20161122

El Tebeo del Saló 1991

Data Estel·lar catalogotebeística Dimarts 20161120

Nota previa: llovió media hora. Trenes averiados, un tranvía (si no hay más) que atropella ancianas, colas kilométricas incomprensibles en autovías, carreteras principales y secundarias y calles. Los responsables políticos y técnicos de Transporte de todas las Administraciones continúan cobrando.

El Tebeo del Saló fue una publicación que el Saló del Comic regalaba con cada entrada o permitía obtener a cada uno de los asistentes al Saló del Comic de Barcelona. 

Era una gran idea: una gran oportunidad de tener un panorama amplio, aunque nunca completo por lo inmenso del sector: ¿10 editoriales? y por criterios editoriales, intelectualoides... en fin, los gustos de los que mandan son los impuestos.

Dicha publicación podía ser la vía de entrada de nuevas ideas a las mentes de los lectores. ¿Lo fue? 
Podía ser algo suculento o podía ser un tostón.

En el 9è Saló del Comic de Barcelona, que fue en 1991, se publicaron algunos reportajes, seguramente vinculados a gente premiada, o a exposiciones de homenaje a Vázquez, la Escuela Valenciana o el comic británico (al final, para ser la tópica cuña de entrada de los dos o tres popes de siempre, los Alanmoores, porque eso se ve que es para adultos y no esas cosas pá chinorris: el criterio intelectuaolide siempre)




La portada es de Martí Riera, uno de esos historietistas muy bien valorados por los que mandaban, que no me gustaba, que me da angustias de ver sus dibujos (la portada es soportable), que leído aún me gusta menos y que no sé qué será de él ni me importa. Será mutuo.

Te colaban esto en los salones de aquella época y uno no hacía más que preguntarse por qué y cómo pensaban que así se iba a hacer popular la historieta. Los del Saló del Comic lo hacían para ellos y los moderniquis-diseñalonautas y tenían que demostrarse a ellos mismos continuamente que el comic es un medio adulto, hecho por adultos y para adultos, y ¿qué mejor que el underground y los guiones sucios para demostrarlo?

Luego, dentro del catálogo te metían algo de autores exbrugueriles o "para todos los públicos". De superhéroes, nada, que son feos. Luego nos los han metido hasta por las orejas. Por lo mismo: porque los mandan consideran que blablabla.

En realidad, esos articulillos volvían a ser sus fantasmas personales: ¿cómo no vamos a homenajear y hacer el funeral por tal autor y tal escuela de dibujo que tanto nos gustó cuando éramos pequeñajos pero que está pasada de moda? Eso lo podían argumentar sin decirlo. Lo que había detrás es que no supieron nunca adaptarse como sector económico a las nuevas generaciones y perdieron a los "tiernos infantes".

En próximos artículos, vamos a ver algunas paginillas de esa publicación de 1991.