20161108

Supernova ¿el sarcástico es Víctor Mora?

Data Estel·lar dobranova Dimarts 20161108

Como sabrán los lectores habituales, estamos dando un repasillo a varias revistas SuperMortadelo de los años 1970. 

Que sí, que ya lo sabemos todos: que está todo escaneado por internet y que... ¡que me dejéis en paz, pelmazos! Aquí hacemos citas de textos para ilustrar contenidos. A eso vamos: 

Nos encontramos en la revista SuperMortadelo número 22, es decir, una revista de la primera mitad de los años 1970. Editorial Bruguera hace una apuesta por la innovación en esa nueva publicación (y en otras) y opta por un personaje de nombre "moderno" (una supernova es una estrella "mú'gorda") para una protagonista femenina -insólito- en una serie de aventuras -insólito-, y se opta por José Bielsa o por Edmond, que tienen un estilo "muy" realista cuando quieren, según cómo, fotográfico pero ágil.-insólito. 

La chica fuma, lo que supongo que en las cortas entendederas la convertían en muy moderna, muy joven y muy libre en vez de un foco de infección y contaminación, además de una yonki del capitalismo (por tanto, ofrecido también por los antiguos países socialistas, y cultivado y promovido desde Cuba), consumidora absolutamente cautiva de una de las más adictivas drogas; algún día tendrán que responder penalmente los políticos por permitir que siga siendo legal el tabaco.


De todos modos, la protagonista no deja de ser una espectadora bastante pasiva en las mayoría de páginas que he visto -no son muchas-.

La historieta parece un documental o un reportaje tipo Informe Semanal de la época, histórico programa de Televisión Española o TVE que comienza sus emisiones hacia 1973.

El contenido de dicho programa fue durante mucho tiempo: hambrunas y guerras y supongo que algunas imágenes espectaculares. 

El contexto de las noticias de la España del tardofranquismo es el de "qué pasa ahí afuera". Me temo que el interés por las noticias de "Internacional" cayó en picado desde los años 1990, conforme crecía la chulería de los nuevos ricos, el ombliguismo (nacionalismo, llamadle como queráis)  y el interés por desinformar de los nuevos conflomerados además de los procesos para rebajar costes a base de elminar corresponsalías (aún más durante las dos primeras décadas del siglo XXI).

A nivel exterior, el contexto es el del paso al desespero ante las guerras tribales, las hambrunas y los genocidios y dictadura partiendo de  la previa esperanza y expectativa ante la descolonización del planeta, cosa que suelen querérnoslo reducir a "África y regiones de Asia" pero incluye Oceanía, islas de las Antillas... en fin, todo el planeta excepto las cuatro o cinco potencias imperiales, coloniales y neocoloniales (como Estados Unidos) que esquilmaron el mundo y siguieron haciéndolo luego (Gran Bretaña, Francia, Bélgica, etc. )... me dejo Portugal pero es que es un caso aparte. Junto a la URSS, todos esos Estados antiguas metrópolis (=capitales coloniales) fueron los causantes de no pocas guerras y dictaduras a base de azuzar a unos contra otros por el petróleo, el azúcar, el lino, los diamantes, el carbón, el oro o lo que se terciara.

Ahí es donde aparece el gran protagonista de esta escena: Mister Drogger, un periodista de más edad que la protagonista, desencantado, cínico digo sarcástico, pesimista y que además tiene alguna clave para resolver el episodio pero esas páginas no las hemos insertado, aunque sepamos que Ediciones B-Grupo Zeta, o quien gestione los derechos de Víctor Mora o de José Bielsa no estarán intereesados en publicar un integral de Supernova, porque lo hubieran podido estar 2, 5, 10, 15, 20 o 40 años antes de la muerte de Víctor Mora en agosto del 2016.

El sarcasmo es ironía mordaz o burla sangrienta según la RAE (definición patética que no sirve, claro, ¿y cobran por esas definiciones?)


Nótese a continuación el estilo de documental: mapa en inglés (porque parece más "real" de documental o de película), referencia a la zona de Sequía (el Sahel, un nombre popularizado por al prensa española a principios de los años 1990 y luego caído en el olvido), imágenes espantosas y espectaculares idénticas a las de un Informe Semanal de los años 80 (época de Etiopía) y que también debieron de ser habituales en años anteriores o en la prensa gráfica. 

Tenemos a ese Víctor Mora comprometido con "el populismo" (que diría la derecha, pese a los estudios de Gasto Nacional, de Presupuesto o de cualquier tipo de Frontera de Posibilidades de Producción o de Consumo): el gasto en armas es lo que no se gasta en comida y medicinas. 


Estamos llegando a la mitad de los años 1970: para entonces, cuando la tele tiene un canal o el segundo canal no llega a todos los sitios (ni llegará durante los próximos años 1980), y cuando la emisión no dura ni mucho menos todo el día, y ni siquiera todas las horas diúrnas, no suele haber programación Víctor Mora ya es capaz de hacer decir que la influencia de la tele es como un chicle, un entretenimiento, que "la gente lo verá por televisión y no pasará nada ¡Nadie moverá un dedo!" ¿Fue idea propia o importada de otro país con mayor experiencia televisiva? 

