20121103

Salón del Manga más espantoso que Midori

Data Estel·lar desil·lisionant Dissabte 201203

Tras haber asistido durante el 2012 a una especie de salón de las franquicias o algo así pensé que jamás podría entrar en una feria de muestras peor montada y con menos ganas. 

Sin embargo, ya dentro del Salón del Manga de Barcelona del año 2012 me di cuenta de que aquello se superaba. Oída alguna opinión posterior, aún me ratifiqué.

Tenía bastante ilusión. Lo del aniversario de Bola de Drac me atraía. Pero lo único que vi fue un montón de revistas viejas -tal vez sacadas del famoso palet de cosas no vendidas-, un muñeco de Son Goku, un dragón que no era de la serie (más bien parecía como de la Patum o alguna otra fiesta popular- y nada más. 

Ya al llegar tuve un primer encontronazo. ¿Para las acreditaciones? (ya había preguntado en las taquillas y me habían dicho que había "una garita" en la entrada). Pensé que era dónde siempre, es decir, donde el Saló del Comic, pero estaba en la otra acera. El segurata me dijo: "¿y la acreditación?" No, si vengo a buscarla. "¿Qué acreditación?" La mía.  ¿Por qué no hay nadie que haya aprobado la EGB con un Notable, dado que con menos es como haber suspendido a efectos de la vida diaria, puesto que no pueden seguir una conversación mínima? La respuesta: es más barato, y discutirá menos con los jefes y aceptará con alegría peores condiciones (no "las aceptará con resignación y rabia", y mucho menos "no las aceptará"). "¿De qué tipo? ¿De prensa, de....?" Prensa... ignoro si las demás acreditaciones se buscan en otros sitios pero es que si ese camino es el de ir a buscar acreditaciones ¿por dónde va uno a pasar? Pude pasar y recorrer tooooo-ooo-ooo (largo)-oooodo el patio hasta llegar a la garita, donde una chica a la que deberían haber provisto de una silla en condiciones para poderla ver y que pudiera ver al público (ah, el tema de las sillas, algo que sólo tienen en condiciones los jerarcas y nunca los que las necesitan para trabajar de curreles de verdad), me dio la tira de plástico -negro, en esta ocasión-. El resumen es que entró más rápido quien no llevara acreditación. 

Sin embargo, estuvo bien ir acreditado esta vez... pero por una cuestión triste: el Salón del Manga, que luego nos dirán que han asistido 60000 o el número fijo que tengan estipulado, no valió nada. Cuando la única figura del manga y de la historieta que uno tiene es Ferran Adrià es que no tiene nada que ofrecer. Cuando no hay limpieza ni higiene ni luz natural ni artificial ni ventilación ni aire acondicionado en un típico noviembre de transición hacia el cambio climático subtropical y saharariano, ni hay paradas de mangas, más que tres o cuatro editoriales y unas pocas librerías, menos que nunca, con espacios ridículamente pequeños... para ejemplo, el cutre cajón del todopoderoso Grupo Planeta (se ve que ha empezado a irse de Catalunya por la vía de estar poco en el Salón)... es que hay un grave y tal vez insoluble problema de logísitca, organización industrial y gestión empresarial. Ni Ficomic ni Fira de Barcelona funcionan. 

Ferran Adrià no me dice nada. Menos aún desde que lo veo implicado en juicios, en conversiones de empresas en fundaciones (las fundaciones son las armas terroristas para no pagar a Hacienda; partidos y empresas abusan de esas instituciones). Pero me sorprende que, siendo de Hospitalet, nunca lo llevaran allá; en cambio, lo hayan traído cuando el Salón se hace en Barcelona. Con o sin intención, ¿no será una de esas cosas de las que sólo este cronista se habrá dado cuenta? 

Cierto: esa zona tenía unos seguratas que sólo permitían la entrada cuando se vaciaba. Se ve que estaba bastante llena. Pero por otro acceso, se podía pasar sin problemas (lado izquierdo desde el escenario donde estaba el cocinero)  ¿Estaba llena de gente por un lado (el derecho) pero vacía por el otro? ¡Caramba! ¿Tenían órdenes distintas o contradictorias? De nuevo, una organización disfuncional.

