Antoni Guiral tiene un libro que jamás ha osado volver a publicar, pese a su innegable interés: la Terminología en broma (pero muy en serio) de los Comics. Lo publicó ¿autoeditó? Ediciones Funnies, en un formato pequeño, de unos 20 cm de altura tipo lo que entonces eran los Fanhunter Classics de Comics Forum o lo que luego serían los Bibliotecas Marvel (ah, el mejor formato, oiga: tampoco osaron sacarlos luego en color)
Entre montones de datos interesantes, de tal manera que lo podría ser un aburrido diccionario se convierte en un pre-guión para alguien que quisiera hacer un monólogo cómico sobre la edición, el sector del libro o los tebeos, hay uno del que discrepo: "hay que poner índices", y cito de memoria porque no sé dónde tengo el libro. Intuyo dónde pero es que, ya me disculparán si no saco el toro y me lío a mover palets con el calor que hace.
Para mí, un índice es un medio para perder espacio aprovechable para incrustar otra página de chistes, en mi mentalidad brugueril, tebeística, valencianística.
Excepciones: las de Biblioteca Marvel (si lo digo siempre) porque meten el nombre original de la revista, número, fecha de publicación (aunque la real fuera dos meses antes, sirve de guía), autores... y las de la revista Mortadelo de 1984 a 1986, de Editorial Bruguera (pero es que son palabras mayores del humor): no es un índice de contenidos sino un listado de la plantilla con sus caricaturas que comentan en plan juegos de palabras algunas cosas. No indica en qué página salen sus personajes ni nada. Así que un estilo tiene mucha información jugosa y la otra son chistes.
El resto son tostones que no me sirven. Y a los que tiran los tebeos tras leerlos, aún menos.
Pero es que mi experiencia no podía ser peor. Aparte de haber visto de reojo algunos de aquellos espantos de montones de texto en blanco y negro oscurecido de los Cimoc y similares, ¿quién se miraba los índices?, es que sí tuve ante mí páginas 2 de revistas de Ediciones B-Grupo Zeta, con inservibles índices en los que ni salía todo ni se comentaba todo lo que enunciaban en el índice... o te ponían cuatro viñetas solapadas porque "hace más moderno" seguramente sin orden ni concierto. No eran capaces ni de pergeñar un mini-guión con viñetas seleccionadas sacadas de diferentes páginas. Tampoco hay referencia a número de página ni a autores porque eso se lo evitan siempre que es posible, salvo honrosas excepciones, en las revistas de Ediciones B-Grupo Zeta.
El Pulgarcito número 29 de 1987, pienso que de principios del verano, es un ejemplo claro.
Nunca hablamos de los rotulista. En el cajetín verde los indican: Rosa M. Mestres y Carmelo Garmendía. Supongo que era para los bocadillos escritos a mano pero igual también lo eran para los mecanografiados.
Él sale mencionado en Tebeosfera como rotulista.
Ella no aparece. Me sale una poetisa.
Es un nombre bastante común... puede que por eso me suene tanto.
He puesto el principio de una historieta de Pulgarcito del Equipo B. Pensé: hombre, podría ponerla toda. No me ha dado la gana porque eso ni es Pulgarcito ni nada. Puede ser otro personaje. Es copiar el estilo de los fondos, dibujar a Pulgarcito y a Medionecha como buenamente se pueda, con las cabezas distintas, darles guiones ajenos a lo que eran (entre aventuras y cuentos) y ponerlos en contextos meramente de "niños que cobran por vigilar perros" y otras mentiras inexistentes en la vida real y en las historietas de Pulgarcito.
Volved a mirar el cajetín verde de créditos y retened lo siguiente: Alvagraf C/Gerona, 6 La Llagosta (Barcelona)...
He visto el lugar: una nave industrial pequeña para lo que parece el volumen de producción en una localidad cercana -10 minutos en coche si llega- a Parets del Vallès donde estaba la imprenta oficial o Talleres Gráficos de la Editorial Bruguera. Está cerca de la localidad de Ripollet, a unos diez minutos en coche, donde hay otra imprenta similar, ídem en Montcada i Reixac (localidad pared por medio) con otra en la que se imprimían varias revistas de Comics Forum. Un radio extremadamente pequeño con industrias y naves industriales que pasan desapercibidas pero que son las minas de donde salía el platino. Y, aquí, sin saberlo.ec
En ese lugar, junto a una vía de tren por la que, desde esas épocas, de 1987 o 1988, comenzaba a existir una estación de cercanías, es donde se imprimían montones y montones de tebeos de los años 1980 y 1990.
En el 2019, ya no existe esa imprenta. Está el bar de la Asociación Rociera.
Pero... imaginad que los almacenes tengan aún palets con material de la imprenta, entre ellos, tebeos... solamente imaginadlo. ¿Y si hubiera 4 o 5 palets de libros y tebeos? ¿Y si se pudiera acceder a ellos?
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