No sé si tiene conexión a "la revolución no será televisada", esa extraña frase que tiene su explicación pero ¿a alguien le importa? Si los medios de comunicación son plataformas desde el poder establecido, lo lógico es que impidan dar noticia sobre cambios relevantes. De hecho, es habitual que la toma de la emisora de televisión sea un peldaño estratégico durante el asedio a una ciudad. La televisión es importante para el poder, porque los medios de comunicación de masas lo son para informar, formar y/o deformar a la población-audiencia. Precisamente escribimos esto en noviembre de 2016 con el sitio a Mosul contra el DAESH por parte del ejército de Irak y sus aliados. El 20161101 se informaba de la toma de la televisión. cuya noticia dice:

Las fuerzas iraquíes entran en la ciudad de Mosul por el frente oriental y toman el control de la emisora de televisión estatal.

Se trata del primer edificio importante arrebatado al grupo Estado Islámico en la ciudad en la que hace dos años autoproclamaron su califato.

Y, sin embargo, es cierto, y Víctor Mora ya lo hace decir al escéptico y desencantado periodista, que la televisión no moviliza por sí misma. Más aún, atisba que lo ofrecido en las imágenes se olvida pronto.



En los años 1970 el voluntariado no estaba ni mucho menos tan extendido ni eran tan conocido como lo fue en la más opulenta sociedad española y con necesidad precisamente televisiva de lavar su mala conciencia a base de telemaratones a finales de los años 1990 y tras la campaña por el 0.7% (ceder el 0.7% del PIB de las Administraciones Públicas para ayuda al desarrollo)  de hacia 1993-1994, con una acampada larga seguida por los medios de comunicación y que no tuvo repercusiones reales en los presupuestos públicos más allá de cuatro menciones a que intentarían poner el 0.7% para el desarrollo o alguna empresa privada que vendió el mismo humo. Pero fue el punto de partida para que los anuncios esmirriados de ONGs pasaran a tener más espacio en la prensa, aparecieran por fin en la tele y sus campañas tuvieran repercusión mediática. Desde adopción de niños indios (con escándalo posterior porque no se sabía que pasaba con el dinero que era lo que se enviaba), construcción de pozos en el Sahel, etc, etc... hasta envío de voluntarios a diversos países nunca se supo si, como cuenta Víctor Mora, por buena voluntad (anticipada por la idea de los misioneros) o como enrolamiento en un trabajo para hacer currículum, que de todo hay... 

Puede que el periodista Mr Drogger pudiera incluso ser más sarcástico, y sospechamos que la versión que dio Jan en su trilogía de Lady Araña (hacia 1997) sobre las ONGs y los voluntario (el chico de Sabadell, y la monja) sea aún más desalentadora.

En todo caso, queda claro que en apenas 3 páginas, el guionista Víctor Mora logró soltar una cantidad ingente de conceptos tanto a nivel de información, de noticias, como de planteamiento de una forma de hacer historietas, de plantear debates que entonces sonaban a nuevos y aun hoy lo parecen si no hemos querido escucharlos, y que plantea como si fueran nuevos géneros en el comic, o al menos poco utilizados, no tan lejos de ciertos álbums-reportaje de Tintín pero siendo más directo: muestra los hechos y además se permite sacar a un personaje comentando sobre los mismos y sobre las repercusiones de sacarlos a la luz pública. 

Si alguien se plantea -yo lo he hecho- por el caso paralelo y posterior del Corsario de Hierro, aunque bien es cierto que es un sucesor del Capitán Trueno (un descendiente, pensamos algunos, y por eso se parece), no es menos cierto que los malos no son derrotado como en el Jabato o el Trueno o el Corsario Verde. Pese a que se mantiene la comicidad habitual, e incluso se intenta la del Sheriff King, hay un drama imposible de revertir: Lord Benburry fue y es la Mano Azul y sigue con su mano azul y en la cúspide de un poder del que jamás cae. Sus crímenes han sucedido; a los que ha asesinado no pueden regresar de la muerte... 

Puede que lo hayamos escrito antes pero no está de más repetirlo: Puede que fuera la experiencia de algo que estaba sucediendo: Franco moría en la cama rodeado de cámaras de televisión. No había habido revueltas populares desde 1939 ni ningún intento serio de acabar con la dictadura. El poder militar, policial, de espionaje, represivo, el genocidio social, el adormecimiento de las ideas de la población (usted haga como yo y no se meta en política; el apoliticismo, la falta de compromiso como gran valor de uso); y los crímenes olvidados, sepultados, olvidados, acallados.

Todo eso es posible que no hubiera sido posible sin el Capitán Trueno pero también sin el compromiso o el interés político (en la lucha antifranquista, en el PSUC) y sin la inmensa curiosidad como de poner ojos grandes y de sorpresa que nos sugiere el leer aquí y allá textos de Víctor Mora.

Y eso y más era Víctor Mora y algún día esperemos poder comprobarlo... si existieran los editores.