Había más sitio que nunca -el Salón del Manga se hace donde el Salón del Turismo (SITC)- pero el contenido era mínimo. Había una cantidad grande de personal pero tampoco apabullante -primeras horas de la tarde del sábado- y, sin embargo, parecía aquellos días que uno tiene que ir con cuidado por la autopista porque la gente conduce mal y es más peligroso que cuando hay demasiado tráfico. En cambio, había amplios pasillosde 5 metros de anchura  en los lados de las paredes, sin contenido -"podrían haber puesto dibujos", oí-, sin paradas sin nada. 

Los pasillos interiores, por el contrario, eran impracticables. 

En los primeros años, se denominaba Salón del Manga, del Anime y del Vídeojuego. Pero luego pasó a llamarse únicamente del Manga. Sugiero seriamente un cambio: "Salón de la Trastería". Porque no hay mangas, y los que hay, en cantidad , variedad y stands (=paradas) ocupan mucho menos que el escenario musical sin música pero con gente tirada en el suelo -a falta de sillas...- o que el sitio aquel que olía a sopa de fideos, que igual suena muy exótico si le llamas ramen pero lo que he aprendido es que el exotismo japonés consiste en que tienen lo mismo que aquí. ¡Ooooh, comen lentejas! Psé. Si además rellenas sitio con máquinas tragap... de vídeojuegos... ¿de qué sirve que haya más espacio que "en la Farga, que se nos ha quedado pequeño"?

En realidad, una vez revisado el Salón del Manga en Montjuïc, y tras haber leído lo que dijo cierto concejal del Ayuntamiento de Barnacity, quedó claro que la causa para robar el Salón de L'Hospitalet y ponerlo en Barcelona es precisamente el "ponerlo en Barcelona"... el centralismo barcelonés, amparado por la prensa barcelonesa y por la alta burguesía barcelonesa y por los políticos barceloneses, por Convergència i Unió, paradigma del centralismo barcelonés durrante el pujolisme 1980-2003 y desde la etapa de Artur Mas. Nada nuevo bajo el sol. 

El Salón del Manga no tiene más contenido que en L'H. Pero no está en un peligroso enclave metropolitano ajeno al solar barcelonés. 

Salí sin haber comprado nada de manga... Me salió barato en este sentido. Unos caramelos de L'Univers du Bonbon... 

¿No había menos espacio para fanzines y menos fanzines? ¿No tenían menos espacio las EDT, PlanetadeAgostini o Ivrea? (Norma lo vi de lejos). ¿No eran pequeños los espacios varias paradas de librerías o de trastos. ¿Eran más caros los precios que antaño?

"Prohibido pintar las paredes" ¡Pues no seais miserables y poned papeles para que la gente se divierta! Con patrocinio. Que siempre estamos con la misma cantinela.

"Entradas. Tarjetas no. Sólo efectivo". Por tanto, dinero negro sí. Imaginemos una familia que va con los hijos y me llevo también a los sobrinos, y algún arrimado, pero que se comporten... a 6€ la entrada, pues enseguida se va a 50 o 60€... lo lógico es pagar con tarjeta. Lo demás es fomentar el dinero negro.

Espantosos los padres que van carritos de bebés (y con ellos dentro) por esas ferias insalubres. 

Pobre, triste oscuro, sucio, y con los cables esos por el suelo tapados por una cubierta de plástico, como si fuera la primera feria que se realiza en Montjuïc... Fira de Barcelona tendría que pensar en una cosa de innovación, que sé que es costosa, que nadie realiza en ningún sitio, que incorpora un alto coste en I+D+i y una inversión tal vez insospechada: hacer regatas para poner cables bajo tierra de una vez por todas que hace 30 años que están poniendo en peligro de tropezar a la gente.

