20151009

Un ídolo

Data Estel·lar copiona Divendres 20151009

Voy a hacer algo inusitado, peligroso porque nos gusta el riesgo: hoy la maginoteca copipega entero, con lo mal visto que está lo de copiar en internet pero no en los exámenes de las universidades, el artículo de contraportada de El Periódico de Catalunya del jueves 20151009. Su autor es Ernest Folch. Dudo mucho que jamás consiga escribir mejor y más claro, así que merece la pena recordar este texto que traza con una seguridad pasmosa la silueta del entonces Presidente del Gobierno de España, Don Mariano Rajoy Brey.

Lo que dice Ernest Folch lo suscribo casi por completo y lo vengo comentando hace muchos años, desde el 1998 o por ahí, cuando sacaban a Rajoy robándole los puros al Aznar en su despacho cuando se iba de viaje por el extranjero. 

POR FIN ALGUIEN CON PODER DE INFLUENCIA EN LA COMUNICACIÓN Y LA OPINIÓN PÚBLICA NOS DESVELA EL LEGADO DEL LÍDER.

Rajoy era ministro de Administraciones Públicas. No hay constancia de que hiciera nada, pero el tío cobraba mucho. Luego Aznar estuvo mareando la perdiz hacia el 2003 sobre su sucesor en el cargo (el dedazo de Aznar es la democracia en su más amplia expresión), y que si Rodrigo Rato (no, porque era muy listo), que si Álvarez-Cascos (no, porque era muy ligón). Tuvo suertecilla Aznar porque a ambos los trincaron en casos de corrupción. Álvarez-Cascos no estaba saliendo de su ministerio que ya tenía cuadros ¿para las áreas de servicio de las autopistas o algo así? Una cosa muy rara. Una pena. Luego se ha montado por su cuenta con el FAC (Foro Asturias Ciudadanos o Francisco Álvarez-Cascos Fernández). Luego el listo de Rato se pasó de ídem, pero los jueces le permiten seguir llevándose el dinero a Suiza en octubre 2015. Rato pasó por el Fondo Monetario Internacional en plan Rajoy, cuando aún no era conocida su gran aportación a la humanidad. 
[editado 20211207: en junio de 2019 dimitió en un bar con café, copa y puro]
 

Un recordatorio para los que no lo hayan vivido o lo hayan olvidado o nunca lo hayan querido saber: Aznar es el fabricante de la peor crisis que ha vivido España: fomentó la disgregación territorial y dio carta blanca y pábulo intelectual (FAES) a la recentralización,  a acorralar la Constitución  convertida en algo que se adora pero que está encerrada en una torre inaccesible y además fomentó el anticatalanismo militante, además de crear la burbuja inmobiliaria con la ley del suelo y crear monopolios privados a base de privatizar empresas públicas que se habían modernizado y funcionaban de manera bastante correcta (Endesa, Telefónica, Iberia, Retevisión, etc.)

Es decir, no la conocía el vulgo, porque yo sí la conocía y me he hartado de decir que Rajoy es mi ídolo, un manta que pasa de todo y que ha llegado y se mantenido en lo más alto (por eso lo caricaturizaban como el robapuros del Aznar en Los Guiñoles del Plus, programa de sátira política censurado por el régimen con censura aceptada por el Grupo Prisa). Es alguien que sólo se ha demostrado adecuado para generar problemas, paro, pobreza, desigualdad, para privatizar el Sol, para ensuciar el medio ambiente, para destruir la convivencia, y eso sin moverse del sofá, y cobrando más en un día que varios de nosotros en un año. Un genio. Un figura. Alguien a imitar, un ídolo. Es el ni-ni de la alta política: ni come ni deja comer. En fin, que lo explique el periodista. Ah, y luego decían de byVázquez: aprendiz.

Tras comentar la noticia a quien no la había leído, me dijeron: "Rajoy es un típico jefe de los que he tenido: cobra mucho y no quiere tener ninguna de las responsabilidades de su cargo". Eso añade una nueva dimensión que el artículo de Ernest Folch no trata: Rajoy representa en su estulticia a una grandísima capa social, inmensa y que inunda de incompetencia todo lo que toca.

Sección Al Contraataque (artículo de contraportada de El Periódico de Catalunya). Fecha: 20151008.

