Hemos tratado lo de los anuncios muchas veces, así que ya sabéis que nos gustan los anuncios, sobretodo, los de las revistas pequeñas Pulgarcito y Copito, respectivamente de 1981 y 1980 de Editorial Bruguera... nada, unos meses de diferencia... Sobretodo los de los Copitos nos encantan.
Pero los de otras revistas pequeñas también nos gustan.
Pues hemos encontrado otro. Ahora en una revista grande, así que no es un auto-anuncio.
Verdaderamente no sé qué sentido tiene anunciar en la contraportada que hay una revista muy maja que es la que tienes en las manos: si ya lo sabes. Y encima, no se anuncia el contenido en plan gancho, cosa que Spirou Ardilla en 1980 o Tintín en 1981 sí que hacían. La verdad es que, cuando miro revistas temáticas tipo de viajes o de cocina o de informática y veo que se pierden dos, tres o cuatro páginas en el índice de lo que hay, en una portada que no llama la atención y en anunciar al final lo que vendrá en el próximo número, pienso... están acabando con los bosques y encima nos cobran como si fuera una fiesta.
Son índices como si de eso dependiera el Orden Galáctico o algo así: alto ahí, que nos dejamos el sumario, paren máquinas, los asteroides se salen de las órbitas, colisionan con... ¡hemos pérdido Júpiter!
Me pregunto cuánta gente de los compradores de revistas las conservan, las mantienen o incluso revisan sus índices la primera y presumiblemente única vez que las leen o en sucesivas ocasiones.
Me pregunto por la utilidad del cebo para comprar la siguiente revista con el índice.
Es como esos ridículos tests de las revistas de RBA. Se ve que solamente sirven para despedir a la gente. La experiencia lectora nos lleva a comprender que han servido también para empobrecer los contenidos de las revistas.
En Super Tio Vivo número 105 de Editorial Bruguera se publicita la revista Copito de la misma editorial. Eso sí que no va a cambiar: es autopublicidad dentro de la misma editorial aunque sean de diferentes revistas. Y ya es mucho.
Me gustaría un montón conocer al genio o genia que hay tras esas publicidad: toman viñetas reales de una historieta, les ponen unos bocadillos distintos para que combinen con la publicidad ¡y queda perfecto porque usan la misma tipografía mecánica! Bruguera vale un potosí.
Ya, y ahora querréis la fecha de la revista... este... Pues toma, listotoorooooo, que en la mancheta solamente pone el año "1981". No indica ni el número en este tipo de revistas. Se espachan con "NÚMERO EXTRA", salvo en la contraportada con el número real de la publicación en un circulito en la parte superior derecha, en la parte de la grapa para entendernos. Ese circulito con su número tiene que recuperarse como gran tradición útil. Estaría bien saber colocarlo en el blog y que se actualizara solito con cada nuevo mensaje.
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