La salida: la entrada no es la salida, y así estaba indicada... ejem, en las puertas que, como estaban abiertas pues no se podía leer el cartel más que una vez en el patio... así que había que volver hacia atrás y salir por un vomitorio, un pasillo cubierto de unos cinco metros de ancho por el que un incendio producido por bengalas nos hubiera achicharrado a todos. Sí, claro, eso nunca pasa, y si pasa pues sale la alcaldesa de Madrid y dice que la vida es lo más valioso y que nunca más cederá espacios públicos para fiestas (véase lo que sucedió en días previos). En Montjuïc podría haber pasado lo mismo... pero, claro la gran salida que no fuera la entrada estaba cerrada por el apartado de cocina.

El apartado de cocina eran una serie de bares donde no había japoneses. Había ese tipo de gente que trabajan de cosas de restaurantes pero que no necesariamente o, mejor dicho -según la experiencia-, lo más seguro es que no tuvieran ni formación ni ganas de cocinar. Alguien ha visto un gran negociazo basado en cómo durante unos pocos años algunas pequeñas paradas fanzineras o para-fanzineras ofrecían alguna degustación de comida japonesa o de inspiración japonesa.

La exposición de vestidos -cosplay- no estaba mal. "Oooh, qué bonito" Pero no costaba nada haber puesto caras japonesas a los maniquíes  -hay alguna tienda en el paseo marítimo de Calafell que las tiene-. O, directamente las caras de los personajes en los que se inspiran (una careta de papel).

La exposición de Porco Rosso, a mí que me la expliquen: cuatro dibujos tipo fotogramas... como lo de Dragon Ball... que pones el imágenes del Google y te salen más cosas y con más contenido. Al salir revisé el plano-catálogo por si me había dejado algo y entonces vi, horreur, que había una conferencia sobre Porco Rosso... ¡pero si fue una película de los años 90! Si ha habido mil películas, mil mangas, mil datos que dar sobre Japón como para dedicarse a esto! ¡Y la hacía Vicent Sanchís! ¿Pero qué me va a explicar a mí el Pedro Jota catalanista sobre Porco Rosso? ¿Estamos ya tan tontos? Bobo de mí, hace años pensaba que las conferencias eran gratis, una especie de donación al público entregado... ¡ja! Deben de estar muy pero que muy bien cobradas! 

El caso es que este tipo de profesionalización suprime la presencia salonera de otakus o conocederores como los que animaron por la vía fanzinera. A Sanchís lo vi ya en una charla sobre originales de Hal Foster y Alex Raymond en un Saló del Comic- y, benevolentemente, me pareció correcta pero pasado el tiempo me doy cuenta de que no aportó nada, más allá de que él y otro tenían una pasta larga para comprar originales que tienen precios inmorales. A parte de verlo y oírlo en salones, lo oigo en todas las tertulias de la radio, en las de la tele, en un programa de tele que ahora le han puesto en esta cosa de convertir a los canales locales -vía Canal Català- en un ariete del independentismo, como jefazo máximo de la tele del Barça (recaló en el Saló a las semanas de ser expulsado por cosas políticas, porque estos periodistas sólo son removidos por política, nunca por capacidades). Es demasiada salsería. Demasiado pedrojotismo. Demasiados pelmazos dando la lata.

Lo mejor era la gente. Me consta que hay quien detesta los disfraces en los salones. A mí me gusta. No forma parte de lo que yo hago. Me falta el contexto adecuado seguramente. Pero es lo que realmente ha servido para no saliese huyendo enseguida del salón de la trastería ferranadriana. Entre este tipo de gente disfrazada -cosplay- me gustan los que se nota que se han esforzado en hacerse el traje, en pensar cómo "ponerse el pelo del androide-16" o algo así. Hubo uno que iba con americana marrón y pajarita... como no conozco ni mucho menos a todos los personajes del manga pensé que hubiera metido la pata si le hubiera dicho si iba del Doctor Who. Mi frase iba a ser: "la pajaritas molan" o algo así. Lo dejé estar. Porque una cosa que me fastidia es ver con cara de oficinista aburrido de Wall Street a la gente disfrazada. En vez de estar metidos en el papel es como si fueran de civil, demasiadas veces. 

