20101119

¿Reforma laboral para qué? Un caso real

Data Estel·lar porérica Divendres 20101119

Esto estaría muy bien o muy rebién que lo leyera el Presidente del Gobierno de España, el Presidente de la Comisión Europea, los sindicatos y sindicalistas, ministro de Trabajo e inspectores de trabajo y de Hacienda.

Atención, ahí va, casi tal como me lo explicaron no hace ni 24 horas:

En una ciudad de más de cien mil habitantes de una zona industrial, existe una librería-papelería, en la cual trabaja una dependienta por las tardes a media jornada.

Podría obviar las circunstancias familiares pero ¿para qué? Tiene un problema familiar de salud que le conviene tener ese tipo de trabajo, con ese horario, para estar cerca de casa y tener horas libres por la mañana para los médicos. Una historia triste, sólo por las circunstancias sociales de falta de políticas de bienestar (que son políticas de izquierdas por lo general).

Un día de noviembre la empresaria (dueña de la librería) le dice, de sopetón, que la despide. Le da los quince días esos... le pide que firme el fin de la relación laboral y ¡atención! le pide que tenga paciencia porque tiene que pedir un préstamo para pagarle la indemnización. Total: 1800€; en letras: mil ochocientos euros. Una grandísima cantidad, evidentemente.

Las causas parecen ser económicas. ¿Se vende menos? La dueña dice que sí. ¿Y por qué no se ponen a la venda las pulseritas que valen una bolsa a un euro, que están de moda, que se trajeron una única vez en todo el trimestre, aunque los niños no dejaban de pedirlas? Pues porque no, que no se traen y punto. Ajá. ¿No hay beneficios o no interesa que los haya? Aquel día las pulseras o las bolsas de pulseras volaron.

La dueña comenta de cerrar por las tardes... pero las mañanas no tienen apenas movimento...en cambio, por las tardes vienen los niños del colegio a comprar chuches... y luego pasa gente que sale de los trabajo a comprar algún diario... el movimiento económico y comercial se da por la tarde. ¿No hay beneficios o no interesa que los haya?

La dueña, con buenas y zalameras palabras, pide paciencia a la dependienta por lo del posible retraso [tal vez ni se cobre] del finiquito pero, como la sabe una persona de gran paciencia y ordenada, le propone trabajar los días de diciembre y Navidad, donde habrá bastante más movimiento (se venden muchos juguetes y regalos en esas tiendas, que no han sido aplastadas por los Toysrus ni por las tiendas de los chinos). Pero, añade, hay un problemilla: tendría que ser sin contrato, porque no se puede.

Toma yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...

24 horas después aún estoy temblando: la tiparraca se intenta aprovechar de una mujer con problemas familiares por cuestiones de salud, que la obligan tanto a trabajar como a trabajar. Sabida la necesidad, la empresaria la deja sin derechos laborales, sin indemnización y le hace una oferta laboral brutal: trabajar unos cuantos días de diciembre sin horario ni contrato y, quién sabe, si sin dinero.

Respuesta: usted lo que quiere es que, encima de que me quedo sin trabajo, también me quede sin el carnet de paro como pase una inspección de trabajo.


Añadamos: Ladrona, no merece otro nombre.

Pero recordemos que existe un Colisionador de Lhadrones que está permitiendo todos estos experimentos.

Recordemos como las empresas de atención telefónica al clientes de los inmensos monopolios privatizados contratan sobretodo a mujeres separadas con hijos a su cargo para machacarlas con sueldos bajos que necesitan.

Se sabe pero se tolera, se mantiene e incluso se subvenciona.

Es una Estrategia Social Cruel Laboral Abusiva Violenta Impulsada por Tiranos Unidos Destructivos.


Esto se une a otra historia que me explicaron haría cosa de 3 años: una mujer con cáncer cogió la baja. Como se recuperara, la muy tonta -¿se merece otro nombre- pidió el alta, pese a que el médico le dijo que no, que aguantara con la baja e incluso que se pillara la larga enfermedad (¿existe un médico así de honrado? No será en una mutua)  pero prefirió aquella mujer volver al trabajo a la panadería. Entretanto, la dueña de la panadería estuvo dando la paliza con lo de que a ver cuando volvía, no por un interés en la salud de la persona con una enfermedad grave, sino para vender de mala manera la empresa y ceder el negocio a otro lhadrón colisionante que le ha eliminado hasta los horarios ventajosos y le desmonta todas las ideas, fruto de la experiencia, para atender mejor al público: en resumen, que le hace mobbing.

Tolerado y permitido.