Como es habitual, los subrayados son míos pero los cedo gustoso y generosamente.
Ernest Folch

Editor (de El Periódico de Catalunya)

La vida según Mariano

Jueves, 8 de octubre del 2015

No sucede casi nunca que una sola persona encarne toda una filosofía de vida. Y es todavía más inaudito que quien logre un prodigio de esta magnitud sea además una persona que destaque no por su brillantez sino precisamente por su mediocridad. ¿Quién habría podido sospechar que aquel mediocre registrador de la propiedad en Santa Pola convertido después de un cúmulo de mediocres coincidencias en mediocre presidente del Gobierno pudiera representar a la postre un modo de entender el universo en su totalidad? Mariano Rajoy no entrará posiblemente en la historia de la política, pero la filosofía le reserva un espacio de honor, al lado de los presocráticos más puros.
Ahora que hay indicios para sospechar que la vida política de Mariano toca a su fin, es hora de reivindicar su legado intelectual, que además de trascendente ha sido rupturista: acostumbrados como estamos a reclamar hombres de acción, Rajoy ha hecho realidad una de las grandes disrupciones del pensamiento occidental, que se resume en tres sencillas palabras: no hacer nada. Según Mariano, los problemas no se abordan, se pudren. Los conflictos no se resuelven, sino que se aplazan [ver nota 1]. Las decisiones no se afrontan, sino que se olvidan. Su proverbial y mágica inacción ha logrado engordar el procés en Catalunya hasta límites insospechados. Y al mismo tiempo ha conseguido, con su temple, desesperar a las hienas que le acechan desde el flanco extremo-derecho, y que están a punto de autodestruirse, víctimas de la célebre táctica mariana: los enemigos se cuecen en su propia salsa. Tiempo al tiempo: el marianismo quedará como una nueva corriente de pensamiento que dejó demostrado para la posteridad que la procrastinación puede ser una manera altamente eficaz de resolver una crisis, sea la que sea.

PENSAMIENTO INEXPLORADO

Y es que la innovación mariana lleva a dudas inéditas sobre la existencia humana y abre vías de pensamiento inexploradas hasta la fecha: ¿y si la mejor forma de abordar los problemas fuera justamente no abordarlos?, ¿y si fuera cierto que todo, al fin y al cabo, se resuelve solo? Ya ven, la filosofía logra una de sus cumbres por obra y gracia de un pensador gris, ejemplo de una de las grandes paradojas marianas: también la mediocridad conduce a lo más alto. Este genio ha logrado sobrevivir al festival de corrupción más espectacular jamás destapado, a un proceso de segregación de su propio Estado y a una de las plusmarcas mundiales de parados, ¿y saben cómo lo ha logrado? Haciendo lo siguiente: nada. Y es que Mariano se va, pero quedará su obra imperecedera. Después de él, los silencios parecerán profundos pensamientos, la inacción se elevará a la categoría de estrategia, y el aplazamiento parecerá de repente una virtud. ¿Qué ha llevado a Mariano Rajoy Brey a lo más alto de la historia de la filosofía? [ver Nota 2] La respuesta es muy simple: nada.

NOTA 1: leáse el libro Franco, escrito por Paul Preston: exactamente dice eso, que Franco no movía un dedo, que aplaza decisión hasta que no queda más remedio que hacer algo. La no decisión como toma de decisión, por otra parte, está estudiada en la Ciencia de la Administración.

Ejemplo extendido y local: la ausencia de política de vivienda pública entre 1940 y 1965 en localidades con fuerte inmigración. Franco sólo actuó en Sabadell, por ejemplo, a raíz de las inundaciones del año 1962, y tras muchísimos años de cartas y solicitudes de un ayuntamiento que no tenía competencias, y de obras realizadas por empresarios. Costó miles de muertos pero eso ¿a Franco y los franquistas les iba a imprtan lo más mínimo? Rajoy, por tanto, es un digno sucesor de Franco en ese sentido y en otros. 

NOTA 2: otros filósofos en el poder fueron el emperador romano Adriano en el siglo II, que cambió el curso de la Historia al llevar al Imperio Romano a su máxima expansión. Y su sucesor, Marco Aurelio, filósofo estoico, vencedor de bárbaros a los que comienza a integrar en su imperio.

Lenin también era intelectual pero igual no gusta que se comente.