Había una chica muy animada cantando cosas sobre Sailormoon o algo así en un escenario más pequeño, con canciones que la habían marcado... un poco exagerado. Al lado de un sitio muy amplio, que tenía como una columnas -no tocar... pues fabrícalas que sean consistentes o de espuma- que era como una feria de abril que tenía relación con los kimonos y con la lotería sagrada japonesa... o sea, una rifa o una tómbola de toda la vida, pero que si dices lotería sagrada japonesa ya es muy exótico. En total, eso supone unos 200 metros cuadrados sin mangas... como muestra de por dónde iban los tiros.

Las paradas de Casa Asia o del Consulado General de Japón o de Japan Foundation directamente se pueden suprimir para otra vez. No hay nada que valga la pena. No aportan nada. En su sitio, más contenedores porque todos estaban llenos a rebosar. Cuatro folletuchos que se pueden ver por Internet y que te escriban el nombre en japonés. El Japón... potencia económica del planeta, del G-8, que se sobrepone a tsunamis y explosiones nucleares pero que lo único que puede ofrecer son "tu nombre en japonés". Las fuerzas de Casa Asia, por otro lado, se debieron agotar el día en que David Hernando dio su conferencia sobre los 20 años de Bola de Drac. A mí me gusto esa conferencia de hace semanas, pero por la calle iba oyendo a dos o tres grupos -es raro que suceda porque la gente se desperdiga- y comentaban que para ese viaje no se necesitaban alforjas, que venir a decir que habían sacado unos tomos de las primeras historietas de Bola de Drac, y poner un vídeo sobre el aniversario y cosas básicas -muy básicas- sobre el manga y sobre la edición -comicbook, album, "formato grapa" porque la palabra revista está prohibida, tankobon-, pues que era muy poco.

Desastre de la Fira de Barcelona en cuanto a cantidad de lavabos, en un tema que se repite en cada feria de muestras a las que uno puede asistir. En el Saló del Comic incluso la limpieza de los lavabos es una utopía. En el del Manga se necesita, además un espacio tipo camerinos o cambiadores de tienda de ropa para los que tienen que acabar de disfrazarse... como pasó con los del concurso de Cosplay, los que estaban tras una valla y ante un decorado (¿realizado por ellos?) en la zona de la música. 

Sobre la zona de escenario musical sin música y sin nadie en el escenario: fallo garrafal. Pasa mucho -véanse las fiestas mayores- que los escenarios estén aburridamente vacíos. Si nos vamos a una escuela, veremos que el escenario está planificado minuto a minuto. Se aprovecha todo el tiempo disponible. Demonios... no hablo de una empresa de espectáculos sino de lo que sucede en escenarios de teatro o musicales de las escuelas. En el Salón del Manga, hubo demasiado rato -los diez minutos que estuve por allí dando vueltas- sin nadie en el escenario, ni grupo de música, ni cantante, ni presentador, ni otakus disfrazados diciendo que iban de tal cosa.

Esperando a alguien en un lugar de concurrido paso, me fijé en algo que hasta ese momento me había parecido normal... en el sentido de lo que no me parece normal son las mechas en el pelo... había chicas con el pelo rosa y otras con el pelo azul... con el pelo azul manga -el negro con reflejos azulados-. En ese momento las paredes se tendrían que haber caído hacia fuera y los otakus tendrían que haberse desparramado por Barnacity hasta haber impregnado con su esencia a toda la población.


 En casa me arranqué la pulsera. Tenía claro que no volvería al día siguiente.



2 comentaris:

Anònim ha dit...

Menudo troll estás hecho, no vale la pena ni decirte en las mil cosas que estas equivocado. Lo único que veo es ignorancia pura y dura. Está claro que te dá igual la cultura japonesa. Si quieres comprarte un manga compratelo en ebay y listo!

maginelmago ha dit...

Pensaba que los trolls eran "Anónimos"... Al que le debe de dar igual la cultura japonesa es a ti. Pero parece lógico que en el Salón del Caravaning existan caravanas, roulottes, catálogos de las mismas, y elementos accesorios relacionados con eso y su estilo de consumo y vida, y que en el Salón del Manga haya mangas, animes, catálogos de los mismos y elementos accesorios relacionados con los mismos.

Que sea la última vez que entras como Anónimo no identificado.