20141108

Tres de Ja-ja: el primero de Potasa

Data Estel·lar quenotanto Dissabte 20141108

Había una vez por el 2006 que alguien se compró 3 libros de Ja-ja, literatura de humor le dicen, a precio muy razonable, osea tirados de precio, publicados apenas 3 años antes, en el 2003, en la Colección Clásicos del Humor de la editorial Temas de Hoy... que "hoy" publique cosas de "ayer" es para decir que ya lo pensaré... "mañana".

Desconfío por defecto de los libros presentados como "de humor". Por experiencia. Es como cuando me topé con El negro que tenía el alma blanca y cosas así.

Los tres autores eran conocidos: Edgar Neville, Miguel Mihura y Enrique Jardiel Poncela.

No estaba equivocado: desconfíe..

El libro Don Clorato de Potasa es tan excesivamente mediocre que acredita que su autor, Edgar Neville, fuera considerado un gran humorista porque hace los chistes facilones de siempre con los temas habituales de adulterios, erotismo y casados. Por esto ya podría ser considerado del genero bodrial español, tan copiado en todo el mundo; claro. Además, sin embargo, nos muestra la vida de padre, madre y muy señor mío, libertina y en libertad que ostenta y mantien la élite social que conforma la claca de la ultraderecha que mantiene al Franquismo,  Este libro debería ser todo un referente para ello y oponerlo a la falsa austeridad de la extrema derecha habitual y de las Semanas Santas sin radio ni música y la maledicencia tradicional y anquilosada y extremada hasta finales de los años 70.


El libro se acaba en cuantito los protagonistas desmienten llamarse así: ni Don Margarita de Borgoña, don Clorato de Potasa o el Burgomaestre. Declaran que son nombres para ir de fiesta. Ahí se acaba el libro, en plena página 57 en las 4 primeas líneas del episodio (XI) Cambio de nombres:

-Ya no me llamo Margarita de Borgoña; ése ha fallecido; mi verdadero nombre es Adolfo

Hum. Lo que implica que los ricos IBAN DE FIESTA. Puede que trabajaran, o lo que ellos consideraran así, pero lo que es innegable es que iban de farra.

Olvidable en su mayoría, apenas vale la pena destacar la p207:

A América no había venido  <>, ese tema dramático europeo. A Estados Unidos sólo habían venido gentes retrospectivas, sin hambres atrasadas. Ello había sido la causa de que desde el principio, la vida americana tomase un ritmo burgués.

En el resto de la página 207 y 208, Don Clorato de Potasa/Edgar Neville parece opinar que le molan los Estados Unidos y New York:

Aquella masa cosmopolita de Nueva York daba a la ciudad el verdadero sello americano.

Nótese la postmodernidad de la frase: Los Estados Unidos se forman por aluvión de procedencias del exterior. Es el no ser americano, el no tener raíces allá, el no ser del terruño, lo que convierte en propio del terruño americano como si fuera algo enraízado allá.

Esta América maravillosa, llena del sentido de la actualidad, era la que admiraba Clorato la que amaba de todo corazón.

Obvia la América interior, tradicionalista, etcétera.

Por cierto, el autor menciona unos debates de cosas de leyes (había estudiado Derecho), de política donde tiene cabida "el pequeño país con el que estaban en guerra", tan distinto de cualquier tertulia de radio o tele donde todos están en un lado y, a lo sumo, otro en el opuesto o casi-opuesto, y ningun matiz,  para ejercer el debido pimpampum. Es increíble tanta alabanza (¿por el origen inglés de su padre?) hacia el sistema de debates junto a tanta hipocresia en alguien que publica Don Clorato de Potasa en 1929 (dato hallado en p529 de Homenaje a José María Martínez Cachero en El canto de las sirenas: (páginas de investigación y crítica  por José María Martínez Cachero) para pasar luego a alistarse en las filas franquistas en 1937 para pasar a ser fue, en 1940, donde ejerció labores de propaganda cinematográfica para un régimen que negaba la posibilidad de debate entre más de una idea.

Dionisio Ridruejo era el director general de propaganda y se jactaba de que su despacho y sus actividades eran las menos tendenciosas de la recién dictadura franquista, que ya es decir. Dice que en en su despacho había libertad para hablar de todo. No, nene, no, si el problema es lo que soltabáis en los medios de comunicación de masas y lo que sucedía una vez hablado. Ridruejo, se cuenta por ahí, acabó en una especie de exilio interior en Sant Andreu de Llavaneres, o sin poder salir de Catalunya. Datos extraídos de: Edgar Neville y el cine (algunos testimonios) por José Romera Castillo, publicado en la revista A Distancia, de la UNED, en otoño 1997.

Nótese: ni un gag, y ya hemos citado varias frases.

Pues es como un leit-motiv de la llamada literatura de humor. soltar pedanterías pero poner en la contraportada que te ríes mucho. Schopenhauer aún daría conciertos de rock si no se hubiera emperrado en colocar sus libros en la sección de Filosofía.

Edgar Neville es más conocido por su faceta cinematográfica, lo que quiere decir que sus películas no se emiten en la tele ni a tiros. A poca gente conocerán ustedes que se piratee La Torre de los Siete Jorobados, basado en la también desconocida novela de Emilio Carrere. Argumenten que no valdría la pena una edición conjunta novela y DVD.

Hay quien considera, como Julio Bravo Madrid, publicado en ABC de 20070319, que se trata de una novela de vanguardia, pero yo la veo de retaguardia, de comedias cutres de joséluismorenoennochedefiesta. Los rasgos interesantes de los pesonajes son suprimidos, y lo que aparenta chispa como los viajes para no aburrirse... demonios, es que habla clases altas que se mueven en esas coordenadas de tomar el zeppelin de las 12 para tomarse el aperitivo París a las 13h:


Lo escribía Luis García-Jambrina en estas mismas páginas, con motivo del centenario del nacimiento de Neville: «No fue, claro está, un genio universal, como Lorca o Buñuel, pero sí un magnífico escritor y un cineasta digno de mejor gloria. Tal vez no escribiera «Poeta en Nueva York», por cuyo manuscrito se nos cae la baba ahora, o no filmara una película tan inquietante como «Un perro andaluz», pero por esas mismas fechas publicó «Don Clorato de Potasa», una de las mejores novelas de vanguardia, y pieza clave en la renovación del humor español».