista", mientras que en otros sitios han sido sustituidos por Partidos Demócrata Social, Izquierdas, y otros nombres vagos que los hacen indistinguibles de nada. El coste de crear una marca, para lo cual se necesita una gran campaña en medios de comunicación de masas y en marketing viral (individuo a individuvo, boca-oreja), no está hecho para partidos de izquerda radical, cuyos votantes típicos estarían en la escala baja de la pirámide social, con más dificultades para entender mensajes complejos y refinados, con menos estudios (por las razones que sean), con menos tiempo libre para dedicarse a ver lo que hay por el mundo. Aunque mantienen la marca, lo cierto es que el mensaje ya es descafeinadillo desde los años 50.
Parece ser que, en general, el comunismo no ha tenido buena prensa en Japón, país de grandes corporaciones capitalistas tanto antes (y provocadoras) de la Segunda Guerra Mundial, como después (modelo "MPDC": mismo perros con distintos collares... si fuera un autor estadounidense de libros de gestión empresarial, ya sería rico a base de conferencias repitiendo lo mismo). Seguramente algo tuvo que ver el terrorismo de extrema izquierda de los años 70.
Creo queen MW de Osamu Tezuka se trata este tema (que alguien lo verifique)
Volviendo al manga, cito este blog, llamado Este no soy yo:
Para nadie es un secreto que El Capital no es un libro fácil de leer, es muy denso, aunque eso sí, posee una base analítica y teórica que actualmente se encuentra muy vigente, sobretodo con la crísis actual,
Es lo mejor que he leído sobre la aparición de este manga. La mayoría de sitios, de páginas, de blog son fáciles de hacer: copipegas una nota de prensa y a vivir que son dos días (y uno que nos lo hemos pasado viendo al Doctor Torreiglesias... me da miedo ese tipo; no, angustia). En ese blog, el bloguero se moja un poco: "no es un libro fácil de leer" es más que el resto de webs o que lo que dice la prensa generalista.
Es por lo que se me ocurrió escribir este mensaje: El Capital es una obra inacabada. Parece ser que ni Marx sabía qué hacer. Hizo un tomo o unos episodios, no recuerdo cuáles pero creo que no en orden, que estarían acabados. Lo demás estaba a medias (en parte por cosas como esa nadie sabe qué vendrá tras la revolución socialista y la destrucción del Estado ni cómo se llega a eso, y por eso se ha interpretado de mil maneras...)
Luego se murió. Se recogieron los papeles y se les intentó dar una forma publicable. Marx es como Tintín a esos efectos, porque siempre ha habido un público fan ávido de novedades, así que siempre se han sacado papeles y papeles encontrados por ahí.
No es una novela. Es un libro de Economía (pero sin Matemáticas: aún no se aplicaban mucho a la Economía, y además parece que a Marx no le iban): trata sobre el salario, la mercancía, esas cosas (resumen aquí: ostras, otra vez, rebelión.org... ). Marx era un tipo enérgico, así que es posible que esté trufado de párrafos memorables con diatribas suculentas contra ideas que él viera erróneas. Para mí que a Marx le molestaban los errores intelectuales, sobretodo si eran mantenidos erre que erre. Probablemente, por ese afán de pulir la obra nunca la llegó a acabar. Y, seguro que era tema de blog... Marx intentó hacer una enciclopedia (se puso a investigar sobre los tipos de propiedad de la tierra de nosecuantos paíse, sobre los abonos...)
¿Será mejor el libro que la película? Aquí parece que está la colección entera (hey, es legal... ¿o es para destruir el Capitalismo? No, es que es un libro de dominio público).
Mi opinión es que adaptar eso al manga requiera unas grandes habilidades para convertirlo en un texto legible. Por otro lado, se trata de unos pocos tomos.. me imagino que el manga lo tendrán que alargar. Otra posibilidad es que se trate de un manga que mantiene el título y algunos datos del original pero que invente una historieta totalmente diferente.
Supongamos que la editorial esté vinculada a la oposición comunista, ¿vale? En ese caso, es una iniciativa muy impactante: el jefe de gobierno de Japón es un político conservador y otaku confeso pero el manga de moda (en los medios de comunicación, no entre la gente) es un manga basado en la obra del gran ideólogo en el que se basa el partido de la oposición.